×
×
Red Internacional
lid bot

Fotografía. Claude Cahun: Me veo, luego existo

Domingo 15 de mayo de 2016

Claude Cahun (Nantes 1894 - Jersey 1954) huye de cualquier clasificación judía, no judía, mujer andrógina, marxista disidente, trotskista libertaria, surrealista lesbiana, poeta, fotógrafa, creadora de objetos, ensayista, crítica literaria, novelista, traductora, comediante y activista revolucionaria. Cuestiona toda la construcción sociocultural que participa en la elaboración y afirmación de identidades, en base a divisiones binarias definidas por el sexo cromosómico.

Cahun propone, a través de sus imágenes, romper con las convenciones establecidas no sólo asignadas a la mujer, sino a todo tipo de clasificación estructurada. No busca una auténtica expresión de los valores femeninos, sino que duda de que tales existan, y sólo se plantea buscarse a sí misma, como humana. Propone una androginia radical, comprendida en el establecimiento de identidades absolutamente propias, fuera de los cánones o de las mezclas entre lo masculino y lo femenino. Es una búsqueda de la individualidad más allá de los roles definidos, que no implican ni la “masculinización” de la mujer, ni la creación de un nuevo patrón opresor disfrazado de igualdad social y sexual. Para Cahun, el resultado de esto sería una liberación profunda, que establecería a la vez un auténtico diálogo entre el inconsciente humano y la experiencia cotidiana.

Es en su obra fotográfica de autorretratos en donde se evidencia esta búsqueda hacia una identidad desligada de todo convencionalismo y que se encuentra rozando la carne de la libertad.

En los primeros autorretratos que se conocen de Cahun, ella se nos presenta aún con aspecto femenino, pelo largo y labios pintados.

Pero en autorretratos posteriores Claude Cahun ya no es ni hombre ni mujer. Su cabello ha sido rapado o disimulado a través del negro de fondo que marca el contorno de la cabeza pura.

En Autorretrato, 1925 se fotografía detrás de una pantalla de cristal, donde nuevamente es sólo su cabeza la protagonista es la que entra en la fotografía, despojando al cuerpo de todo tipo de representación de identidad. Su mirada nos penetra, nos provoca y cuestiona a una reflexión sobre la identidad.

Hacia el fin de 1932, ella y Suzanne Malherbe –su amiga y compañera, se adhieren a la Asociación de Escritores y Artistas Revolucionarios.

En 1938 se adhirió a la Federación Internacional por un Arte Revolucionario Independiente, organización fundada por Trotsky y por el propio Breton.

Durante la Segunda Guerra Mundial, asistían a actos organizados por los nazis vestidas de hombres y deslizaban panfletos anti nazis en los bolsillos de los soldados. Sus personalidades transgresoras y controvertidas encabezaban la lista negra de la Gestapo.

El humor, la burla, el juego, la nostalgia, la alegoría, el absurdo, lo maravilloso y la ironía eran sus armas principales en ese combate desigual contra la máquina de guerra más poderosa de Europa. Claude también fabricaba fotomontajes utilizando imágenes recortadas del periódico nazi Signal. Estaban generalmente firmados por “el soldado sin nombre”. Llamaban a los soldados a rebelarse y desertar. Una parte del material era manuscrito sobre cartones de cigarrillos, y a veces difundían también monedas francesas con la inscripción “Abajo la guerra”. Pero generalmente se trataba de volantes tirados en doce copias en papel carbónico por ella con su máquina de escribir Underwood e ilustrados por imágenes construidas con letras y signos gráficos, como en los libros simbolistas de los años 20.

En 1944, son delatadas y detenidas por la Gestapo. El tribunal militar las condenó a muerte. Sin embargo, con la liberación de Francia, las islas de La Mancha quedaron desconectadas de Alemania y la deportación no pudo realizarse.

Fueron liberadas el último día de la guerra.

Cahun estaba decidida a volver a París, pero su salud se había deteriorado mucho en las cárceles del tercer Reich y murió en Jersey el 8 de diciembre de 1954.

“Como poetas, no admitimos el derecho divino de la fuerza. Amamos desafiar a las fuerzas naturales, a las fuerzas políticas, al egoísmo animal. Sin este desafío, y sin el amor por la revolución, que no tiene ni sexo ni patria, habría muerto de odio o de avaricia”. Claude Cahun

Algunos fotomontaje de Claude Cahun