Actualidad. Claves del acuerdo entre AMLO, empresarios y burócratas sindicales sobre outsourcing

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En Palacio Nacional se reunieron representantes del sector empresarial y dirigentes sindicales con el presidente, este anunció que producto de la reunión se llegaron a “acuerdos importantes” en torno al outsourcing y el pago de utilidades en este año.

Según el comunicado publicado por la Secretaría de Trabajo y Previsión Social entre los acuerdos alcanzados se cuentan “la prohibición de la subcontratación de personal, la regulación de la subcontratación de servicios especializados distintos del objeto social y de la actividad económica preponderante de la empresa contratante, el registro ante la STPS y la inscripción al padrón público de las empresas de subcontratación de servicios y obras especializados, la responsabilidad solidaria en caso de incumplimiento, y el otorgamiento de un plazo de tres meses para que los trabajadores subcontratados pasen a formar parte de la nómina del patrón real”.

Otro de los acuerdos es respecto al reparto de utilidades “para evitar posibles distorsiones en empresas de uso intensivo de capital”. Crearon dos modalidades para el cálculo del reparto. “Con esta fórmula se elimina la discrecionalidad y se lograría un incremento del 156% en el monto del reparto de utilidades a los trabajadores.”

El anuncio despierta grandes expectativas en amplios sectores de trabajadoras y trabajadores. Pero la realidad dice otra cosa.

Como señalamos acá, “la reforma busca distinguir dos tipos de subcontratación: una que no ofrece ningún servicio a la empresa más que generar un doble patrón, el cual facilita legalmente la mayor expropiación de derechos laborales, tales como jubilaciones, liquidaciones, PTU, montos salariales y posibilita la evasión fiscal; y otro tipo que sí ofrece un servicio especializado a la empresa. [...] Por ejemplo, CMS México es una empresa que ofrece el servicio de call center a una aseguradora de automóviles en EEUU. En este caso, con las debidas maniobras legales, la subcontratación tendría posibilidad de seguir existiendo, pues está ofreciendo un servicio especializado a la aseguradora de autos.”

Respecto al reparto de utilidades, se sabe que hecha ley, hecha la trampa. Los contadores contratados por las empresas son expertos en fingir estados contables con pérdidas para evitar el pago de utilidades a las y los trabajadores. El incremento anunciado puede ser aprobado, pero es improbable que se concrete.

Trabajadores ausentes en la reunión entre AMLO, empresarios y burócratas sindicales

Entre el panel en dicha reunión, por parte del gabinete de AMLO, estuvieron presentes Luisa María Alcalde secretaria de la STyPS, Arturo Herrera secretario de Hacienda y Crédito Público, Zoe Robledo director general del IMSS, entre otros.

También asistieron presidentes y directores del sector empresarial, como la COPARMEX, el Consejo Coordinador Empresarial, Confederación de cámaras de Industriales, CONACANCO y el Consejo Mexicano de Negocios.

Por otro lado, asistieron representantes sindicales, Pedro Haces por la CATEM, Rodolfo González por la CROM, Isaías González Cuevas por la CROC, Abel Domínguez Azuz de la Confederación de Trabajadores y Campesinos, Hernández Juárez en representación de la UNT, Tereso Medina por la CTM Coahuila; además de representantes de la Federación de Trabajadores de Sindicatos Autónomos, y la Federación Nacional de Sindicatos independientes.

Sumados a estos, asistieron Napoleón Gómez Urrutia, quien es presidente de la Comisión de Trabajo y Previsión Social en la cámara de Senadores, y el Senador Ricardo Monreal.

Queda claro, que, en dicha reunión tan importante para la vida laboral en México, ninguno de los sectores representa realmente los intereses de las y los trabajadores, que sufren las consecuencias de la subcontratación, y peor aún, de la crisis económica y sanitaria abierta desde hace un año.

Esto porque, por un lado, los sectores empresariales siempre intentan buscar ventaja para que la crisis la paguemos las mayorías trabajadoras, y por otro lado el panel de sindicalistas, estaba encabezado por centrales sindicales charras como la CTM o la CROC, o por centrales que se reclaman democráticas, como la UNT, que a un año de pandemia sigue sin romper la tregua con el gobierno para imponer un plan de lucha que enfrente los despidos.