Por la madrugada, se votó la media sanción en diputados. La clave fueron los votos de un sector del peronismo ayudando a Cambiemos, y el rol de las direcciones sindicales del peronismo que impidieron que haya paro nacional y movilización masiva. Pero la batalla sigue: hay que preparar el segundo round que viene en el Senado.
Fernando Scolnik @FernandoScolnik
Jueves 25 de octubre de 2018 08:40
• Una vez más, el peronismo le dio a Macri la ayuda que necesita para avanzar en sus planes de ajuste y entrega. Esta vez, con un sector de sus diputados, le aportó primero el quórum y después los votos necesarios para darle media sanción al presupuesto del FMI. Nada extraño, así viene gobernando Cambiemos desde hace casi tres años.
• Sin embargo, esta ayuda no fue solo adentro del Congreso. Tanto o más importante fue el rol de los dirigentes sindicales del peronismo, que impidieron que hubiera paro nacional y cientos de miles de manifestantes rodeando el Congreso. Mientras miles rechazaban el presupuesto en las calles y enfrentaban la represión, la CGT, directamente, se borró. Son los mismos que el 17 de octubre estuvieron en el acto peronista de Tucumán junto a Pichetto, Massa y otros cómplices del ajuste. El moyanismo, otra vez, brilló por su ausencia (sacando alguna delegación minúscula), al igual que cuando se votó el saqueo a los jubilados en diciembre. Los gremios con conducciones kirchneristas (aliados al moyanismo en el Frente Sindical por un Modelo Nacional) movilizaron poquísimo, de forma testimonial. Caso emblemático el de docentes: con casi un millón de afiliados, hicieron una columna apenas simbólica. No es de extrañar: tanto el moyanismo como el kirchnerismo pusieron más energía en marchar el 20 a Luján con la Iglesia que enfrentó el derecho al aborto, que en prepararse para movilizar cientos de miles contra el presupuesto del FMI.
• Para todos ellos, esto es parte de una estrategia: dejar que pase el ajuste para capitalizar el descontento con el macrismo en las elecciones de 2019, en un proyecto electoral con gobernadores ajustadores, legisladores que le votan leyes a Cambiemos y burócratas sindicales. Eso implica que mientras tanto siga el ajuste, y que en caso de ganar en 2019 sigan con proyectos de ataques al pueblo trabajador.
• Pero la pelea no está perdida. El presupuesto del FMI todavía debe votarse en el Senado. Por supuesto que no podemos confiar en lo que allí suceda, donde el peronismo cumplirá el mismo rol que en diputados. Pero la clave está en las calles. Debemos organizarnos desde ahora en cada lugar de trabajo o estudio, en cada barrio, para preparar una movilización activa y masiva cuando se vote, e imponerles desde ahora, con nuestra fuerza, un paro nacional con movilización a los burócratas sindicales. Si ese día somos cientos de miles, podemos pararles la mano. Para el PTS-Frente de Izquierda, esto es parte de un planteo frente a la crisis que incluye la pelea por una Asamblea Constituyente Libre y Soberana (para que no se sigan haciendo pactos a espaldas del pueblo trabajador) en la cual se puedan votar medidas de emergencia frente a la crisis, como el no pago de la deuda a los especuladores, entre otras. A la vez, después de ayer quedaron claras dos tareas urgentes: revolucionar los sindicatos para transformarlos en verdaderas herramientas de lucha, y construir un partido unificado de la izquierda obrera y socialista.
Fernando Scolnik
Nacido en Buenos Aires allá por agosto de 1981. Sociólogo - UBA. Militante del Partido de los Trabajadores Socialistas desde 2001.