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Red Internacional
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Elecciones Estados Unidos. Clinton y Obama quieren ganarse el voto de las mujeres

El presidente llamó al electorado a abandonar el sexismo y Hillary promovió un nuevo spot centrado en la misoginia de Trump. Una campaña estructurada en torno al “mal menor”.

Viernes 4 de noviembre de 2016

Recta final con las mujeres en la mira

En el libro Simulacra, el escritor estadounidense Philip K. Dick pinta una sociedad del futuro donde los partidos Demócrata y Republicano se han disuelto y fusionado, al igual que las grandes cadenas mediáticas; un androide funge como presidente; y las compañías publicitarias crearon dispositivos con forma de pequeños insectos que son capaces de invadir a las personas con sus mensajes en todo momento.

Las elecciones presidenciales estadounidenses, reales y próximas, tienen algunos puntos de contacto con esta novela de ciencia ficción. Aunque sería impensable la unificación demócrata-republicana ideada por Dick, el bipartidismo norteamericano presenta una crisis sin paragón en la historia, producto de la crisis de 2008, de la cual Trump es la expresión de extrema derecha. De carne y hueso, ningún candidato termina de afianzarse: el empresario no posee el apoyo del establishment ni de su propio partido, y se enfrenta a una oponente demócrata que no logra conquistar al electorado. Por ello, en este tramo final de la carrera, los encargados de las campañas buscan inundar los medios con propaganda y spots para ganar ventaja.

A diferencia de otras elecciones, donde primaba un electorado blanco y masculino, las transformaciones demográficas del país hacen que los negros, las mujeres y latinos puedan definir la elección. Los contendientes lo saben y buscan apelar a esos sectores. Pese que Clinton parece estar en mejores condiciones que Trump en esta empresa, todavía nada está cantado.

A lo largo de los últimos días, desde el canal de Youtube de Clinton subieron videos como “Los latinos tienen el poder de parar a Trump” y “27 millones y fuertes”. Pero, sobre todo, se ha dedicado a reafirmar el voto femenino joven que en la interna demócrata había ido principalmente hacia Sanders.

Reforzando el slogan Women for Hillary (“Mujeres por Hillary”) que se ha intentado instalar, horas atrás, aparecía en la cuenta oficial una grabación de Michelle Obama instando a votar a la candidata demócrata.

El ex presidente también juega en estas elecciones. El martes pasado brindó una arenga en Ohio llamando a los hombres a no caer en el “sexismo” a la hora de entrar a los comicios y definió a Clinton como la única opción. En un tono coloquial, dirigido a “los muchachos de allá afuera”, pidió que el electorado masculino “no se deje engañar” y les preguntó: “¿este hombre va a ser su ‘campeón’?”.

En el mismo sentido, hace dos días, Clinton lanzó un spot titulado “Lo que él cree” que está centrado en la misoginia del postulante republicano. En un minuto, se observa un resumen de dichos machistas y denuncias de acoso y abuso sexual. Allí se escucha a Trump esgrimir frases retrógradas como “poner a una mujer a trabajar es algo muy peligroso”, y discriminando a periodistas y actrices por su físico. “No puedo decir que trato a las mujeres con respeto”, alega, por si quedaba alguna duda.

“Cualquiera que crea, diga, y haga lo mismo que él... no está apto para ser presidente”, concluye una voz en off.

¿Hillary por las mujeres?

No caben dudas de que Trump es un enemigo declarado de las mujeres y sobra material para demostrarlo. Sin embargo, los demócratas no demostraron ser leales al electorado que quieren conquistar. Aunque tenga una retórica feminista cool, Obama y las bancadas demócratas permitieron que avancen los distintos ataques sobre los derechos de las mujeres: el aborto se ve cada vez más restringido, las licencias por maternidad siguen siendo una utopía y la promesa de igualdad salarial quedó en una nebulosa.

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Hillary, por su parte, recién ahora tiene una posición favorable al matrimonio igualitario: en su momento, votó en contra de que los estados reconocieran legalmente la relación entre personas del mismo sexo. Además, apoyó la reforma de ley del sistema criminal que hinche las cárceles de latinos, negros y mujeres.

Con una fuerte dosis de demagogia y otra mayor de oportunismo, el Partido Demócrata se plantea como lo que nunca fue: un defensor de los derechos de los más oprimidos. Entre estos, las mujeres, una enorme porción de votantes que nadie quiere perderse.