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Red Internacional
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Comunidad de Madrid. Coca Cola y Telepizza, algunas de las empresas que financian a la entidad que avala los “menús infantiles” de Ayuso

La Fundación Española de la Nutrición (FEN) avala a la Comunidad de Madrid y, por ende, los “menús basura” para las familias vulnerables promovidos la presidenta Díaz Ayuso.

Jaime Castán @JaimeCastanCRT

Martes 5 de mayo de 2020

Foto del menú: @LatinaEnLucha | Fotomontaje: ID

Los menús infantiles a base de “comida rápida” que la Comunidad de Madrid está destinando a las 11.500 familias en situación de vulnerabilidad, siguen generando polémica y duras críticas. Instituciones como La Fundación Gasol, el Consejo General de Colegios Oficiales de Dietistas-Nutricionistas o Save the Children han cuestionado el valor nutricional y la calidad de estos menús, recomendando sustituirlos. La presidenta madrileña Díaz Ayuso, sin embargo, sigue defendiendo estos “menús basura” a pesar de las consecuencias en la salud de los niños y niñas, como denuncian muchas familias, con aumentos de peso descontrolados en pocas semanas.

Al mismo tiempo, la Fundación Española de la Nutrición (FEN) que colabora con la Comunidad de Madrid, no se pronuncia. ¿Por qué guarda silencio ante algo tan sangrante? Sencillamente porque hay intereses económicos detrás.

Organizaciones cuya tarea es, supuestamente, velar por la salud nutricional en el Estado español colaborando con las instituciones públicas, al mismo tiempo están financiadas por la industria alimentaria. Por lo tanto, son organizaciones que directamente sirven para “lavar la imagen” de productos de multinacionales que no son saludables. Este es el caso de la Fundación Española de la Nutrición (FEN), que ni siquiera trata de ocultar que está financiada y promovida por Coca Cola, PepsiCo o Telepizza, como se puede ver en su web.

La FEN sostiene que no ha participado en el diseño de los menús infantiles, pero, sin embargo, colabora y avala a la Comunidad de Madrid y guarda silencio ante estos “menús basura” que suponen un buen negocio ni más ni menos que para Telepizza, una empresa promotora de la misma FEN como señalábamos. El propio presidente de la FEN, José Manuel Ávila Torres, ha sido Concejal de Urbanismo y Sanidad del PP en un municipio de la Comunidad de Madrid. Todo queda entre “colegas”: Ayuso, Ávila Torres y la multinacional Telepizza.

De entre todas las alternativas y posibilidades que se podían realizar para garantizar la alimentación infantil básica, Díaz Ayuso ha optado por montar un negocio para las empresas Telepizza, Rodilla y Viena Capellanes, ofreciendo un pésimo menú. Y no pensemos que esta “comida basura” ahorra costes, sino todo lo contrario. Como ha apuntado Abel Esteban, portavoz de Ecologistas en Acción: "el precio diario del menú escolar es de 4,88 euros por niño e incluye personal del comedor. Y la Comunidad está pagando a Telepizza cinco euros por un menú incompleto que no lleva asociado ningún tipo de servicio de cuidado de menores".

Por si fuera poco, Telepizza ha estado durante meses cuestionada por no implementar la subida del SMI a sus trabajadoras y trabajadores, así como por no garantizar medidas sanitarias básicas en plena crisis del coronavirus, llegando incluso a sancionar a la plantilla por negarse a trabajar en tales condiciones. De esta forma, una multinacional que obtiene beneficios multimillonarios a costa de explotar y precarizar, consigue un negocio garantizado en plena pandemia gracias a Ayuso.

Esta situación ha sido denunciada por los propios trabajadores y trabajadoras de Telepizza. Como ha señalado Asier Guerrero, delegado de CGT Telepizza en Zaragoza, es preciso “que todas las grandes cadenas de la hostelería sean intervenidas sin indemnización y puestas bajo el control democrático de comités de salud laboral e higiene, formados por representantes de los trabajadores y el asesoramiento de dietistas profesionales. Que sus miles de cocinas distribuidas por todo el territorio, vehículos, proveedores propios y el resto de recursos se ponga a disposición de producir exclusivamente comidas para atender a los sectores más vulnerables”.

Propuestas de esta clase suponen pensar una alternativa que permita aprovechar todas las infraestructuras de estas multinacionales, no para hacer negocio con la pandemia, sino para realizar una reconversión bajo control de las propias trabajadoras y trabajadores que ofrezca una alimentación nutritiva y de calidad a las familias y personas en situaciones de vulnerabilidad.