El ministerio de Defensa autorizó ataques contra los grupos que no acataron el acuerdo de paz. Da vía libre a las fuerzas armadas para “actuar de manera contundente”.
Martes 31 de octubre de 2017 15:05
Las Fuerzas Armadas fueron autorizadas por el gobierno colombiano para bombardear desde aviones y helicópteros a los grupos disidentes de las FARC que no acepten los términos del proceso de paz.
La información surge de una directriz expedida por el Ministerio de Defensa en la explica que la medida brinda a la fuerza pública "el marco jurídico para hacer uso de todos los instrumentos legales en la lucha contra los Grupos Armados Organizados (GAO), en el marco del Derecho Internacional Humanitario".
La medida, aprobada el pasado 26 de octubre por el ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas, "establece conceptos claros y conforme a los estándares internacionales, e imparte directrices al Comando General de las Fuerzas Militares y a la Dirección de la Policía" en ese sentido.
La autorización emitida por el ministro de Defensa "le permitirá a las Fuerzas Militares y a la Policía Nacional actuar de manera contundente frente a las nuevas estructuras que no se acogieron al acuerdo de paz con el Gobierno Nacional y que afectan la seguridad de los colombianos constituyéndose en una amenaza a la estabilidad", según un comunicado de esa cartera ministerial.
Según ese comunicado los ataques aéreos deberán evitar daños colaterales a la población civil de acuerdo con las normas de derechos humanos. Aunque es conocido las múltiples violaciones a los derechos humanos que ha cometido el Ejército y los grupos paramilitares durante estos años.
Según las autoridades colombianas habría entre 800 y 1.000 combatientes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) que no aceptaron los términos del acuerdo que firmó a finales del 2016, entre este grupo y el Gobierno del presidente Juan Manuel Santos.
El llamado “acuerdo de paz” entre el gobierno de Juan Manuel Santos y la otrora guerrilla fue auspiciado por el imperialismo norteamericano bajo la administración Obama. Santos se erigió como “garante de la paz” y consiguió el triunfó en su política para desarmar a las FARC, organización cuya desgastada estrategia de lucha armada, aislada de la clase obrera, la llevó a sumarse al juego democrático y convertirse en la nueva “garantes de la paz” del régimen reaccionario colombiano.
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Está nueva orden ministerial fortalece a las fuerzas del Estado colombiano para que actúen de manera "contundente" frente a los nuevos grupos que no se acogieron al acuerdo de paz. Un acuerdo que continua teniendo al Estado sin cumplir con varios de los puntos pactados, entre los que se destaca la demora en el indulto a miembros de las FARC presos.
