Maldita Policía. Comenzó el juicio por la Masacre de Monte: desgarrador testimonio de familiares

El lunes, en los Tribunales de La Plata, dio comienzo el debate oral y público contra cuatro efectivos de la Policía Bonaerense acusados del “homicidio agravado” de Aníbal Suárez (22), Danilo Sansone (13), Camila López (13) y Gonzalo Domínguez (14), así como la tentativa del mismo delito contra la sobreviviente Rocío Quagliarello (14), ocurrido el 20 de mayo de 2019 en la localidad de San Miguel del Monte.

Los acusados son los oficiales Leonardo Ecilape, Manuel Monreal y Mariano Ibáñez y el excapitán Rubén García. Cabe recordar que hay otras 19 personas que deben ser juzgadas por encubrimiento, entre ellas Sandra Mayol, exintendenta de Monte (protegida de Sergio Massa) y actual presidenta del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI.

Dado que la modalidad del proceso está marcada por ser un juicio por jurados, durante la primera parte del lunes se llevó a cabo la elección del jurado popular, el cual está compuesto por 12 titulares y 6 suplentes, todas personas anónimas, sorteadas entre la población. Los jurados titulares serán quienes determinarán si los imputados son culpables o no culpables a partir de evaluar todas las pruebas que se irán presentando a lo largo de las jornadas.

Mientras se desarrollaba la audiencia, en las afueras del Tribunal se llevaba adelante una radio abierta, convocada por la Multisectorial de La Plata, Berisso y Ensenada y Familiares y Amigxs de Andrés Núñez en apoyo a los familiares y amigos de las víctimas.

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Las dos teorías

Posteriormente, se presentaron los alegatos de inicio del bloque acusatorio, representado por el Ministerio Público Fiscal, la Comisión Provincial por la Memoria (CPM) tanto como querella institucional como representante de las familias Sansone y Zarzoso, el CELS como querella institucional, la abogada patrocinante de las familias Suárez y Domínguez y el abogado y tío que representa a la única sobreviviente, Rocío, presente en la sala y quien ya testimonió bajo Cámara Gesell. De igual modo se presentaron los defensores de los policías acusados.

Aquí se dejaron expuestas las teorías sobre lo que sucedió hace cuatro años atrás. Para el bloque acusador, los policías actuaron de forma arbitraria, violenta, aprovechando las circunstancias de ser un domingo de noche. Argumentaron que objetivamente hubo una persecución a los tiros contra el auto en que iban las víctimas, quienes estando desesperados, intentaban escapar de la balacera y chocaron contra el acoplado de un camión.

La teoría de la defensa es que la Policía actuó de forma legítima a partir de una llamada al 911 por parte de un vecino que escuchó ladridos de perros y luego de ver "movimientos sospechosos" de un auto, dieron la orden de alto y el vehículo "no paró". Sobre los disparos, alegaron que fueron para obligarlos a detenerse, que el conductor no lo hizo y chocando contra el camión. Sumaron como agravante que en la sangre de Aníbal, quien manejaba el Fiat 147, había alcohol, por lo que plantearon que el joven de 22 años "llevó a los chicos a la muerte".

El dolor en carne viva

Los primeros testigos convocados por el bloque acusador brindaron su testimonio el día martes. Fueron las propias familias de los chicos y un empleado de una pizzería. Éste último vio esa noche a los chicos salir de la plaza de Monte en el auto de Aníbal y luego los cruzó en la Avenida Costanera, cerca del lugar donde terminan muriendo.

Sumidos en un profundo dolor Susana Ríos, madre de Gonzalo; Yanina Zarsoso, madre de Camila; Gladys Ruidíaz y Juan Carlos Sansone, padres de Danilo, Emanuel y Hugo Suárez, primo y tío de Aníbal, relataron los últimos momentos que compartieron con los chicos y cómo se enteraron de lo que sucedió con ellos.

Todos los testimonios coincidieron en señalar que tanto la Policía como los funcionarios municipales (entre ellos la entonces intendenta Sandra Mayol) que se acercaron al hospital apenas ocurrido el hecho, hablaron de un accidente fatal, negando la existencia de una persecución y de disparos sobre el auto. Durante este juicio saldrá a la luz la complicidad de Sandra Mayol y sus funcionarios desde el minuto cero de este crimen.

"Hace 38 años que trabajo en la municipalidad, Mayol conocía a mi hijo. Nunca se acercaron ni me dijeron nada", sostuvo Susana Ríos, madre de Gonzalo. "Cuando lo mataron a Gonzalo, me mataron a mí", declaró.

Emanuel y Hugo Suárez sostuvieron que, aproximadamente, un mes antes de la masacre, la Policía había extorsionado a Aníbal, luego de detenerlo junto a su hermano por no tener los papeles del auto en regla. "La Policía nos hizo señas de luces y nos llevaron a la comisaria. Ahí nos empezaron a apretar porque teníamos el domicilio en Misiones. Que teníamos que pagar una multa para salir, les dimos cinco mil pesos que, para nosotros, era mucha plata".

Por su parte, los padres de Danilo relataron que a los minutos de haber ocurrido el crimen, policías se acercaron a su domicilio y les informaron que su hijo había salido a robar y sufrió un accidente, algo que se repitió en el testimonio de las otras madres. "A mi hijo lo mataron sin piedad y a sangre fía. Arruinaron vidas, familias", sostuvo Gladys al tiempo que denunció el hostigamiento posterior y amenazas por parte de la Policía sobre los miembros de la familia. Hecho que derivó en una custodia permanente de Gendarmería desde hace cuatro años. "Yo ya me cansé de denunciar, no quiero seguir viviendo encerrada", graficó la mujer.

En el mismo sentido declaró Yanina, madre de Camila, quien también cuenta con custodia federal, afirmando estar "cansada de dar todo el tiempo explicaciones". Agregó que luego de la masacre, comenzó a recibir testimonios sobre el hostigamiento que recibían los pibes por parte de la Policía. "Queremos saber por qué los persiguieron, por qué dispararon, por qué los mataron", sentenció.

Tanto el permanente verdugueo y hostigamiento de la fuerza represiva bonaerense sobre los jóvenes de Monte como los amedrentamientos posteriores a la masacre, fueron denunciados durante las movilizaciones masivas que se desarrollaron en el pueblo en los meses y años siguientes al crimen. Eso también es algo que el jurado deberá tener en cuenta al momento de juzgar a García, Ecilape, Monreal e Ibáñez.