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Red Internacional
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MÉXICO-EE.UU.. Comercio en estados fronterizos cae hasta en 80%

Ciudades como McAllen, San Diego, San Ysidro y Tucson reportaron una baja en el comercio que llega hasta el 80% en las últimas dos semanas, la depreciación de la moneda mexicana, las políticas migratorias de Donald Trump y las campañas de boicot, son las variables señaladas como culpables.

Viernes 10 de febrero de 2017

Texas, Nuevo México, Arizona y California, mantienen una fuerte relación comercial y económica con los estados fronterizos en nuestro país. Los vínculos entre las economías de estas entidades a ambos lados de la frontera son innegables, y como advertimos en este medio, en el artículo de Bárbara Funes “Vasos comunicantes entre México y Estados Unidos” las consecuencias de las políticas migratorias de Donald Trump para estas economías, sería de alto impacto tomando en cuenta la inseparable relación que se ha construido durante años en la región.

Sólo en Texas, 463,000 puestos de trabajo están vinculados directamente con el comercio fronterizo con México. En el caso de California esa cifra asciende a 692,000 empleos

Estos cuatro estados del país vecino del norte, mantienen porcentajes de entre el 16 y el 44 por ciento del total de sus exportaciones para el comercio con México, y en muchas de sus ciudades son los mexicanos que a diario cruzan la frontera los que dan vida a la actividad comercial llegando a depender de esto en algunos casos hasta en un 90% de las ventas.

Efectos a ambos lados de la frontera

El sur de Estados Unidos vio en las últimas dos semanas colapsar el comercio. Ciudades como McAllen, San Diego, San Ysidro y Tucson sintieron el desplome de las ventas que llegó en algunos casos hasta un 80%. Medios locales advirtieron que esto ha llevado a algunos comerciantes a pensar en cerrar sus establecimientos.

Los pasos fronterizos han registrado una fuerte caída en el flujo México-Estados Unidos, en pasos como el de San Ysidro o San Diego se reportó que de los 400 vehículos por ventilla diarios que cruzaban la frontera con normalidad, el último domingo y lunes no sumaron ni 30 los autos por ventilla que intentaron cruzar la frontera.

En Brownsville, Texas, afirman que los negocios están prácticamente vacíos y la afluencia de mexicanos que solían hacer compras de ese lado de la frontera para comprar bienes de consumo, se ha reducido a la compra de gasolina que es la única mercancía que se ha visto beneficiada en sus ventas.

Karen Ogle, cónsul general de Estados Unidos en Hermosillo, afirmó en medios locales que diariamente los consumidores sonorenses representan una derrama económica superior a siete millones de dólares, tan sólo en Arizona, por lo que esta caída abrupta podría tener consecuencias más graves si es que se alarga.

En el norte de México el temor por las políticas migratorias y su implementación, la depreciación de la moneda y el desprecio generalizados hacia el nuevo presidente Donald Trump ha disminuido notablemente las ganas de la población mexicana de cruzar la frontera.

En un contexto de criminalización y cacería de migrantes, los más pobres, los que por ahorrar dinero y no por lujo van a comprar productos básicos del otro lado de la frontera, se quedan a trabajar más y pagar cara la vida en ciudades que normalmente están instaladas también en un clima de violencia.

La inflación derivada de la subida en los precios de las gasolinas, consume los bajos salarios de las y los trabajadores en la frontera y ante las restricciones migratorias y la vida se endurece para la población.

La clase trabajadora no tiene banderas

A ambos lados de la frontera las consecuencias de las políticas de los gobernantes recaen sobre los hombros y precarizan la calidad de vida las y los trabajadores.
Los trabajadores y el pueblo pagamos las consecuencias de políticas que a los únicos que benefician son a los empresarios nacionales y extranjeros que cuidan sus ganancias descargando las dificultades económicas sobre nosotros.

Es imprescindible luchar juntos para parar los ataques que a todos afectan, salir a las calles en ambos países para repudiar las políticas migratorias y la construcción del muro, así como para denunciar y parar la precarización del trabajo en ambos países será un paso adelante en una unidad e integración internacional, desde abajo y de los trabajadores.