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Red Internacional
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Elecciones 2015. Comicios militarizados

A pocas horas de la realización de los comicios, un enorme despliegue de la marina, ejército, gendarmería, policía federal, estatal, municipal y grupos de choque fueron enviados a Guerrero, Oaxaca y Chiapas para blindar las elecciones.

Andrés Aullet

Andrés Aullet Abogado y maestro en Derechos Humanos

Domingo 7 de junio de 2015

Foto: @ProyectoePuente

Miles de maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) en Oaxaca, Guerrero, Chiapas y Michoacán junto a estudiantes, organizaciones sociales, los padres de los 43, campesinos y sectores populares organizaron desde hace algunos días, una impresionante movilización para impedir y boicotear las elecciones. Hasta el día viernes, Lorenzo Córdova anunciaba la nula certeza de que las elecciones se llevaran a cabo por lo menos en todo el estado de Oaxaca.

La acción del magisterio de la sección 22, la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación de Guerrero (Ceteg), las secciones 18 y la 7, junto a sectores populares para boicotear los comicios, muestra el profundo repudio y el cuestionamiento a esta democracia y sus elecciones blindadas por las fuerzas armadas.

El saldo en estas 72 horas ha sido el asalto al domicilio de estudiantes y activistas en Veracruz a manos de grupos de choque fuertemente armados que dejó varios heridos; dos estudiantes de la Universidad Autónoma de Puebla (UAP) detenidos y acusados de ser autores materiales de atentados con bombas; un profesor muerto y un normalista en coma a partir de un choque entre policías y grupos de civiles armados, también se menciona la desaparición de al menos dos estudiantes y; por si fuera poco grupos de choque en Pochutla atacaron a los maestros de la sección 22 de la CNTE que mantenían la toma de la gasolinera. Hace unas cuantas horas en Xolapa, Guerrero, la policía comunitarias fue desarmada con saldo de 10 integrantes ejecutados de manera extrajudicial.

El arribo de tanquetas, helicópteros, unidades artilladas y cientos de elementos aerotransportados en aviones Hércules a la ciudad de Oaxaca, muestra una situación inédita en la que se nos llama a votar con el fusil detrás, siendo un claro ejemplo de la profunda degradación y deslegitimación del régimen.

Esta es una elección militarizada, que revela los rasgos más antidemocráticos y reaccionarios para legitimar las tan cuestionadas elecciones. El Partido Revolucionario Institucional y la alternancia que están dispuestos a imponerse a sangre y fuego para continuar con la entrega de los recursos y los planes a favor del imperialismo estadounidense.

En las próximas horas cabe la posibilidad de que se den nuevos ataques del ejército y las policías en los estados que se están movilizando contra las elecciones, especialmente en Ayotzinapa, donde los estudiantes al cierre de la nota, denuncian el corte de la energía eléctrica con la amenaza de que entre la policía a la normal.

Mientras tanto, el gobierno perredista de Mancera acuarteló a toda la policía del Distrito Federal para ser desplegados en las casillas electorales este 7 de junio y así garantizar una jornada electoral “en paz”.

Al calor de este enorme despliegue armado, organismos de derechos humanos comenzaron a denunciar violaciones graves a los derechos humanos por el estado de sitio impuesto.

Esta dinámica es parte de la misma con la cual se inauguró el gobierno de Peña Nieto con la brutal represión del 1 de diciembre de 2012 contra los sectores que se movilizaron para repudiar su llegada al poder.

Nada bueno nos ofrece la democracia para ricos del PRI, PAN, PRD, PVEM, sino que más represión, miseria, hambre, despojo y mayor explotación.

Es necesario retomar los ejemplos de los jornaleros de San Quintín, de la trasnacional Triumph, de los mineros de Cananea y otros sectores que se están movilizando pese a la militarización, el asedio del narco, los paramilitares y la terrible ofensiva de la patronal y el gobierno.

Por eso hacemos un llamado a los sindicatos que se reivindican democráticos, a organizaciones sociales, civiles y de derechos humanos, campesinos, mujeres, comunidades originarias, estudiantes a comenzar a poner en pie un gran movimiento democrático en las calles para frenar la militarización del país y organizarnos de manera independiente a los partidos en el poder para frenar el ataque.


Andrés Aullet

Abogado y maestro en Derechos Humanos

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