Ocurrió hace unos días en Famaillá. Los policías se encontraban bebiendo. Entraron de madrugada a los calabozos, sacaron a los jóvenes y los sometieron a maltratos y golpes durante horas. Claudio Maley expresó que se investiga lo ocurrido. Los policías siguen en sus funciones.
Miércoles 5 de agosto de 2020 21:11
Nuevamente graves hechos tienen a la Policía de Tucumán como protagonista. Esta vez ocurrió en Famaillá, al sur de la capital, en la comisaría donde también está el destacamento de la Patrulla Urbana y la Infantería. Los hechos ocurrieron en la madrugada del pasado viernes 31 de julio, cuando policías pertenecientes al cuerpo de Infantería entraron a los calabozos y sometieron a 28 personas detenidas a golpizas brutales durante horas. Los uniformados se encontraban en un contexto festivo, de asado y de copas.
“Le pegaron muchísimo, lo tuvieron cuatro horas haciendo flexiones, haciendo gimnasia, le sacaron la ropa y lo dejaron desnudo”, declaró la hermana de uno de los detenidos, respecto a lo relatado por su hermano.
Los policías amenazaron a los reclusos con trasladarlos " muy lejos" si algo de lo ocurrido trascendía. Los jóvenes recibieron atención médica recién el día lunes. Algunos presentan todavía secuelas producto de las golpizas, orinan sangre y caminan con dificultad, como se puede ver en videos que filmaron los familiares.
La Fiscalía de turno actuó tomando declaraciones. A la vez el Ministro de Seguridad Claudio Maley expresó que investigaría lo ocurrido. Sin embargo, los policías involucrados en los hechos siguen cumpliendo funciones.
Los familiares temen por posibles represalias por haber realizado la denuncia. El subcomisario a cargo, Miguel Arias, minimizó la aberrante situación diciendo que “sólo fueron unos golpes”, naturalizando el brutal maltrato del que fueron víctimas los jóvenes hacinados en la comisaría.
Ninguna autoridad de Famaillá ni del gobierno de Juan Manzur se comunicó con los familares, que fueron ellos quienes denunciaron el hecho y por lo cual intervino la fiscalía.
“Sólo quiero que mis hermanos estén bien, que no los sigan maltratando más”, sostuvo una familiar en diálogo con La Izquierda Diario.
La impunidad con la que cometen estas violaciones a los derechos humanos, da cuenta que estamos ante una práctica común de abuso contra las personas privadas de su libertad. Hay una clara intención del régimen por darle mayores atribuciones a las fuerzas represivas.
En la provincia tenemos el gran antecedente del caso de Ceferino Nadal, que murió asfixiado por la policía y el mismo ocurrió luego de la desaparición forzada y asesinato de Luis Espinoza, también a manos de la Policía provincial. Ambos casos muestran una vía libre para la brutalidad policial, amparada políticamente por el ministro Maley y el Gobierno de Manzur. Este envalentonamiento policial fortalecido durante la cuarentena no deja de ser noticia casi de manera cotidiana.