Comités es una organización estudiantil afín a la UPG (Unión do Pobo Galego), principal corriente interna dentro del BNG (Bloque Nacionalista Galego). Recientemente emitió un comunicado criticando que solo se homenajeen a las víctimas de los atentados de Francia desde las universidades gallegas.

Jacobo A. García @Jacobscarface
Jueves 19 de noviembre de 2015
El pasado lunes 16 de Noviembre, se guardaron minutos de silencio en las tres universidades gallegas para las víctimas de los atentados de París del 13 de Noviembre. Comités emitió un comunicado público en el que se piden explicaciones a las autoridades universitarias por no incluir a las víctimas de otros países.
En este sentido muestran su solidaridad con las personas asesinadas y condenan el atentado en Francia. Sin embargo, afirman, "también condenamos el resto de ataques y atentados contra poblaciones civiles que suceden diariamente en el mundo, como ocurrió en Ankara el pasado octubre contra o pobo curdo, como está ocurriendo continuamente en Palestina" o "en la propia Siria". Comités reclama que "si a partir de ahora se van a hacer minutos de silencio por atentados internacionales se hagan cando haya tanto víctimas francesas, como víctimas sirias, curdas, palestinas". De lo contrario dicen que se le falta el respecto a miles de víctimas que muere por atentados cometidos en otras regiones.
Las críticas que hace Comités a los actos en memoria de las víctimas son acertadas, ya que ni siquiera se incluyeron a los muertos ocasionados por el ISIS en Beirut el mismo día de los atentados de París.
Sin embargo, desde nuestro punto de vista, la condena de los atentados terroristas, se produzcan estos en Francia o en otros países, no puede ser un punto y final en nuestro discurso político sobre esta cuestión. Hoy más que nunca, es necesaria una crítica más profunda a la raíz del problema, que no es otro que la búsqueda del lucro por parte de las principales potencias imperialistas mediante la guerra, que responden a los intereses de los grandes capitalistas.
Condenamos los atentados, pero también condenamos cualquier intervención militar por parte de potencias imperialistas, como en el caso de Francia en Siria. Porque mientras se llenan la boca de palabras bonitas para llevarnos a una guerra, siguen manteniendo relaciones con Arabia Saudí, principal financiador del ISIS, o con Turquía, que permite el paso de petróleo robado por el Estado Islámico por sus fronteras.
Si realmente queremos homenajear a las víctimas de los atentados y ataques militares de todo el mundo, no basta con un minuto de silencio. Es también necesaria la realización de actos donde los estudiantes y trabajadores condenemos explícitamente la actuación de nuestros gobiernos y a las potencias imperialistas. Así como un movimiento popular para la acogida a los refugiados y la lucha contra la xenofobia y el odio racial, que cuestione las ridículas cuotas de reparto que vienen desde Bruselas y Madrid.
Además, los estudiantes junto con el resto de sectores en lucha debemos de impulsar un movimiento para defender nuestras libertades democráticas, ante el giro aún más conservador y autoritario de nuestros gobiernos. Un ascenso en la lucha de clases para obtener conquistas sociales también hará difícil a los representantes políticos la consecución de la guerra. Solamente tenemos que recordar el movimiento contra la guerra de Irak en 2003, y extraer lección de esa experiencia similar. No debemos ceder al chantaje del discurso de unidad nacional que se impone desde Francia y España y del que participan casi todas las fuerzas políticas con representación parlamentaria. El nuestro es el discurso de la unión de los trabajadores y sectores oprimidos en Galicia, el Estado español y el mundo.
Como jóvenes estudiantes, si queremos luchar por un futuro digno para nosotros debemos pronunciarnos explícitamente contra del terrorismo yihadista, pero también contra guerra imperialista y la OTAN responsable de la muerte de cientos de miles en Oriente Medio. Contra la Unión Europea que restringe nuestra libertades democráticas (como el derecho de autodeterminación) y nuestros derechos individuales y sociales, que se verán aún más afectados si se acrecienta el curso guerrerista.

Jacobo A. García
Vigo