Publicamos el artículo de Left Voice a propósito de los casos de gatillo fácil, racismo y brutalidad policial. Un debate vivo en el movimiento #BlackLivesMatter y en la izquierda.
Viernes 29 de julio de 2016
Van a matarte, armado o desarmado. Van a matarte con tus pantalones puestos o no. Van a matarte aunque tengas un trabajo o seas desempleado. Van a matarte así tengas el mayor de los respetos o hables a sus espaladas. Ellos van a matarte seas trans, cisgenero o heterosexual. Van a matarte con tu hijo de cuatros años en el asiento trasero. Si la historia de Estados Unidos nos enseña algo, es que la policía mata a la gente negra .
La furia contra el asesinato a los negros se ha vuelto internacional, y con ello la pregunta sobre cómo luchar contra el terror policial. Ya estamos en las calles, protestando y cortando autopistas y puentes frente a la policía y los políticos. Protestar esta bien, ¿pero qué de la estrategia? ¿Qué se puede hacer frente las injusticias? La solución no es tener más gente de color en posiciones de poder. Hemos elegidos Alcaldes Negros, Gobernadores y hasta un Presidente Negro, sin embargo el racismo, la brutalidad estatal, y el encarcelamiento en masa solo se ha incrementado en los últimos 30 años.
Frustrados, algunos han llamado a los afroamericanos a armarse contra la policía. Es más tenemos el derecho a defendernos contra el terror y la brutalidad policial. ¿Pero cómo? Ningún individuo puede golpear al sistema donde realmente importa. Ningún tirador solitario puede terminar o siquiera detener el avance de la brutalidad policial.
Cuando un oficial es removido de su cargo, cientos salen a reemplazarlo. Cinco policías fueron asesinados en Dallas: también van a ser reemplazados. Los políticos intentaron usar esas muertes y las de Baton Rouge para detener e intimidar al movimiento Black Lives Matter. Sin embargo el movimiento experimentó una renovada ola de resistencia. Pero la pregunta continua: ¿Cómo detenemos a estos policías racistas y asesinos?
La inequidad social y la división de clases en el capitalismo refuerza y perpetua el racismo, que no terminara nunca si no se atacan sus bases estructurales. Debemos organizarnos como trabajadores y pelear juntos contra los capitalistas, la policía y el estado, es la única manera de avanzar.
Los socialistas Revolucionarios no somos pacifistas, pero el martirio y la venganza individual no tienen lugar en nuestra estrategia. Una sola persona armada no puede defender a la comunidad del racismo policial. Las organizaciones armadas solas pudieron defenderse durante un tiempo, pero en cuanto fueron una amenaza para el capitalismo Americano y sus instituciones, fueron aplastadas por la represión estatal.
Defender la Comunidad Negra
Los ejemplos de las Panteras Negras, el Ejercito de Liberación Negro y otras organizaciones armadas en los 60 y 70 se alimentaron de la frustración popular que causo el pacifismo. Sin embargo, las armas solas no pudieron detener los ataques policiales. En 1969, las panteras pudieron detener al recientemente formado, equipo SWAT de la policía de Los Angeles durante la redada a sus cuarteles. Pero esto fue gracias a la movilización popular para defenderlos, en parte por sus proyectos de clínicas y programas de desayuno gratis. Sin embargo, la policía y el FBI usaron las armas de las Panteras, como pretexto para llevar a cabo un brutal ataque a la organización y sus miembros. Los integrantes que quedaron no estaban preparados para enfrentar al estado en una lucha armada.
La policía apuntó y destruyó a las Panteras. Aplastaron su potencial revolucionario a través del fuego y el peso del sistema judicial: procesamientos, costosas fianzas, casos armados y confinamiento solitario.
Hoy en día, si un fenómeno similar liderado por los negros, los oprimidos o grupos revolucionario quisiera levantarse, sería violentamente diezmado, salvo que fueran una fuerza de miles, millones. Hace unas semanas, vimos como la policía de Dallas muy tranquilamente detonaba una bomba, ejecutando a Micah Johnson sin juicio ni evidencias.
La organización de la comunidad es una manera de resistir. Las panteras se aseguraron el apoyo de la comunidad a través de servicios de salud y programas de desayuno para los niños. La gente acudía a ellos antes que a la policía, para resolver los conflictos en la comunidad.
La defensa de la comunidad significa solidaridad. Solidaridad en la acción en las calles contra los asesinatos policiales, se convierten en protestas que puede parar toda la ciudad. Podemos y debemos tomar las calles. Con mayor organización las movilizaciones pueden apuntar a los distritos comerciales y bloqueos de autopistas. Pero hay un poder que tenemos a disposición y que no podemos desperdiciar: el poder de la clase obrera.
¿Comités Civiles: Puede la comunidad Controlar a la policía?
La perspectiva de “Control comunitario sobre la policía” argumenta que habría una vigilancia civil sobre la policía. Algunas organizaciones y grupos de la izquierda, vienen impulsando esta perspectiva. También fue propuesta en el pasado por el Pantera Negra Bobby Seale, quien planteaba que tener civiles con autoridad sobre la policía, con poder para contratar o despedir personal era rechazado por la policía de cada ciudad en la que se proponía. Actualmente , la Comisión de la Policía de Los Ángeles, está conformada por miembros de la comunidad para plantear las preocupaciones sobre la misma. Los miembros son elegidos por el alcalde. La comisión tampoco tiene poder sobre la policía para disciplinar, contratar o despedir oficiales. Incluso, cuando tienen desacuerdos, no tiene ningún poder sobre el departamento de policía, y así, la policía sigue cometiendo asesinatos impunemente.
Frente a esta farsa de comisión, otras organizaciones han propuesto una comisión civil-policial. Pero, ¿pueden ser estas comisiones un medio de control de la comunidad sobre la policía? Unión del Barrio (una organización revolucionaria mexicana e internacionalista asentada en Los Ángeles) ha propuesto recientemente que estas comisiones se lleven adelante en la policía tomando como ejemplo las comisiones educativas de los Ángeles. Sin embargo hay que tener en cuenta que los policías no son maestros, son el brazo armado de la burguesía y enemigos de clase. Su propósito es el de salvaguardar el orden capitalista y reprimir el descontento.
Por eso, que la comunidad tome algunas decisiones sobre la policía confunde el rol de la fuerza policial. Queremos terminar con la policía, no contratar policías más amables o amigables. No buscamos mayor representación para los oprimidos en la policía. Por décadas, ha habido un reclutamiento de la juventud negra y latina pobre: campañas millonarias y reclutamiento especialmente apuntado a los jóvenes, hombres y mujeres de color, heterosexuales, que abandonaron la secundaria.
Una fuerza policial multicolor no cambia la naturaleza racista de la institución y su función. La institución policial siempre va a reprimir sin importar la raza del oficial del policía (sin ir más lejos la policía de Los Ángeles es la más asesina del país y está compuesta en su mayoría por negros y latinos). Sin poder real sobre las fuerzas del orden, una comisión civil-policial que toma parte en el proceso de reclutamiento, solo le daría una cobertura democrática a la Policía y el Estado.
Organizarnos como clase
La explotación de la clase trabajadora asegura la continua concentración y acumulación del capital y el poder de las clases dominantes. Ambos garantizados por e invertidos en el Estado, sus fuerzas represivas (policía, guardia nacional, etc.), y las instituciones capitalistas (segregación educacional, medios corporativos, etc.). Vamos a trabajar todos los días y hacemos a nuestros jefes más ricos. Mientras nos mantengamos pasivos, el manantial de la policía- y el racismo que sistemáticamente ejercen- nunca se va a secar. Sin los trabajadores para producir riquezas, las ciudades se paralizarían. Sin nuestro trabajo, los jefes no son nada. Sin nuestro trabajo la nación es nada. Nuestra primera tarea es unirnos como clase, para luchar contra los perros de la burguesía, la policía.
Por mucho que esta sociedad supremacista blanca odie a la gente negra, por mucho que insistamos y peleemos para asegurar que las vidas negras si importan, en una sociedad donde no lo hacen, la gente negra no puede combatir la violencia policial a solas. El sistema capitalista se basa en la división. Las clases dirigentes y los blancos supremacistas desean mantener la opresión sistemática de la gente de color, y traccionar a la clase trabajadora blanca para que defienda políticas reaccionarias y anti obreras, y a los ricos, antes de que se alineen con los oprimidos. Trump personifica esta falsa conciencia entre los trabajadores, aprovechándose de la desunión de la clase trabajadora. Necesitamos organizarnos todos juntos y construir una organización combativa que una las experiencias de la clase trabajadora oprimida.
Se supone que los sindicatos están para defender a los trabajadores y la comunidad. Debemos llevar la lucha para que los sindicatos se levanten contra la violencia racista de la policía. Esto significa parar cada vez que la policía mata a uno de nosotros, marchar contra la brutalidad policial, organizarse contra el terror policial, y expulsar a los policías de las organizaciones obreras y los sindicatos (en Estados Unidos la policía tiene derecho a agruparse en algún sindicato).
Las organizaciones obreras deben unirse en un gran frente contra los asesinatos racistas de la policía bajo el slogan “ningún policía en nuestros sindicatos” y “huelga contra el terror policial”. Esto tiene el potencial para construir una solidaridad activa para enfrentar a la policía. Tenemos que llevar estas propuestas a nuestros lugares de trabajo, a las asambleas, y a las organizaciones de la clase trabajadora. La campaña que impulsa Left Voice es parte de huelga contra el terror policial (StrAPT) que busca organizar y movilizar a las personas, sindicalizadas, no sindicalizadas, desempleados y trabajadores, de todos los géneros, etnias y discapacidades , como una sola fuerza para golpear contra el terror policial. Usaremos nuestro poder como clase y como oprimidos para luchar contra el capitalismo y sus fuerzas represivas: la policía.
El cementerio de los Movimientos sociales
Tanto demócratas como republicanos han gobernado en base a la tortura y el asesinato de la gente negra y la encarcelación masiva. Jefes de policía, alcaldes, gobernadores y presidentes: desde arriba hasta abajo, sostuvieron el sistema racista.
El 19 de mayo de 2015, un mes después de que Freddie Gray fuera asesinado luego del trauma en la medula espinal causado por la policía de Baltimore, el Presidente Obama, firmo la ley de “alerta azul” para proteger a la policía, al crear un sistema nacional que les avisaría de cualquier amenaza. El 28 de mayo de 2016, el gobernador de Louisiana John Edwards convirtió la propuesta “las vida azules importan” en ley para incluir a la policía en los “grupos protegidos” por los estatutos de los crímenes de odio. Al hacer esto, el gobernador Edwards equiparo a las fuerzas armadas con las mismas personas y comunidades oprimidas, que ellos contratan, entrenan , acosan, apuntan y matan.
Luego de los asesinatos de Alton Sterling y Philando Castile y luego de los tiroteos de Dallas, el Caucus Congresional Demócrata Negro, y otros políticos de Capitol Hill se alinearon para exigir un debate sobre el control de armas. Ninguna medida contra el asesinato de gente negra a manos de la policía fue discutido. No se llevó a cabo ninguna sentada ni acción por las vidas de más 130 hombres, mujeres y niños negros asesinados este año por la policía fue propuesto. Estas leyes son creadas para garantizar la seguridad de los policías mientras nos matan a sangre fría.
Las propuestas de los líderes del Partido Democrático pretenden desalentar el movimiento de resistencia que viene creciendo por todo el país. Cualquier organización política que sea financiada por los capitalistas, solo será controlada por ellos. Debemos romper con los políticos y los partidos de la clase capitalista
La cuestión sobre la policía no es una cuestión moral, la policía es el brazo armado del estado, el mismo estado que asegura la ganancia de los capitalistas y ofrece miseria para la mayoría de los trabajadores y la población. Los policías son los guardianes de este sistema. “Que el racismo está muy extendido entre los agentes de policía el tejido en la institución de la policía está fuera de toda duda”. El poder para contratar o despedir policías no cambia su rol social. Mientras exista el capitalismo, existirá la policía protegiéndolo. Las comunidades oprimidas no controlaran a la policía hasta que logren su disolución. Esto es, hasta que el capitalismo reciba el golpe de gracia, y no haya más necesidad de fuerza especial que proteja a los ricos y mantenga a los oprimidos a raya.
Debemos organizarnos y unirnos como una sola clase para terminar con la brutalidad racista policial, por la disolución de la policía, solo posible mediante la abolición del sistema de clases y las relaciones de inequidad social, que son mantenidas por el control policial.