La movilización popular contra el clan Ortega-Murillo sigue en las calles de Nicaragua. El terror orteguista ha sido incapaz de pararla.
Martes 17 de julio de 2018
El gobernante capitalista y abusador sexual y de menores —Zoilamérica nunca debe ser olvidada— lanzó un ataque policial y paramilitar contra el campus de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN) y hoy contra los campesinos, el primer movimiento en oponérsele hace cinco años por el asunto del fraudulento Canal Interocéanico, mera operación financiera especulativa sin sustento.
Los estudiantes resistieron tras las barricadas pero se puede poco ante los AK y M-16. Terminaron acorralados aunque se les pudo rescatar encontrando refugio en una iglesia. Los paras orteguistas destruyeron todo lo que encontraron a su paso adentro de la UNAN. Luego le prendieron fuego al inmueble del preescolar "Arlen Siu." Me pregunto en esta hora qué diría la "chinita" muerta en combate contra la Guardia somocista aquel 1 de agosto de 1975.
La situación en Nicaragua no se reduce a unas cuantas manifestaciones. Se discute de manera política e intensa. Un asunto fundamental es convertir los "tranques" (barricadas, bloqueos) en autogestión territorial. Eso fue justamente lo que se practicaba en la revolución contra Somoza: la autorganización. Luego imperó la mitología militarista del Frente. En 1978, un año antes del triunfo, el FSLN dividido en tres grupos tenía unas decenas de militantes propiamente dichos, como lo dijo la comandante guerrillera Dora María Téllez en un programa de televisión.
Éramos setenta (en la tendencia "tercerista"), recuerdo que mencionó (no encuentro el vídeo a la primera.) ¿Entonces de dónde salió la revolución?
Lo explica la propia Dora María en un artículo especial: "Después de la ofensiva guerrillera de octubre de 1977, y del asesinato de Pedro Joaquín Chamorro en 1978, [la] organización clandestina se conectó por fin con una enorme movilización social hasta que acabamos con la dictadura. Cuando eso sucedió el Frente Sandinista no era una única organización, eran tres. En 1975 el Frente se dividió en tres organizaciones distintas. No eran tendencias, como se decía entonces. Eran organizaciones distintas, cada una con su dirección, sus estructuras, su programa, su política, su filosofía de actuación. Cada una con su propio planteamiento ante la dictadura somocista. Lo que no cambió fue el nombre y se decía Frente Sandinista tendencia insurreccional tercerista, Frente Sandinista tendencia guerra popular prolongada, Frente Sandinista tendencia proletaria. A finales de 1978 a lo que llegan esas tres organizaciones no es a una unidad orgánica sino a una unidad en la acción para el derrocamiento de la dictadura" (Envío, Managua, enero de 2013.)
Luego todo se convirtió en "institucional." Se ocultaban las diferencias y se impedía la discusión. La autorganización popular era tabú. En otros artículos me permitiré dar mi testimonio como periodista de lo que vi en Nicaragua entre 1984 y 1986. Para mi sorpresa, comencé a mirar a Daniel Ortega como un político priista. ¡Su alter ego estaba en Los Pinos, el búnker del Bosque de Chapultepec! Hoy de hecho se ha encerrado en un Los Pinos ultra reforzado y custodiado en El Carmen. Ya vivía ahí en 1986, pero actualmente es infinitamente peor. Con peste a pachuli y el incienso que segrega Rosario Murillo.
La derrota se veía venir y lo de El Salvador no fue cómo lo contaban los tontos acá en México. Ni idea tenían.
El cantautor Carlos Mejía Godoy difunde hoy una carta abierta dirigida a Daniel Ortega. Está "búfala", dicho sea en nicaragüense:
"Daniel: Quisiera tenerte de frente para mirarte a los ojos y decirte lo siguiente. Sé que esto es muy crudo y expresarlo pone en peligro mi vida. Lo asumo sin temor, porque tengo guardaespaldas más seguros que los esbirros que te cuidan. Esos guardaespaldas son el espíritu de Alvarito Conrado y esa legión de niños, adolescentes y jóvenes que mandaste a matar y que cuidan mis pasos noche y día.
"Daniel: Solo quiero recordarte una plática que tuve con tu padre una noche, sentados ambos en la acera de su casa, en el barrio San Antonio (de Managua). Don Daniel me contó algo estremecedor. Me dijo que cuando Tacho hijo (Anastasio Somoza Debayle) estaba torturando a Báez Bone, al cortarle la lengua con un yatagán, el patriota bañado en sangre le escupió la cara y le dijo: ’Maldito… esta sangre te va a perseguir hasta el último día de tu vida’.
"Daniel, detené ya este genocidio. Por la sangre de tu hermano Camilo, asesinado por el somocismo en Las Sabogales, pará ya esta barbarie. Se acerca el 23 de julio y el recuerdo de la SANGRE SANTA, de esa juventud aniquilada en León, tiene que llevarte a meditar.
"En nombre de ese Dios, con quien te llenás la boca y el alma. En nombre de ese DIOS, que está viendo este holocausto, dejá de matar. Ya, Daniel. ¡Ya!"
Va imagen tomada en Managua hace unos días. Ilustra perfectamente la "paradoja" nicaragüense.
Desde el semidesierto chihuahuense, Óscar Enrique Ornelas.
Foto: Carlos Herrera / Niú