Esta semana Macri quiere la foto con las cúpulas sindicales. Los preparativos para un pacto social que haga pasar el ajuste. Nuevos pasos hacia un encuentro de los sectores combativos y clasistas para marzo.
Lucho Aguilar @Lucho_Aguilar2
Martes 15 de diciembre de 2015
Oscar Lescano, uno de los históricos “gordos” de la CGT, siempre decía “nosotros siempre somos oficialistas”. Después aclaraba: “pero no dejamos de ser peronistas”. Parece que la “ley Lescano” ya está rigiendo con la gestión Macri.
Si Macri y su gabinete de Ceos tardaron menos de una semana en poner en marcha el plan de ajuste, las cúpulas sindicales no perdieron tiempo para ponerse a disposición del nuevo gobierno. Antonio Caló, el sindicalista procesado por lavar dinero y estafar a sus afiliados, dijo este lunes que “el diálogo es la base del entendimiento y nosotros estamos dispuestos a sentarnos y dialogar con el Gobierno para ver cómo podemos transitar juntos los problemas”. Antes había planteado que a Macri “lo vamos a acompañar en todas las cosas buenas que esté haciendo".
Las declaraciones del jefe de la UOM se dieron en el lugar y el momento indicado. Fue uno de los asistentes al almuerzo del Presidente con 500 empresarios de primer nivel, en la Unión Industrial Argentina. El mismísimo presidente de la entidad, Adrián Kaufman Brea, habría invitado personalmente a Caló. Allí Macri realizó un discurso digno de su maestro, Carlos Saúl Menem. Además de los augurios de buenos negocios a sus colegas presentes, disparó contra los trabajadores: “con estos niveles de ausentismo no somos un país viable”. En Argentina se trabajan más de 9 horas promedio por día, miles de jóvenes se “rompen” por los ritmos de trabajo y hay cuatro muertos por día por accidentes directos y 16 por enfermedad de origen laboral, como los tumorales, cardiovasculares, respiratorios (Datos de la CTA Autónoma).
Un caradura.
¿Se viene el Pacto Social?
La reunión de los “industriales” es el primer capítulo de una semana donde el gobierno intentará cubrir con acuerdos su gestión a puro decretazo. Si la semana pasada consiguió la foto con Scioli, Massa, Rodríguez Saa y Stolbizer – Del Caño se negó – esta semana tiene pensado reunirse con las cinco centrales obreras.
El otro objetivo será comenzar a tender puentes para lograr en los próximos meses un acuerdo tripartito, donde funcionarios, empresarios y sindicalistas pacten las principales cuestiones económicas y laborales.
El sindicalismo peronista ya había adelantando su voluntad de colaborar en el proyecto “Paz social en tiempos de ajuste”; pero está negociando el precio. Por eso el mismo Caló dijo que “es muy difícil discutir paritarias por productividad" y Hugo Moyano que “el pedido de un aumento del 28% en las paritarias 2016 ya se quedó corto”. Nadie puede negar que los jefes cegetistas tiene espíritu de supervivencia y, como analizó el periodista sindical Ricardo Carpena, “aún con sus divisiones, los gremialistas comparten una duda: ¿el acuerdo al que convocará el Gobierno será sólo una forma de pactar aumentos salariales moderados?”.
Otra coordinación
Mientras se desarrollan estas negociaciones de pasillo, la clase obrera arrancó perdiendo. La inflación amenaza en convertir el asado en un producto de lujo. Encima se viene el tarifazo. Muchas empresas aprovecharon para suspender y como venimos reflejando los despidos persecutorios no cesan. El caso de Siderca es un símbolo: quiere bajar el salario percibido en las suspensiones a un 60% y despedir entre 400 y 600 obreros. Un camino que ya había empezado con el kirchnerismo, pero se podría acentuar.
Por eso, el sindicalismo combativo y la izquierda tampoco pierden el tiempo. Como reflejamos en esta edición, el fin de semana hubo importantes reuniones y encuentros. El viernes 11 se hizo una reunión de delegados convocada por la Línea 60 y Aceiteros, para avanzar en la organización de un Encuentro de Trabajadores de todos los sectores antiburocráticos y clasistas. Al día siguiente, con la participación de referentes que habían concurrido a aquella reunión, se realizó una amplia convocatoria que reunió a más de 800 trabajadores en el Encuentro de Trabajadores de la zona norte en la gráfica sin patrones MadyGraf.
Dirigentes obreros del PTS en el Frente de Izquierda plantearon en ambas instancias que a la unidad y los planes del gobierno de derecha y los empresarios, hay que oponerle la unidad y coordinación de los trabajadores y todas las organizaciones clasistas y antiburocráticas. Para eso hay que organizar un encuentro de miles de trabajadores, lo más fuerte posible, no solo los delegados y dirigentes sindicales sino todos los luchadores de todo el país, todos los sectores de la clase trabajadora y la izquierda.
Ellos ya golpearon primero. Por eso es acertada la declaración votada en el Encuentro de MadyGraf: “No podemos perder el tiempo. En cada lugar de trabajo hay que avanzar en la organización de los trabajadores y unir fuerzas para las luchas actuales y las que vendrán”. Allí se denuncia el ajuste y el pacto social, y se exige a las centrales la ruptura con el gobierno.
Además de la adhesión a la preparación del encuentro obrero para marzo, se resolvieron medidas de lucha concretas contra los despidos y persecusiones en distintas empresas y una serie de reclamos que incluyen un bono extraordinario de fin de año para trabajadores, jubilados y desocupados; el adelantamiento de las paritarias a Enero y una “cláusula gatillo” para que el salario aumente acorde a la inflación; contra el impuesto al salario; por el pase a planta de todos los contratados y tercerizados; la prohibición de los despidos y otra serie de reivindicaciones obreras y populares.
Lucho Aguilar
Nacido en Entre Ríos en 1975. Es periodista. Miembro del Partido de los Trabajadores Socialistas desde 2001. Editor general de la sección Mundo Obrero de La Izquierda Diario.