Concluye la segunda jornada de huelga de la educación en Catalunya. La CGT llama a la huelga estatal de universidades el 21 de octubre. Reflexiones sobre movimiento estudiantil, huelgas y autoorganización.

Pablo Castilla Contracorrent Barcelona - estudiante de Filosofía, Economía y Política en la UPF
Jueves 15 de octubre de 2020
Este jueves ha tenido lugar la segunda jornada de la huelga educativa convocada en Cataluña por la CGT y por el Sindicato de Profesores de Secundaria (ASPEPC SPS) en contra de la falta de medidas contra la covid en la vuelta a las aulas. El pasado viernes 9 de octubre el seguimiento fue del 12% según los sindicatos convocantes. Las cifras de la jornada de hoy aún no se han hecho pública. Como la semana pasada la Plaza Sant Jaume de Barcelona ha vuelto ser en el centro de las protestas.
Entre las principales reivindicaciones de la protesta se incluÍan la reducción efectiva de los ratios, el aumento de plantillas, personal sanitario para las escuelas y material de protección. Además, denuncian las precarización de su trabajo y la imposibilidad de mantener grupos estables en estas condiciones.
Cabe destacar que los sindicatos mayoritarios como CCOO y UGT no se han sumado a la convocatoria, como tampoco lo ha hecho la Intersindical Alternativa de Catalunya – USTEC, una fuerza de la izquierda sindical con mucho peso en el sector educativo catalán.
Ante la actual situación sanitaria y social, en la que los positivos en las escuelas aumentan cada día y la precarización del trabajo está íntimamente ligada al riesgo de contagios, la actuación de estas centrales es del todo inaceptable. Los sindicatos mayoritaros continúan en la línea que mantienen desde el inicio de la pandemia, negándose a plantear cualquier tipo de oposición a los gobiernos para tratar de lograr algún acuerdo parcial con las patronales. La IAC-USTEC les sigue en en esta ocación.
Por otro lado los sectores externaliados de la educación, como los monitores y monitoras de los comedores escolares, no han sido convocados por ningún sindicato, aún siendo una parte esencial para el funcionamiento de los colegios.
A pesar de esto, sectores de la comunidad educativa están dando muestras de querer luchar por una enseñanza segura y presencial, tal y como muestran las diferentes acciones de protesta en el sector durante estos meses.
En las universidades, diversas organizaciones estudiantiles junto a doctorandos y CGT llaman a una huelga exclusivamente universitaria a nivel estatal para el día 21 de octubre a la que están llamados PDI, PAS y estudiantes.
No deja de llamar la atención está disparidad de convocatorias ¿por qué dividir fuerzas en diferentes fechas? ¿por qué no se han sumado los días 9 y 15? La división entre las luchas de los distintos niveles de enseñanza y separación entre docentes y estudiantes son un freno de cara a poner en pie un movimiento masivo en defensa de la educación pública.
¿Cómo podemos hacer para que esta jornada pueda tener un impacto y sirva de primer paso para poner en pié un movimiento en defensa de la educación pública en tiempos de pandemia?
Sería clave empezar por impulsar asambleas masivas en cada centro de estudio, donde participen estudiantes, personal docente y trabajadores para discutir por qué medidas luchar y cómo conseguirlas. Una medida esencial para incorporar como sujeto a la mayoría de la comunidad educativa. Sin embargo esta no viene siendo la dinámica de los sindicatos convocantes, ni de la mayoría de las organizaciones estudiantiles.
Si queremos ponerle freno al proceso de degradación y elitización que está imprimiendo la pandemia sobre la educación pública, tenemos que construir espacios de autoorganización que sean la base para la convocatoria de futuras huelgas y su organización de manera conjunta entre los distintos sectores de la educación.
Unos espacios donde poder discutir el programa a plantear, que incluyan demandas como la contratación de personal docente y no docente, la intervención de espacios privados para asegurar una enseñanza presencial segura y sin cargar su coste sobre un profesorado ya explotado y , si en última instancia no fuera posible la docencia presencial, que la universidad y el departament d’ensentyament asegure los recursos necesarios para la docencia online.
La huelga del 21 se convoca contra la precariedad y la mercantilización de la universidad. Dos fenómenos que afectan más allá de la educación. Vemos que las reformas laborales, la privatización y la externalización de los servicios por patrimonio de los distintos gobiernos.
Las y los estudiantes, el personal sanitario, las y los docentes y el conjunto de la clase trabajadora hemos sufrido durante esta pandemia las políticas del gobierno “progresista” y de la Generalitat que obligan a ir a trabajar sin medidas de seguridad, en metros abarrotados y negándose a intervenir la sanidad privada con tal de proteger los ingresos de los capitalistas.
Por ello la lucha de la comunidad educativa debemos tratar de ligarla a la de otros sectores de trabajadores en lucha como los MIR, y incorporar a las demandas de nuestro sector otras como los impuestos progresivos a las grandes fortunas para financiar la educación y la sanidad o el control del transporte público por parte de sus trabajadores y usuarios.
Empezar a construir un movimiento estudiantil de base, democrático y en alianza con la clase trabajadora y los sectores populares es lo que va a permitir enfrentar las políticas neoliberales de los gobiernos de turno y el triunfo de las huelgas que están por venir.