Las personas con discapacidad constantemente se enfrentan a barreras que limitan el ejercicio de sus derechos en esta sociedad. ¿Qué pasa al interior de los hogares donde hay niños y niñas que de un día para el otro su vida y organización necesaria se modificaron producto del ajuste en el área?
Martes 20 de septiembre de 2022 08:30
¿Desregulados o desfinanciados?
Si pensamos en la relación que se establece entre la situación de pobreza y la discapacidad. Sabemos que la primera es condicionante para que muchas infancias y adolescencias con discapacidad no accedan a una alimentación saludable, no accedan a servicios de salud, no asistan a la escuela, no puedan expresar su opinión ni sus voces sean tenidas en cuenta. Pero lejos de pensar en como invertir en estas necesidades, el gobierno decide realizar un ajuste que impacta de lleno en sus vidas.
Facundo tiene 7 años y tenía sus días organizados. “La anticipación” que tan importante es, si pensamos en niños con trastorno del espectro autista. Terapista ocupacional, psicopedagogía y psicología, durante las tardes y por la mañana el cursa la escuela primaria junto con su acompañante externa en una escuela pública en el partido de San Fernando. Sin embargo hoy no cuenta con las terapias ni con la acompañante externa. Su familia sacó el monotributo social y a través de ello accedía a una obra social. Hoy todo eso se encuentra suspendido y Facundo, no puede sostener dos horas en la escuela, ni dormir toda la noche.
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Kai Cardillo es docente y mamá de PCD de 4 años. Ella nos cuenta sobre la desorganización familiar que implica todo lo que está pasando: “Somos muchas las mamás que tenemos trabajos precarios que penden de un hilo. Se suma la situación de que nuestros hijos están sin terapia lo que implica, en muchos casos, niñeces sin ir a la escuela directamente porque no tienen el apoyo correspondiente. En mi caso, mi hijo ya tiene propuesta de inclusión para 2023. ¡Quedó la lista de espera número 40! En municipios como San Martín la lista es de 500 niños !. Es por esto, que como mamá se suma al reclamo de los trabajadores de discapacidad que paran y convocan a una movilización para este jueves 22 de septiembre.
Valentina se quedó sin transporte. Debido a que el chofer que la llevaba a la escuela y a sus terapias no cobra desde hace varios meses. Esto trae consecuencias directas para ella, nos cuenta su mamá Claudia, quien es empleada de casas particulares: “Valentina antes podía dormir toda la noche, ahora no. Todo lo que está pasando interfiere en su sueño, en su vínculo con pares. Está en casa todo el día, me pregunta cuando va a volver a ver a sus amigos”. En la escuela me dicen que está desregulada, que tira los útiles de ella y sus compañeros. Hacemos un esfuerzo enorme para llevarla nosotros algunos días a la escuela, dado que no contamos con el transporte y sin embargo, Valen no llega a completar dos horas que nos llaman para que vayamos buscarla, dado el llanto y enojo que tiene. Entiendo que la escuela pública no cuenta con los recursos necesarios. A pesar de que se llenen la boca hablando de la “Inclusión”, nuestros hijos están cada vez más solos.
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Marcela trabaja en una escuela en Moreno, sostiene que no solo hay un estancamiento, sino un retroceso desde lo pedagógico y vincular en varios niños y niñas debido a la situación que atraviesan el sector. No hay turnos directamente y ni hablar si pensamos en la necesidad de un psiquiatra infanto juvenil en la región, que muchos lo necesitan dado que en alguna oportunidad fueron medicados.
Hay que invertir las prioridades
Como vemos, no se trata sólo de un problema económico, sino de un retroceso en el nivel de vida de las personas con discapacidad. En este caso los niños, y niñas que por encontrarse en un momento clave de su desarrollo psicoevolutivo necesitan de sus tratamientos, medicación, socialización con pares, etc. se ven profundamente perjudicados.
Hoy el gobierno está pagando al FMI y lo hace a costa de las condiciones de vida de los que menos tienen, mientras sigue beneficiando a los grandes empresarios del campo y de la ciudad. Pero nada está cerrado aún, el potencial que tienen las mayorías que no se resignan sigue intacto. Hay que organizarse para invertir las prioridades.