×
×
Red Internacional
lid bot

TRIBUNA ABIERTA. ¿Cómo vive un profesor en Pandemia?

Es de conocimiento de todos que la carga de trabajo en los profesores es alta, lo que lleva a grandes índices de deserción al momento de ejercer la profesión. No es nuevo que también el profesor involucre su vida familiar y personal en la docencia, sin embargo, el escenario ahora es aún más agudo y con mayor desconocimiento de cómo vive realmente la pandemia.

Lunes 22 de junio de 2020

Por: Paz Ilwen

Es de conocimiento de todos que la carga de trabajo en los profesores es alta, lo que lleva a grandes índices de deserción al momento de ejercer la profesión. No es nuevo que también el profesor involucre su vida familiar y personal en la docencia. Sin embargo, el escenario ahora es aún más agudo y con mayor desconocimiento de cómo vive realmente la pandemia.

Una de las críticas, que por este tiempo ha resonado, es que el profesor está recibiendo un sueldo gratis, pues son los padres los que tienen a los niños en la casa. Hemos escuchado por ahí: “ahora les enseñamos los padres y el profesor se sienta a dar la tarea”

Profundo desconocimiento revela aquella crítica, y profunda es la pena que surge frente a la poca empatía tanto de autoridades como de la opinión de alguna parte de la ciudadanía.

Muchas veces nos hemos visto en la necesidad de visibilizar nuestro trabajo frente a la poca valoración que esta presenta en diversas aristas. El profesor que está en casa siente la misma angustia y la misma frustración frente a todo lo que pasa en el país, la misma incertidumbre respecto a su trabajo que cualquier otro trabajador, pues nuestras autoridades han dejado ver la mala organización y la poca preparación para enfrentar un escenario como este.

Todo el trabajo docente elaborado previo al comienzo de las clases tuvo que ser desechado para adaptarse al contexto, siendo fundamental el rol de toda la comunidad incluyendo las condiciones familiares, para favorecer el aprendizaje de las y los estudiantes. Este último aspecto ha sido invisibilizado durante las “clases normales”, puesto que el colegio suele verse como una guardería en la cual recae todo la responsabilidad de los procesos educativos de los niños y niñas, casi sin poder involucrarse a la familia en este.

Sumado a esto, se han integrado diversos factores en el trabajo docente que no se les presta atención tanto por el gobierno como por los equipos directivos. Muchos compañeros de trabajo deben responde correos a cualquier horario del día, buscar con sus propios recursos y herramientas tecnológicas en internet para que los niños desde casa se motiven a seguir aprendiendo. En muchos casos el profesor ha tenido que modificar su hogar, lugar que antes usaba como espacio de descanso y de vida familiar, en una oficina, en donde un computador (rápido y eficiente), es una herramienta fundamental, al igual que el internet a gran velocidad. En su hogar, debe escoger un que le permita mostrar a través de la cámara a sus estudiantes, en el cual pasara largas horas sentado para: planificar, buscar, probar, volver a intentar, conectarse por videollamada con estudiantes, hacer seguimiento de sus estudiantes, de aquellos con posibles problemas en sus familias, motivarlos, revisar trabajos y actividades, entre otras. Esto jamás fue pensado, muchos docentes han tenido que sacar de sus propios recursos, materiales y creativos, para poder hacer frente a una situación. El profesor no se sienta a enviar tareas, son innumerables las funciones que estando sin niños deben llevarse a cabo, implica un costo mayor en tiempo y salud mental. El profesor también es un jefe de hogar, que necesita comprar los insumos básicos en filas eternas, o cocinar y preocuparse de alimentarse bien, intentar mantener un equilibrio emocional con la carga que significa la condición de encierro, pero necesario para transmitir mensajes de optimismo a sus estudiantes. Estar encerrados no es estar de vacaciones, y para algunos se ha vuelto una pesadilla y una condición de agobio.

Un aspecto no menor recae sobre la poca capacitación docente, que previo a este escenario ya era precaria. Ahora, profesores que jamás utilizaban recursos tecnológicos en sus clases, deben hacer esfuerzos enormes por aprender a incorporarlos, partiendo por el más básico: un computador. Es fundamental recordar que el cambio generacional es un factor importante para considerar la constante capacitación docente y renovación de estrategias pedagógicas. Este aspecto revela la inequidad de las condiciones laborales en los docentes, teniendo por una buena parte aquellos colegios particulares o, aquellos de excelencia que se preocupan por capacitar a sus docentes de manera recurrente, pero a veces insuficiente, versus otros colegios en los que traspasan esta responsabilidad individual al docente y no lo asume dentro de sus gestiones, por ende, no destina recursos para ello.

Sin duda esta realidad que estamos viviendo ha dejado ver un sinfín de carencias en nuestra sociedad, la precariedad de condiciones en las que se enfrentas niñas y niños de nuestro país para aprender, en la que muchos trabajadores no pueden hacerse cargo de sus niños y niñas en su educación y en su vida escolar en general por el agobio que implica las extenuantes jornadas laborales y pésimas remuneraciones. Los docentes son otros trabajadores más que no escapan a la carga laboral excesiva y con una baja valoración de su trabajo.

Por todo lo anterior es necesario que todos y todas nos preguntemos ¿Cómo vive un profesor la pandemia? Y, a raíz de las respuestas que podamos encontrar en estas preguntas, surgen también otras interrogantes como, por ejemplo: ¿Cómo viven los niños y niñas el aprendizaje en la pandemia? ¿Cómo viven los padres, apoderados y/o tutores de los niños y niñas el aprendizaje y la educación en pandemia?
Finalmente, ¿Es este un escenario favorable, en el cual podamos continuar con regularidad un currículo que exige una serie de habilidades y actitudes, de las cuales presencialmente se hace complejo de desarrollar en igualdad de condiciones? Nuestra respuesta es no. Pues si un grupo de políticos se preocupan por mantener ocupados a los niños en este tiempo, pues hay muchas maneras de crear rutinas y solicitar a los docentes su participación y trabajo para desarrollarlas, pero continuar con un currículo para no perder el año de contenidos, no es sano para ninguno de los miembros de la comunidad educativa. Creemos que el año escolar no puedes continuado en una crisis sanitaria como la que atraviesa hoy nuestro país.