Entrevistamos a Tre Kwon, columnista de Left Voice que es parte de la red digital de diarios de La Izquierda Diario, que se publica en 11 países y 5 idiomas. Tre formó parte de la delegación de compañeros de Estados Unidos que hace unas semanas visitó Argentina con el objetivo de conocer e intercambiar experiencias con el PTS/Frente de Izquierda y con agrupaciones clasistas que son parte del sindicalismo de izquierda en Argentina.
Mirta Pacheco @mirtapacheco1
Lunes 28 de agosto de 2017 21:13
¿Podes contarnos cuál es la situación social hoy a 7 meses de que Trump asumiera como presidente de EEUU?
Estamos viendo que los ajustes que vienen desde los 80 cada vez son más severos, y contra la clase trabajadora, esto provoca una importante polarización social (que da fenómenos a izquierda pero también a derecha, el mismo Trump es un ejemplo de esto último y ahora vemos cómo salen a la luz las agrupaciones de supremacía blanca –hay más de 300 grupos en todo Estados Unidos), y desigualdad, crisis económica, que estalló en 2008, que es cada vez más sentida por la clase trabajadora y la clase media.
Por ejemplo en la juventud, la generación milenial con la imposibilidad de pagar la universidad o para muchos ni soñar con conseguir un trabajo estable que te da un seguro médico, eso va generando una desintegración social. Esa crisis, generó una crisis de los dos partidos capitalistas, una crisis orgánica. Bernie Sanders expresó esa crisis, ese descreimiento en un sistema que no daba más y atrajo la mirada de esos jóvenes.
Ahora se están dando luchas en algunos estados donde están atacando esos derechos laborales o lo que se llama leyes de “right to work”. Se está buscando con leyes atacar a los trabajadores, por ejemplo quitándoles la cotización a los sindicatos. Esto es algo que viene desde los tiempos de Reagan, pasando por las administraciones demócratas, pero ahora con Trump mucho más. Lo que sucede ahora es que abiertamente el Partido Republicano dice que van a poder pasar estas leyes con Trump.
En la juventud cada vez hay mayor rechazo al sistema capitalista y menos afectada por los prejuicios hacia la idea de socialismo, de forma incipiente, pero nutrida por movimientos de inmigrantes y de negros.
Comienza a aparecer la idea de un cambio más profundo que simplemente cambiar el personal político. Aún es contradictorio porque esta politización de la generación millenial ha sido expresada de manera electoral hacia Bernie Sanders, aunque desde el principio él dijo que siempre iba a apoyar al Partido Demócrata, nunca iba a formar un partido independiente. Pero a pesar de eso, millones vieron que él dialogaba con los movimientos que inspiraron esa conciencia anti sistema, planteaba consignas como 15 dólares la hora [como salario mínimo] y apoyaba luchas de trabajadores, mientras estaba en campaña electoral.
Ahora la derecha es una presión para Trump, porque siendo su base y con la retórica demagógica que tiene sobre persecución a los inmigrantes. Él fue empoderado por la reacción a la crisis económica, por la clase media y también por la desilusión con el Partido Demócrata. Pero tiene que negociar constantemente con las fuerzas y los intereses que ya existen, por ejemplo: no pudo tirar abajo el “Obamacare”; los decretos contra musulmanes en particular no pudo hacerlos pasar. Hubo una movilización importante contra las sanciones a inmigrantes. Ahora está intentado tender un puente entre su base social reaccionaria y los límites que le ponen las leyes que existen y hasta su mismo partido.
Pero vemos también que el Partido Demócrata, más allá de su discurso, no está ofreciendo una oposición firme a sus políticas, solo apuesta a cosechar para las próximas elecciones, el rechazo que ahora tiene Trump.
Lo interesante que está sucediendo ahora es que hay un crecimiento del interés en organizaciones que remiten a la idea de socialismo. La organización que pudo hasta ahora tener un crecimiento importante por esto es DSA (N.R.: Democratic Socialists of America. Socialistas democráticos de América). Esta organización surgió a fines de los 70, principios de los 80 y siempre buscó alinearse con el ala progresista del Partido Demócrata. Su política centralmente fue electoral, no ha sido una organización muy activista ni tenia insercion profunda en la clase obrera, pero a la izquierda de los Demócratas.
¿El apoyo que logra esta organización es más por el rechazo a los partidos tradicionales de EE UU?
Sí, por ejemplo en el último año creció de aproximadamente 4.000 miembros a 25.000. Hay una búsqueda de los jóvenes y muchos estudiantes, sobre todo de clase media se afiliaron, buscando una alternativa al Partido Demócrata. Pero esta influencia de esa juventud hace girar al DSA hacia izquierda. Tuvieron un congreso hace unas semanas y en la discusión electoral, surgió una propuesta de delimitarse claramente de los demócratas. Esta propuesta fracasó, pero quedó instalado el debate y se aprobó la propuesta de romper con la Internacional Socialista (N.R.: organización que agrupa al PASOK en Grecia, el Partido Socialista en Francia, el PRI en Mexico, el Partido Socialista en Italia y otros partidos reformistas), votaron también apoyar la campaña “BDS”— el boicot internacional a Israel contra la ocupacion de Palestina (Campaña por el Boicot, Desinversiones y Sanciones—esta campaña es muy popular en la vanguardia juvenil antiimperialista en Estados Unidos).
Otra resolución importante es que votaron formar una comision de "Movimiento Obrero". La propuesta surgió de uno de los locales, donde hay una reunión mensual de trabajadores activistas de base y trabajadores de sindicatos. El sentido de esta propuesta era que hay que pensar cómo se confluye con el movimiento obrero, cómo se hace para que crezca en las filas del DSA la presencia de trabajadores, cómo se apoya las luchas, aunque pequeñas, de trabajadores que ya hay
Estas son señales de que la influencia de las nuevas bases juveniles están haciendo que el DSA adopte un curso progresivo. No quiere decir que ya es netamente de izquierda, pero es muy interesante esa presión que imprime la juventud. El DSA es una olla donde están hirviendo todos estos debates.
¿A partir de este panorama, cuáles son los objetivos de Left Voice?
Bueno, somos un grupo pequeño con colaboradores, somos trabajadores, estudiantes y tomamos a Left Voice como herramienta para poder tener un impacto y para dialogar con los movimientos sociales, movimiento obrero y la izquierda. Aprendimos mucho de la idea de organizador colectivo, con la que surgió La Izquierda Diario acá en Argentina, para poder formarnos como grupo, discutir lo que vamos escribiendo, poder buscar colaboración. Todo esto para poder amplificar las ideas de la Fracción Trotskista. Es muy importante tener una sección en inglés para poder alcanzar a gente de China, India, etc.
Mirá, desde Korea, alguien nos contactó diciéndonos que está aprendiendo de la agrupación Bordó de aquí, que le interesa mucho cómo formar agrupaciones opuestas a la burocracia sindical y quiere intercambiar y esto es gracias a que tradujimos notas sobre el sindicalismo de izquierda de Argentina.
Con Left Voice tenemos picos de visitas que depende mucho del momento político: cuando cubrimos las elecciones, cuando cubrimos el movimiento de docentes de Oaxaca en México. Fueron bien recibidas las notas que buscaban empalmar con algunos movimientos sociales, como el movimiento “Black lives matter” (N.R.: Las vidas negras importan), pudimos dar una perspectiva socialista y a la vez una visión crítica de elementos del movimiento que giraban hacia una mercantilización, o hacia las ONG´s, que buscan comprarlos con millones de dólares a través de bancos, o contra los intentos de ser cooptados por el Partido Demócrata. Hay actualmente un debate sobre estas cuestiones en los movimientos y a través de Left Voice podemos acompañar a estos movimientos pero a la vez dar ese tipo de discusiones. Así como también la denuncia contra la brutalidad policial o notas sobre la lucha de clases en diversos países, como Argentina por ejemplo, con los paros, la lucha de Pepsico. También publicamos una nota de debate contra la posición de Zizek que apoyó a Trump con argumentos catastrofistas del tipo cuanto peor, mejor y él respondió esa nota con un artículo contestándonos.
Todo esto nos permite tener un perfil clasista, de lucha a favor de los oprimidos y socialista.
¿Qué les impactó de su viaje a Argentina?
Bueno, es que una cosa escribir o traducir notas sobre MadyGraf, Pepsico o sobre el movimiento de mujeres, de Pan y Rosas. Pero es muy distinto conocer todo eso, hablar con las compañeras y compañeros, poder hablar en la carpa de los trabajadores de Pepsico con Camilo Mones, con Katy Balaguer; visitar el hospital Garrahan con compañeras de la agrupación Marrón, conociendo los enfrentamientos contra la burocracia sindical y la gerencia; andar por los pasillos amplios de MadyGraf con los trabajadores, escuchando las historias y las maquinas…
Conocer más de cerca a Pan y Rosas, el punto de vista de clase que recorre a la agrupación, algo que en los Estados Unidos todavía no existe y es importante para nosotros.
Nosotros vinimos a visitar Argentina porque queríamos conocer de primera mano el fenómeno político del Frente de Izquierda, que se consolida como factor social en este país y es un frente electoral de partidos que defienden la independencia de clase y reivindican la pelea por un gobierno obrero y popular. Este es un fenómeno político único en el mundo.
Ver de cerca y compartir charlas o actividades con la militancia del PTS, todo eso es una muy rica experiencia para nosotros, nos ayuda a consolidarnos en las ideas del marxismo revolucionario.