El huracán Harvey, luego convertido en tormenta tropical, que tocó tierra el viernes en Texas dejó un desastre a su paso. Inundaciones, personas desaparecidas y creciente temor entre los migrantes.
Leah Muñoz @leahdanmunoz
Martes 29 de agosto de 2017 15:19
La comunidad latina sin estancia legal es la que más se ha visto afectada por el paso de Harvey en Texas.
Seis miembros de la familia Saldívar, de origen hispano, desaparecieron luego de que intentaron salir de la camioneta en la que iban, que fue arrastrada por las aguas el pasado 27 de agosto.
Mediante su página de Facebook el Distrito Escolar Independiente de Pasadena confirmó su desaparición.
Después de los desastres de Harvey la situación de la comunidad latina sin documentos empeora en el estado. Hay mucho temor de ser detenidos por la policía o las autoridades migratorias al pedir servicios de ayuda o al recurrir a albergues.
El día viernes 26 de agosto, el gobernador Greg Abbott señaló que no se pediría identificación en los refugios de Texas, luego de que la ola
de temor se desatara por la declaración de la patrulla fronteriza de que no cesarían actividades en la frontera de Texas.
Es por eso que muchas personas han decidido quedarse en sus hogares inundados o formar enclaves de latinos para resguardarse, a pesar de los avisos de evacuación por zona de riesgo.
Este riesgo se incrementa para las personas que se quedan en sus hogares inundados ya que las lluvias pueden regresar y aumentar, las provisiones se pueden terminar o las condiciones no son las óptimas para permanecer en esas casas húmedas.
Muchas personas en malas condiciones de salud han llamado al 911 para solicitar sus servicios y sólo han recibido la ineficiente respuesta de que no pueden llegar a sus hogares por las lluvias o de que tardarán días en llegar por el alto número de llamadas que les solicitan.
La falta de papeles de muchos condiciona su búsqueda de albergues. Aunque las autoridades han anunciado que no importa el estatus migratorio ellos temen por sus vidas.
“En Facebook dicen que años atrás pasó casi lo mismo y uno buscaba albergues y el departamento de ICE aprovechó para hacer redadas y deportar tanta gente”, dice una hondureña.
Muchas personas se han quedado sin luz, sin agua y sin baño. No se bañan desde hace días y deben de caminar a zonas cercanas para ir al sanitario. Una migrante mexicana sin documentos dice que “Por lo que está pasando, tenemos miedo de pedir ayuda o movernos a un refugio”.
El peso de ser inmigrante en Estados Unidos y las políticas antimigratorias de Donald Trump mantienen en la angustia a familias trabajadoras.
Después de estos desastres muchos migrantes indocumentados también temen pedir compensaciones por los daños al gobierno por temor a ser detenidos.
Los servicios médicos que le niegan la calificación a programas de salud como Medicaid a indocumentados se “ablandan” para darles servicios limitados por la emergencia.
Texas ocupa el segunda lugar en Estados Unidos con mayor población latina, 9.8 millones. La zona donde se preveía que impactara el huracán es de mayoría hispana, y según los datos de Pew Research, la zona metropolitana más afectada por las inundaciones tiene el 36,4% de la población latina.
Se está a las puertas de una catástrofe humanitaria y los migrantes, los afroamericanos, así como el conjunto de la clase trabajadora y los sectores populares de Estados Unidos sufren las consecuencias de este desastre natural cuyas afectaciones se podrían evitar si no viviera la mayoría de la población, el 99%, en condiciones de precariedad.