La autora es Bini Adamczak, teórica política, filósofa alemana y artista, que en 2004 publicó el libro en su idioma, y este año salió en inglés por la editorial MIT press.
El título en alemán es Kommunismus: Kleine Geschichte, wie Endlich Alles Anders Wird, algo así como, “Comunismo: una pequeña historia, y cómo al final todo puede ser diferente”. Pero en inglés quedó como “Communism for Kids” una particular traducción que dio lugar a confusiones.
Elizabeth Yang @Elizabeth_Yang_
Domingo 11 de junio de 2017
Según Adamczak declaró a la BBC, "Al escribir el libro, me di cuenta de que el lenguaje académico borraba toda afectividad, así que tuve la idea de escribir en lenguaje para niños, que es más simple y todo el mundo lo entiende ".
El libro está dividido en dos partes, y en la primera responde a preguntas básicas (aunque no simples) sobre qué es el comunismo, el capitalismo, el trabajo, el mercado, la crisis. En la segunda se pregunta “¿qué hay que hacer?”, y propone seis ensayos. Un epílogo concluye con el “Deseo comunista”. Aquí comienza con una definición importante: “El fin de la historia ha finalizado. Cuando el politólogo Francis Fukuyama anunció el fin de la historia en 1992, él simplemente quería decir que no había más alternativa al capitalismo liberal, nunca más. Este relato de la ideología burguesa no tardó mucho en ser cuestionado”.
Y luego relata desde la irrupción zapatista en 1994, hasta el movimiento antiglobal de Seatle y el 2001 en Génova. Pero también dice que este cuestionamiento al “fin de la historia” tenía un límite al no plantear que “otro mundo es posible”. Aclara que en otras épocas la pregunta era cuál de los mundos posibles era el mejor o para cuándo llegaría ese momento del cambio revolucionario. Y termina afirmando que en la actualidad, en vez de esperar un mundo mejor, pareciera que hay solo temor a un presente peor.
De todos modos, las preguntas que animaron a la autora a escribir el libro publicado en Alemania en el 2004 fueron diferentes. Mientras vivimos el supuesto presente del fin de la historia, cómo podemos hacer para hablar del “comunismo en la era del poscomunismo”. El comunismo tiene que ser imaginable para poder ser deseable, dice Bini Adamczak.
Luego, continúa desarrollando esta idea, que evidentemente no es para Kids.
Como era de esperarse, cuando salió en inglés y publicado por MIT Press, la editorial del Instituto Tecnológico de Massachusetts, la obra generó muchas críticas de los políticos y medios de comunicación conservadores de los EE.UU., varios se referían al libro como el "que enseña a los niños el comunismo".
Otros llegan a decir que la Academia del MIT está fuera de control.
En Argentina, el diario La Nación aprovecha para identificar al comunismo con los crímenes de Stalin, y desacreditar el libro. Sin embargo, la autora se diferencia del stalinismo (can thouse who coyly refuse to take responsabillity for the legacy of stalinism and its victims still be allowed to call themself communists today?) “¿Se les puede permitir a los que se niegan a asumir la responsabilidad del legado del estalinismo y de sus víctimas llamarse aún hoy comunistas?” Justamente hace referencia a las esperanzas de los bolcheviques de 1917 en que la revolución se extendiera a Europa, sobre todo a Alemania, pero la revolución fue derrotada.
También hay intelectuales de renombre como Fredric R. Jameson, reconocido crítico literario marxista, profesor de literatura francesa en Yale y director del programa de pos-graduación en literatura da Duke University, que elogió el libro.
"Este pequeño libro encantador puede ser útil para mostrar a los jóvenes que hay otras formas de vida y de vivir que la que actualmente "disfrutan "; e incluso algunos adultos pueden aprender de este libro también", dice Jameson. "En un momento en que nuestras generaciones más jóvenes no sólo están insatisfechas sino que son suficientemente activas como para tener nuevos pensamientos propios y buscar seriamente a su alrededor las alternativas, la pedagogía política tiene una función real y podría, como en este caso, reinventarse en nuevas formas."
Para Rachel Kushner, autora de The Flamethrowers, novela elegida como "10 Best Books of 2013" por el “New York Times Book Review”:
"Comunismo para niños”, de Bini Adamczak, es de hecho para todos, un libro inspirado y necesario especialmente para ahora, en un momento en que la gente siente que estamos al borde de la destrucción del mundo, sin ninguna esperanza, ni de creer en un mundo nuevo. ¿Doscientos años de capitalismo nos han traído la libertad? ¿O sólo mayor desigualdad de la que nunca había experimentado la humanidad en la tierra? El capitalismo global no es el destino de la humanidad, simplemente es. Pensar más allá de él, con la ayuda del libro de Adamczak, es dar un primer paso hacia la libertad, al menos la libertad de imaginar otros mundos".
En relación a los últimos tiempos, Bini Adamczak, se refiere a los movimientos de ocupación de plazas, los Occupy, como fueron los casos de Tahrir en Egipto, Plaza del Sol en España, Syntagma en Grecia, o más recientemente en Francia, en la Place de la Republique, más influenciado por el llamado Nuit Debout (Noches de pie), destacando que en muchos casos se excluyen a los partidos políticos.
En Grecia también hace referencia a las ocupaciones que fueron inspiradas por las experiencias de Argentina en la crisis del 2001, en alusión a los ejemplos como Zanón, de ocupación de fábricas y de autorganización. Aunque en este último caso cabe aclarar que la influencia del Partido de los Trabajadores Socialistas de Argentina fue fundamental para ayudar a fusionar las ideas del marxismo revolucionario, es decir del trotskismo, con el movimiento vivo de los trabajadores.
El libro es actualmente el número uno de nuevo lanzamiento en la categoría "Comunismo y Socialismo" en Amazon.
La editorial MIT Press describe el libro un poco así: "Todo se despliega como una historia, con princesas celosas, huidas fantásticas, campesinos desplazados, patrones promedio y trabajadores cansados - por no mencionar una tablilla Güija, una silla que habla y una olla grande llamada ‘el estado’. Antes de que se den cuenta, los lectores estarán aprendiendo sobre la historia económica del feudalismo, las luchas de clases en el capitalismo, las diferentes ideas del comunismo y mucho más. Por último, la competencia entre dos fábricas conduce a una crisis que los trabajadores intentan resolver de seis maneras diferentes (la mayoría tomadas de modelos históricos comunistas o de cambio socialista). Cada intento falla, ya que el verdadero comunismo no es tan fácil después de todo. Pero tampoco es tan difícil, por fin, el pueblo toma todo en sus propias manos y decide por sí mismo cómo continuar. ¿Final feliz? Solo el futuro lo dirá”.
Elizabeth Yang
Profesora de Lengua y Cultura portuguesa. Fundadora del PTS y columnista de la sección Cultura de La Izquierda Diario.