De acuerdo al canciller de República Dominicana, Miguel Vargas, el Gobierno de Maduro y la MUD regresan a Santo Domingo el próximo lunes para alcanzar un "acuerdo definitivo" en las negociaciones secretas que sostienen a espaldas del pueblo desde el año pasado.
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Jueves 1ro de febrero de 2018 00:10
Según el comunicado de Miguel Vargas "Confiamos en que después que las partes realicen las consultas de lugar, podamos reunirnos el próximo lunes 5 de febrero, para poder culminar la negociación con un acuerdo definitivo", luego de retomar las negociaciones este lunes 29 de enero. Se tratan de conversaciones que se realizan a puerta cerrada en la Cancillería Dominicana y en medio de un gran hermetismo.
Al término de esta nueva ronda de conversaciones, el presidente Medina anunció este miércoles que las partes firmaron "un acta con los avances de la agenda del diálogo", pero que quedan asuntos pendientes que deben ser discutidos en Caracas, por lo que se van a dar varios días para volver a la mesa de diálogo en Santo Domingo. De acuerdo al canciller dominicano es "positiva" la firma este miércoles de "un acta de los avances de la agenda para los acuerdos del diálogo de convivencia en Venezuela”, que es auspiciado por el presidente dominicano, Danilo Medina.
A su juicio de la cancillería dominicana, el documento suscrito por todos los representantes del Gobierno de Maduro y todos los representantes de la oposición aglutinados en su mayoría en la llamada Mesa de Unidad Democrática, además de los cancilleres y embajadores de los países acompañantes, y que dicho avance "constituye un gran paso". Si bien a estas negociaciones acuden los partidos opositores que más diputados tienen en la Asamblea Nacional, para ésta nueva ronda que se lleva a cabo, el partido Voluntad Popular de Leopoldo López, decidió no participar aunque sin hacer oposición a su realización, a diferencia de los sectores más duros como María Corina Machado que se aglutina en el movimiento Vente Venezuela y Antonio Ledezma de Alianza Bravo Pueblo –fugado del país - se oponen férreamente a las mismas.
Aunque siempre en medio de las palabras cruzadas, la existencia del acta, que ha sido confirmada por ambas partes, para el chavismo se trata de un preacuerdo, mientras que la oposición insiste en que aún faltan varios temas en los que “avanzar”. Sin embargo para el gobierno de República Dominicana, si bien las negociaciones no han concluido, “se han obtenido importantes progresos” desde que representantes del gobierno de Maduro y de la MUD se reunieron por primera vez el 13 de septiembre de 2017, en Santo Domingo.
El gobierno de Maduro participa en estas negociaciones en medio de una economía en situación de catástrofe y un proceso hiperinflacionario donde los precios de los productos esenciales se disparan diariamente y un salario pulverizado en su poder de compra, y luego de haber anticipado las elecciones presidenciales como maniobra política. La oposición lo hace en una situación debilitada y dividida, aunque apalancada por el imperialismo estadounidense quien viene haciendo una presión fuerte sobre el gobierno de Maduro para obligarlo a sentarse en la mesa y capaz a ceder. Esto no es un secreto, sino que lo ha declarado abiertamente el propio Departamento de Estado con las sanciones de Donald Trump, y sobre tales sanciones hizo referencia en su discurso de este martes a un año de su gobierno.
Si bien el gobierno ha procedido a la excarcelación de decenas de personas que la oposición considera sus presos políticos en diciembre pasado, uno de los temas de la agenda de las negociaciones y punto que habría hecho crisis en las negociaciones en curso, es el adelanto de las elecciones presidenciales para antes del 30 de abril, en los que Maduro se ha lanzado anticipadamente a la reelección, así como el proceso obligatorio de validación de partidos políticos que decretó la fraudulenta “Asamblea Constituyente”, han marcado la tónica de esta nueva ronda de negociaciones, que se inició el pasado lunes y se extendió hasta este miércoles, para volverse encontrar el 5 de febrero.
Como es claro, Maduro sumergido en medio de una de las mayores crisis económicas que ha vivido el país en los últimos tiempos, busca asegurarse la continuidad y una “relegitimización” anticipando las presidenciales, aprovechando la actual crisis de la MUD y el resto de las organizaciones de la oposición. Sabe que, así como supo imponer una fraudulenta Constituyente, y encontrar todos los mecanismos para garantizarse las elecciones a gobernadores y municipales, considera que puede utilizarlos en una anticipada elección presidencial.
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Como ya habíamos anticipado por este medio, como un libreto político ya preparado, el chavismo comenzó a estableces mecanismos para que cualquier eventual candidato de la MUD –únicos en verdad en disputarle una elección presidencial–, si deciden participar de las presidenciales, ya entre debilitado, mediante una resolución del TSJ que ordena que la tarjeta “Mesa de Unidad Democrática (MUD)” –que aglutina a la mayoría de los partidos de la oposición derechista– no se pueda validar ante el Consejo Nacional Electoral (CNE). Todo en un marco de maniobras políticas del gobierno bonapartista de Maduro no hacen –una vez más-, más que dejar en manos de la derecha la demagogia de la demanda de democracia. A esta tampoco le interesa que el pueblo trabajador pueda pesar en las decisiones ante la catastrófica situación nacional, sino lograr algún tipo de pacto que le permita disputar el gobierno para sus propios fines reaccionarios.
Los puntos centrales que continúan levantando los representantes de la MUD, de acuerdo a sus propias declaraciones, son “garantías electorales que permitan unas elecciones justas”, la “apertura de un canal humanitario”, la liberación de los privados de libertad que considera "presos políticos" y la “restitución de los poderes constitucionales” a la Asamblea Nacional controlada mayoritariamente por la oposición. Para el chavismo, se trataría del levantamiento de las sanciones económicas que pesan sobre algunos de sus funcionarios del alto escalón gubernamental y otras que pesan directamente sobre la economía, y el reconocimiento de su “Asamblea Constituyente”, un órgano que se ha autodeclarado “plenipotenciario” y “supraconstitucional, de composición netamente chavista. Aunque, según el diputado de la MUD, Luis Florido, y el asesor del bloque opositor, el empresario Jorge Roig, este miércoles no se llegó a un acuerdo por “las diferencias que todavía existen en cuanto a las condiciones definitivas de las presidenciales y el reconocimiento de la Constituyente”.
Sin embargo, debemos recordar que estas mesas de diálogo se hacen en total secreto, a espaldas del pueblo pobre y trabajador que es la principal víctima de los embates de la crisis catastrófica que atraviesa el país. En estas diálogos, lejos de solución a las necesidades obreras y populares lo que se pacta en realidad es el reacomodo y los respectivos intereses tanto del gobierno como de la oposición y el empresariado nacional, tanto en el plano político como en materia económica para continuar descargando la crisis sobre el pueblo: los violentos aumentos de precios que el gobierno autoriza a los empresarios son una muestra de la verdadera cara de las “soluciones” que se pactan a espaldas del pueblo.
Nada cabe esperar de positivo de estas negociaciones para los trabajadores y sectores populares del país, es necesario poner en pie una fuerza independiente que barra con las negociaciones a espaldas del pueblo trabajador, forjando un gran polo de independencia de clase, que levante luche por un plan de emergencia obrero y popular, surgido desde el propio pueblo que padece la crisis, esta es la única salida progresiva a crisis imperante que golpea con ferocidad al pueblo trabajador.