Con la participación de trabajadores y estudiantes de diferentes estados de México y con delegaciones de Costa Rica y Estados Unidos, sesionó el IV Congreso del Movimiento de las y los Trabajadores Socialistas (MTS).
Viernes 22 de noviembre de 2019
El Congreso comenzó con un acto inaugural en que organizaciones y sindicatos como el Sindicato Único de Trabajadores del Instituto de Educación Media Superior (SUTIEMS), el Sindicato de Trabajadores Académicos de la Universidad de Chapingo (STAUCh), la Coordinadora de Abogados Primero de Diciembre (referente de la lucha por los Derechos Humanos), el Frente de Escuelas Democráticas Febrero 25, las Brigadas Emiliano Zapata y la Asamblea General de Trabajadores (AGT), el Frente Nacional de Movimientos y Organizaciones Populares (FNAMOP), así como los delegados de Organización Socialista de Costa Rica y Left Voice de EEUU, dieron un saludo al Congreso deseando una rica discusión y reivindicando el trabajo y desarrollo político del MTS.
La asistencia incluyó a decenas de delegados partidarios de estudiantes de la UNAM, UAM y el IPN, trabajadores de gremios universitarios, maestros de educación básica y superior, y delegaciones de ciudades como Chihuahua, Jalisco, Matamoros, así como trabajadores estatales y de diferentes industrias.
Una ubicación internacionalista para esta nueva oleada de la lucha de clases
La primera sesión estuvo dedicada a la situación internacional. El Congreso se realizó en un momento de importantes cambios, con el resurgir de la lucha de clases en diversas latitudes y con un epicentro destacado en nuestro continente, que tienen como trasfondo un momento de estancamiento económico y un escenario recesivo que golpea la economía en el globo.
Este contexto es un caldo de cultivo para la aparición de importantes luchas de los trabajadores y sectores populares como respuesta a los ataques de gobiernos, que buscan descargar el costo de la crisis económica sobre las espaldas del movimiento de masas. Pero, este nuevo escenario no surgió de la “nada” sino que es el segundo momento de resistencia -el primero fue en 2011 con la “Primavera Árabe”- ante los efectos de la crisis de 2008, que a 11 años no tiene solución.
Esta nueva ola de la lucha de clases comenzó con los Chalecos Amarillos en Francia, siguió por las gigantescas protestas en Cataluña, los movimientos juveniles en Hong Kong, las protestas en Ecuador, Haití, Puerto Rico. Se discutió con particular detenimiento la situación en Chile y en Bolivia.
En el primer caso caracterizando el proceso que inició con las “jornadas revolucionarias” contra el legado de la dictadura de Pinochet y el gobierno patronal de Piñera, como lo más avanzado del continente, donde está planteada la posibilidad de que avance a una situación revolucionaria.
Y en el cual los militantes del Partido de los Trabajadores Revolucionarios (organización hermana del MTS en Chile) vienen dando una fuerte pelea contra las maniobras del gobierno por apaciguar el movimiento con negociaciones, y por fortalecer la autoorganización de los sectores en lucha. Como parte de las resoluciones del Congreso, se ratificó el impulso a una gran campaña contra la represión en ese país.
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En el caso de Bolivia se habló de la importancia de repudiar el golpe de Estado que se llevó adelante por parte la policía, el ejército, las iglesias y el empresariado racista del país, partiendo de que es clave derrotar el golpe, pelea que viene dando la Liga Obrera Revolucionaria Cuarta Internacional (LOR-CI) la cual es la organización hermana del MTS en Bolivia, y solidarizarnos activamente a nivel continental con los sectores de trabajadores, indígenas y campesinos y mujeres que vienen enfrentando a los militares golpistas, campaña que la Fracción Trotskista por la Cuarta Internacional (FT-CI), corriente a la que pertenece el MTS, viene impulsando activamente.
En este marco, intervinieron las delegaciones internacionales de Left Voice y Organización Socialista de Costa Rica, señalando la oportunidad que se presenta a los y las socialistas en esta coyuntura para forjar partidos revolucionarios y construir una corriente internacional, perspectiva por la cual luchamos desde la FT-CI.
La delegación de camaradas de Costa Rica ahondó sobre la situación que se vive en ese país y en Centroamérica, en el marco de la disputa que mantienen China y Estados Unidos por el control geopolítico de la región, planteando que Estados Unidos no logra controlar los flujos comerciales y explicando el carácter de los acuerdos de varios países centroamericanos con China, lo cual es una clara expresión de la crisis de hegemonía de aquél país a nivel mundial.
Por su parte, la delegación estadounidense habló del clima político de polarización que se vive en su país, donde la mayoría de la juventud cree que es mejor un sistema socialista a uno capitalista, si bien es cierto que la mayoría de esa juventud entiende el socialismo como una distribución más justa de la riqueza, y no como la expropiación de las propiedades de los grandes capitalistas a través de la acción revolucionaria de la clase trabajadora y las masas, como base de una economía planificada en función de las necesidades sociales.
La enorme simpatía por la idea del socialismo es un gran aliciente para las organizaciones revolucionarias en aquél país y permite abrir diálogo con amplios sectores sobre la necesidad de terminar con el capitalismo. Mientras tanto, Trump intenta consolidar a su reaccionaria base electoral en el marco de que se avizora una recesión económica en ese país y que también surgieron nuevos fenómenos de la lucha de clases, como la huelga de General Motors que ya es histórica en el país del norte.
Estrechar la colaboración revolucionaria entre quienes, como parte de la FT, sostenemos en México, Costa Rica y Estados Unidos una perspectiva antiimperialista e internacionalista en el marco de la ofensiva injerencista del imperialismo estadounidense en América Latina, fue una de las resoluciones abrazadas con más entusiasmo por todas y todos los asistentes al congreso.
Por una organización socialista y revolucionaria en México
Posteriormente, el Congreso discutió la dinámica política de México, abordando las fortalezas y debilidades del gobierno de AMLO, utilizando el concepto de “bonapartismo” para entender cómo viene funcionando y caracterizándolo como un gobierno fuerte (por el apoyo popular que conserva), pero con fuertes contradicciones, y que mantiene la subordinación económica a los Estados Unidos y su política migratoria y de seguridad.
Discutimos la dinámica del primer año de gobierno, que desplegó políticas reaccionarias y conservadoras -como los miles de despidos a trabajadores estatales, la continuidad de la militarización del país, los megaproyectos- mientras sostiene una retórica “progresista” y algunas concesiones para presentarse como una alternativa al neoliberalismo.
Durante el Congreso se dio cuenta de las importantes luchas que ha dado la clase trabajadora mexicana en el contexto de la 4T, como lo fue a principios de año la oleada de huelgas y paros obreros en Matamoros, la lucha del Sindicato Independiente de Trabajadores de la Universidad Autónoma Metropolitana (SITUAM) de más de tres meses, así como los procesos de luchas y paros universitarios que protagonizó el movimiento estudiantil y cómo, en ambos casos, mujeres y jóvenes juegan un rol destacado.
Se plantearon las tareas que tenemos las y los revolucionarios en este contexto nacional, la necesidad de construir una alternativa militante, revolucionaria, independiente y a la izquierda del “progresismo” de López Obrador, un progresismo de patas cortas pues no cuenta con las condiciones económicas y un contexto internacional propicio para otorgar concesiones sustanciales y duraderas al movimiento de masas, como llegaron a tener los gobiernos posneoliberales latinoamericanos en la década previa, cuando los precios de las materias primas alcanzaron altos niveles.
El Congreso discutió las tareas que tenemos para posicionarnos como alternativa por izquierda al Morena y construir una alternativa socialista, internacionalista y revolucionaria de los trabajadores, las mujeres y la juventud en México.
En ese terreno se destacó especialmente darle mayor impulso a La Izquierda Diario México, que -como parte de una Red Internacional en 8 idiomas y 12 países- alcanza 700 mil entradas mensuales y ha jugado un rol destacado en la difusión de las luchas obreras y populares, en sostener una política para el triunfo de las mismas, y desde donde planteamos una perspectiva y un programa socialista y revolucionario ante la política del gobierno y la continuidad de la subordinación al imperialismo.
Se discutió destacadamente el lugar del diario y múltiples iniciativas para difundir y hacer llegar a cientos de miles las ideas socialistas y de izquierda, impulsando campañas políticas en defensa de los derechos de los trabajadores, la juventud, las mujeres y la diversidad sexual, así como en solidaridad con las luchas en México y el mundo, dándole voz y cabida a las denuncias de los trabajadores y los sectores populares, así como a las opiniones de intelectuales y personalidades que sostengan una perspectiva independiente al gobierno y la oposición burguesa.
A la par, debatimos que el diario debía ser una herramienta fundamental para organizar -en redes o comités de LID- a trabajadores, mujeres y jóvenes, y para amplificar la construcción de las agrupaciones que impulsamos, en todo el país, como la Agrupación Juvenil Anticapitalista, Pan y Rosas o las agrupaciones clasistas y combativas que desplegamos en distintos sectores de movimiento obrero para luchar en el seno del mismo por construir fracciones revolucionarias dispuestas para la lucha de clases.
Discutimos que, tal y como vimos con nuestra participación en la lucha obrera de Matamoros con el movimiento 20-32 y con la huelga de Coca-Cola en Ciudad de México, es de vital importancia pelear por recuperar los sindicatos de manos de las burocracias alineadas con el nuevo gobierno, que mantienen un pacto que impide a los trabajadores unirse y luchar decididamente por sus reivindicaciones.
En ese marco, se definió darle continuidad y reforzar la campaña #Queremos Trabajo Digno, contra la austeridad de la 4T y los recortes, precarización y miles de despidos de trabajadoras y trabajadores estatales, ya que el plan de austeridad del gobierno de López Obrador busca adelgazar el sector estatal implementando la subcontratación y tiene como consecuencia decenas de miles de familias obreras sin sustento.
En ese marco, el congreso discutió la importancia de impulsar una gran agrupación Pan y Rosas a nivel nacional, con una perspectiva socialista, revolucionaria e internacionalista, que pelee por derechos democráticos elementales como el derecho al aborto legal para todas las personas gestantes y que defienda los derechos laborales de las mujeres y de la población LGBT.
Una agrupación que se plante junto a las luchas obreras y vibre con la lucha de las mujeres en Chile, Bolivia y en todo el mundo que enfrentan en primera línea la represión; y que combata la violencia patriarcal en sus distintas manifestaciones, particularmente contra el feminicidio y los crímenes de odio. En ese marco, luchar por la separación efectiva de la iglesia del Estado y contra la derecha ultra conservadora que es representada por las iglesias evangélicas y el alto clero católico que tienen gran incidencia en la discusión política en el país.
A la par de esto, pelear por la independencia del movimiento de mujeres frente al gobierno y los empresarios, y por enfrentar al binomio patriarcado-capitalismo con un movimiento combativo y en las calles que vea en la clase trabajadora una aliada para enfrentarlo y arrancar nuestros derechos, lo cual implica y continuar debatiendo y disputando políticamente con las corrientes que -como el separatismo- son adversarias de la autoorganización democrática y de la masificación del movimiento de mujeres.
Por otro lado, se planteó la importancia de seguir avanzando en la tarea de construir una potente organización juvenil que retome la lucha contra la antidemocracia en la UNAM y contra el cambio climático en perspectiva anticapitalista, revolucionaria y socialista, así como la lucha codo a codo con los trabajadores. En ese sentido, se resolvió impulsar la Agrupación Juvenil Anticapitalista (AJA) a nivel nacional.
Entre las resoluciones que se votaron destacó la necesidad de trabajar un Manifiesto Programático del MTS como una herramienta para discutir con miles de estudiantes y trabajadores. También llevar adelante una gran campaña por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito en todo el país.
Como corolario, considerando que las ilusiones de amplios sectores de la población tenderán a chocar con los límites de un gobierno que no podrá cumplir con todo lo que prometió, sostenemos que es necesario que la clase trabajadora, las mujeres y la juventud pongamos en pie una herramienta política independiente del gobierno y del Morena, así como de la oposición burguesa, que postule una perspectiva anticapitalista y socialista, y luche por la ruptura con los mandatos del imperialismo estadounidense. Es a esta perspectiva a la que quienes integramos el Movimiento de las y los Trabajadores Socialistas abocaremos toda nuestra energía en el próximo periodo.