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Red Internacional
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Juventud. Con el ejemplo de Larreta, Vidal también analiza prohibir las fiestas electrónicas en la provincia

Tras los hechos de Time Warp, parece que a los funcionarios de todo el país no se les ocurre una mejor idea que censurar espacios de esparcimiento para la juventud.

Jueves 28 de abril de 2016

“No podemos hacerlas de un lado sí y del otro lado no”, sostuvo el ministro de seguridad bonaerense, Cristian Ritondo. Tras la decisión de Rodríguez Larreta de prohibir las fiestas electrónicas en Capital Federal, la provincia de Buenos Aires ahora analiza ponerse a tono con la política represiva del otro lado de la General Paz. Estas iniciativas, más que garantizar “salud” y “seguridad”, culpabilizan a la juventud y censuran sus espacios de esparcimiento.

Ritondo aseguró que discutirá con la gobernadora nuevas medidas para afrontar la problemática del consumo de drogas en fiestas. Lo único esperable, dado el tono de las medidas ya anunciadas y las declaraciones de distintos funcionarios de Cambiemos, es más prohibicionismo para la juventud. Es necesario señalar que en algunas localidades fueron funcionarios del FpV quienes impulsaron la prohibición de fiestas electrónicas, tal como sucedió en Tucumán.

Cinismo al palo

Ritondo también manifestó que no está de acuerdo con la despenalización de las drogas, porque antes “hay que hacer todo un trabajo de educación, de capacitación y de poder de elección que no tiene la mayoría de los argentinos”. Cabe preguntarse si existe realmente en los planes del gobierno la voluntad de avanzar en políticas y programas en este sentido, dado que el ámbito educativo es precisamente, uno de los blancos favoritos de las políticas de ajuste de la gobernadora María Eugenia Vidal.

Por otro lado, sería interesante que antes de observar el problema del consumo, se discutieran las responsabilidades en torno al narcotráfico, caballito de batalla durante la campaña electoral de Cambiemos. Resulta difícil pensar que el gobierno provincial se esté planteando hasta el final este objetivo, cuando recientemente acaba de destinar cifras millonarias para engrosar el poder de fuego de la policía Bonaerense, actor clave y garante del entramado narco y el gran delito en la provincia.

Por último, la principal muestra de cinismo por parte del ministro, tuvo lugar al afirmar que el problema que tiene la provincia de Buenos Aires “son las fiestas clandestinas, que se comunican por redes sociales y son difíciles de detectar”. Claramente hay un problema, dado que en el marco de una fiesta clandestina en La Plata, perdió la vida la joven estudiante de periodismo Emilia Uscamayta Curi, el 1 de enero. Un dato que omitió Ritondo, es que precisamente estas fiestas clandestinas no podrían existir sin la complicidad de la policía que su gobierno acaba de armar hasta los dientes con 1600 millones. Tampoco podrían existir sin el visto bueno de los gobiernos municipales, tal como quedó en evidencia con el caso de Emilia, en el que están señalados como responsables funcionarios del gobierno de Julio Garro, intendente de La Plata por Cambiemos.