En uno de los epicentros de la lucha magisterial, Alejandro Murat Hinojosa obtuvo la gubernatura con 525,848 votos, pero estos comicios fueron cuestionados por distintas irregularidades.
Martes 14 de junio de 2016
En los comicios a gobernador, Alejandro Murat Hinojosa -vinculado a los Panamá Papers y candidato de la coalición integrada por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) y el Partido Nueva Alianza (Panal)- se alzó con el triunfo y ya obtuvo su constancia de mayoría.
La coalición Partido Acción Nacional (PAN)-Partido de la Revolución Democrática (PRD), con José Antonio, “Pepe Toño”, Estefan Garfias como candidato, obtuvo 407,580. Por su parte, Morena, consiguió posicionarse como tercera fuerza en la entidad, con 374,826 votos, conquistados en gran parte por el apoyo de maestros de la sección 22.
Acción Nacional, en voz de su representante Maximiliano Luis Juárez, denunció que “fue un proceso electoral cuestionado y avasallado”.
Mientras tanto Flavio Sosa Villavicencio, del Morena, señaló que “el gobierno de Gabino Cué termina aliándose con el tirano”. Y según declaró Salomón Jara Cruz, excandidato a gobernador por este partido, no reconocen el resultado de la elección y comenzarán una lucha jurídica y política “en defensa del voto”.
Según datos del Instituto Estatal Electoral y de Participación Ciudadana de Oaxaca, 59.63% de las personas incluidas en el padrón electoral concurrieron a las urnas.
Alternancia de los de arriba
Hace diez años, el PRI había perdido el control de un estado donde había detentado históricamente la hegemonía. Fue durante lo que se conoció como la Comuna de Oaxaca.
Un desalojo violento del plantón magisterial por parte de la policía estatal, efectuado el 14 de junio del 2006, fue el detonante para el levantamiento del magisterio oaxaqueño y amplios sectores populares contra el autoritarismo del gobernador priista y asesino Ulises Ruiz. Éste, apenas en los primeros meses de su gobierno, iniciado en 2004, ya contaba en su haber con 35 muertos y más de 600 presos políticos, que se sumaron a un número aún indeterminado de muertos, desaparecidos y detenidos durante la Comuna de Oaxaca.
Ahora, en 2016, el PRI recupera el estado. ¿Cómo pudo suceder?
En las elecciones de 2010, pesó el voto castigo y esto llevó al triunfo a Gabino Cué, hoy gobernador saliente. Éste fue el candidato de la coalición PAN-PRD-Convergencia. Pero el hombre que reemplazó a Ulises Ruiz en la gubernatura también tuvo su pasado priista.
Gabino Cué Monteagudo en la década de 1990 sirvió al PRI: en Oaxaca fue funcionario del gobierno de Diódoro Carrasco Altamirano, y en 1998 se sumó al gabinete de Ernesto Zedillo, ocupando distintos puestos en la Secretaría de gobernación.
Para 2002, se cambió al partido Convergencia, porque el PRI le había negado una candidatura. Y fue presidente municipal de la ciudad de Oaxaca por Convergencia. Contendió por la coalición PAN-PRD-Convergencia-PT en las elecciones de 2004 y ganó.
Hoy, junto a Peña Nieto, Gabino Cué ordena los operativos represivos contra el magisterio oaxaqueño, como el brutal desalojo en la madrugada del domingo 12 de junio.
El gobernador saliente de Oaxaca, que había prometido cárcel a Ulises Ruiz, no cumplió con su promesa. No sólo es el gendarme mayor dispuesto a hacer todo lo que esté en su mano para aplicar la reforma educativa en el estado de la sección 22 -incluidas la reestructuración del Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO) y las detenciones arbitrarias de dirigentes y activistas magisteriales- sino que deja el estado sumido en la miseria.
Según datos del Coneval, Oaxaca ocupa el primer lugar en personas en mayor pobreza en el país: registra un aumento de 61.9% en 2012 a 66.8% en 2014 según datos del Coneval. La pobreza extrema también creció de 23.3 a 28.3%. A esto se le suma el avance de la violencia contra periodistas y la violencia contra las mujeres en la entidad.
Definitivamente, pesó el descontento en estas elecciones y José Antonio, “Pepe Toño”, Estefan Garfias, el candidato de la coalición PRD-PAN, perdió. Ante eso, la “alternancia” llevó al triunfo al candidato priista, retornando este partido al gobierno estatal.
Perspectivas para el gobierno de Murat
Como decimos arriba, este domingo 12 de junio fue desalojado el plantón magisterial que estaba frente al IEEPO y los gobiernos de Peña Nieto y Gabino Cué realizaron las detenciones arbitrarias de Rubén Núñez y Francisco Villalobos, dos líderes de la sección 22. Justo el día anterior a que se oficializara a Murat como ganador de las elecciones a gobernador.
Un intento desesperado de apagar el fuego de un movimiento cuyas llamas se extienden ante cada intento represivo, como se evidenció en las acciones de ayer y hoy.
Estrenando un discurso demagógico, al recibir la constancia de mayoría Alejandro Murat declaró “En la democracia dentro de este marco institucional se gana y se pierde, en esta elección no hay ganadores ni vencidos, el ganador es el pueblo de Oaxaca”. Y llamó a las fuerzas políticas a la unidad en un “gobierno de puertas abiertas”, mientras convocó a los maestros al diálogo y la concertación.
Claro: llama a la unidad de los de arriba para calmar las aguas en un estado donde las protestas del magisterio van ganando apoyo, a pesar de los golpes represivos. Al menos en el discurso, Murat parece apostar al desvío del movimiento magisterial. ¿Será que le deje a Gabino Cué el “trabajo sucio” de la represión?
El triunfo en las urnas no es sinónimo de apoyo social. Según encuestas del diario Reforma, previas a las elecciones, por lo menos el 60% de la población de Oaxaca rechaza al PRI.
Todo depende del camino que decidan tomar la dirección de la sección 22, la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) y las bases magisteriales. Para eso será fundamental que los trabajadores y el pueblo de Oaxaca adopten una perspectiva independiente de todos los partidos del Congreso para pelear por sus derechos y en contra de las instituciones.
Si la lucha contra la represión al magisterio y contra la reforma educativa se hace carne en sectores más amplios, Murat no podrá consolidar la aplicación de las reformas estructurales en Oaxaca. Hacia allí miran con esperanza, pendientes de las acciones del magisterio combativo, los sectores más avanzados de la clase trabajadora y los sectores populares de todo el país.