Héctor Daer y Pablo Moyano hacen declaraciones públicas diagnosticando la crisis y criticando a Milei, pero evitan dar precisiones sobre qué hará en lo inmediato la central sindical para pararle la mano al Gobierno hambreador. ¿Qué esperan para lanzar un plan de lucha con paro general hasta hacer retroceder este feroz ajuste?
Lunes 19 de febrero 14:55
Acto de la CGT durante el paro del 24E | Foto Enfoque Rojo
Durante el fin de semana se conoció un informe del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina (UCA). Allí se recopilan datos sobre la crisis económica y social que atraviesa el país, con información alarmante en relación a la pobreza y la indigencia. Una de las conclusiones más duras sobre la corta gestión de Javier Milei dice que la indigencia creció del 9,6 % en el tercer trimestre de 2023 al 14,2 % en diciembre de 2023 y al 15 % en enero de 2024; y que la pobreza pasó del 44,7 % en el tercer trimestre del año pasado al 49,5 % en diciembre y al 57,4 % en enero. “Las peores cifras de los últimos veinte años”, sentenciaron desde la UCA.
Con este telón de fondo, en las últimas horas se conocieron algunas reflexiones de parte de la conducción de la Confederación General del Trabajo (CGT). Entre ellos Héctor Daer y Pablo Moyano.
Durante el fin de semana Daer, cosecretario general de la central y líder del sindicato de Sanidad, dijo ante varios medios que el Gobierno nacional está aplicando un ajuste económico que provoca un “feroz aumento de la pobreza” con graves consecuencias en la población trabajadora. A su vez anticipó que la conflictividad social y laboral irá creciendo en el corto plazo y que, en ese marco, “va madurando” en la dirigencia sindical la posibilidad de convocar a un nuevo paro nacional.
Daer diagnosticó que Milei está “licuando ferozmente” los salarios y que por eso se avecinan diversos “conflictos sectoriales”, especialmente en reclamo de actualización y recomposición salarial. Pero a la vez esquivó toda referencia a si desde la conducción de la CGT están analizando la posibilidad de una nueva huelga, tras el paro a medias (hubo transporte normal durante gran parte del día) que convocaron para el 24 de enero.
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Como toda respuesta a esas inquietudes, Daer responde que la posibilidad de un paro “se va madurando por la propia actitud de ajuste que tiene el Gobierno”. Pero sin precisiones ni fecha estimativa, esa expresión no es más que una abstracción.
Por si fuera poco, Daer asegura que para convocar a una nueva medida de fuerza deben lograr “acompañamiento político, institucional y social”. Como si el llamado al paro del 24 de enero no hubiera contado con un masivo apoyo de la clase trabajadora, que se movilizó por decenas de miles frente al Congreso y en las ciudades más importantes del país. ¿Hace falta tomarle el pelo así a sus “representados”?
Quien también habló en las últimas horas es su coequiper en la conducción cegetista y líder de Camioneros, Pablo Moyano. Con una verba más encendida que su compañero, calificó a Milei como “el hazmerreír del mundo” y aseguró que “con la b, el tipo está en una pelea mediática a través de un tuit”. Así, le recomendó: “Ponete a laburar, hermano. Nos quejamos de que Macri a las 7 decía que llegaba a Olivos y se ponía a ver Netflix y este tipo se pasa todo el día en Twitter y encima para atacar a una laburante”. Se refería, lógicamente, a la cantante Lali Espósito.
Moyano agregó que en dos meses de gobierno, Milei “provocó tanto daño” como si hubiera estado “desde hace diez años”. Y le avisó al Presidente que “se prepare” porque ellos no van a ser “meros espectadores de cómo va destruyendo el país, la soberanía, las empresas del Estado. Que se prepare porque vamos a estar a la altura de las circunstancias”, sentenció en una entrevista por Radio 10.
Dando cuenta de la grave situación social, Moyano dijo que “hay mucha bronca” en los barrios populares y que marzo “va a ser un mes muy conflictivo por el tema de los aumentos de los colegios, las prepagas, la luz. Es una política económica de ajuste total que lo pagan la gente de trabajo. Si este que se hace tan guapo, el Presidente, tan el soberbio, por qué no ajusta a sus amigos”.
Enseguida el líder de Camioneros sugiere que “es el momento donde los grandes empresarios tendrían que hacer un esfuerzo y aportar parte de sus ganancias. Fundamentalmente el campo, las mineras, los bancos, la pesca. Si (Milei) es tan guapo como se hace en las redes, tendría que volver a instalar el impuesto a las grandes fortunas”.
Moyano da algunas ideas de lo que debería hacer Milei. Pero cuando tiene que hablar de lo que él y sus compañeros de la CGT pueden (y deben) hacer, las palabras se vuelven menos contundentes. Apenas un declamativo “vamos a estar a la altura de las circunstancias” y una obvia constatación de que “lamentablemente, esto va a ir creciendo en la conflictividad”.
Pese al autoboicot de las burocracias sindicales al paro del 24E, “garantizando” el transporte hasta las 19 horas de ese mismo día (es decir, permitiendo el funcionamiento de gran parte de la actividad económica), la primera medida de fuerza convocada por la CGT fue una gran demostración de fuerza y voluntad de la clase trabajadora.
Pero luego de ese acontecimiento, las centrales sindicales se mandaron a guardar. De hecho, estuvieron totalmente ausentes de las masivas concentraciones frente al Congreso del 31 de enero y el 1, 2 y 6 de febrero para repudiar la Ley Ómnibus. Manifestaciones que, además de enfrentar la brutal represión de las fuerzas conducidas por Patricia Bullrich, jugó un rol fundamental para desacreditar el proyecto oficial y, finalmente, lograr su caída.
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Los primeros brutales efectos del plan de guerra de Milei quedan expuestos palmariamente en el informe de la UCA que dice que casi seis de cada diez habitantes del país vive bajo la línea de la pobreza. Frente a esta constatación, ¿hasta cuándo la CGT y las CTA van a seguir esperando que desde la Casa Rosada haya un cambio de “orientación”? ¿Qué más debería pasar para poner de pie a la clase trabajadora, con sus métodos de lucha históricos como la huelga general y la movilización masiva, hasta derrotar los planes libertarianos?
No será con declaraciones para la tribuna que se logre un aumento generalizado de salarios y jubilaciones que recupere lo perdido en estos años de inflación galopante, que todas y todos los laburantes salgan de la pobreza e indigencia y que la crisis capitalista no se “solucione” a costa de destrozar los ingresos populares. La burocracia de la CGT y las CTA lo saben, pero se niegan a activar el fenomenal poder de combate que tienen los millones de laburantes a los que dicen representar.
Redacción
Redacción central La Izquierda Diario