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Red Internacional
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Denuncias y relatos obreros. “Con mis compas trabajamos 15 días de corrido, 11 horas diarias… Esas dos semanas fueron terribles, no sabíamos todavía que las siguientes serían peores”

¿Qué tienen en común las empresas Castaño, Ideal y una subcontratista de 3 Montes Luchetti? Que sobreexplotan bajo el amparo de ser empresas esenciales. Aquí te contamos la primera parte de relatos desde trabajadores de la industria alimentaria, que ponen en evidencia el descaro de los patrones y el gobierno.

Beatriz Bravo

Beatriz Bravo Militante del Partido de Trabajadores Revolucionarios

Viernes 8 de mayo de 2020

Tras las paredes de las enormes fábricas de la industria alimentaria, trabajadores viven jornadas laborales extenuantes, amenazas de despidos, descuentos y se preguntan día a día "¿será que me habré contagiado?". A continuación, tres relatos obreros que muestran la vida que no sale en los matinales de la tele.

“¿Te acuerdas que el toque de queda partió un domingo? A mi no se me olvida porque yo entraba al turno de noche ese mismo día, bueno, a las 3 de la tarde de ese domingo, nuestros dirigentes ya nos habían mandado el comunicado con “puño y letra” de la gerencia, de que en vez de entrar a las 23.00 entrábamos a las 20.00. Con mis compas trabajamos, sin mentirte, 15 días de corrido, 11 horas diarias, porque nos “ofrecieron” ir hasta los días libres ¡Esas dos semanas fueron terribles, no sabíamos todavía que las siguientes serían peores! Le reclamamos a los dirigentes que negociaron el horario sin preguntarnos NADA ¿Qué nos dijeron? Que en momentos así, había que dar las gracias por tener trabajo… ¿Te digo la verdad? Todos los días llego a la casa y antes de entrar, me da la neura y me pregunto ¿me habré contagiado hoy día?”.

Así parte uno de los relatos de un joven trabajador de una de estas empresas, otra trabajadora que labura a sólo unas cuadras de distancia en la misma área industrial cuenta “a nosotros nos crearon otra fórmula, que es muy muy trucha, vamos a trabajar la primera semana y estamos a full, la 2da y la 3ra semana nos mandan a la casa suspendidos, y la 4ta volvemos de nuevo a trabajar, una diría “ah ya, igual es bueno porque nos deja descansar y no exponernos tanto al virus”, pero las semanas que estamos en suspensión nuestros sueldos bajan, y mucho. La gente tiene la impresión de que en la industria ganamos bien, pero los sueldos base son el mínimo, como mujeres nos cuesta un kilo que nos suban de escalafón, y si llegamos a las 500 lucas es gracias a los bonos de producción y esas cosas, pero esos con la suspensión bajan al tiro a cero. Mi sueldo bajó mucho ¿y cómo lo hago con las cuentas y la casa? Nosotros somos 4 adultos y un bebé, vivimos en Quilicura, compartimos una casa de la villa Jardines del Norte, o sea, como 55 mts. cuadrados, mi hija y mi nuero están sin trabajo, mi marido jubilado… te juro que a veces me despierto y no sé cómo hacerme las ganas de empezar el día, si no fuera por ellos, ya habría tirado la toalla hace rato”.

“Yo vi que Quilicura entraba en cuarentena y lo primero que pensé fue “¿cómo lo vamos a hacer?”, el día lunes me llegó un salvoconducto que la empresa ya tenía listo, después vi esa imagen que anda circulando, donde muestra que el gobierno decretó que fuera “cuarentena obligatoria parcial”, y te juro que no supe si reír o llorar, quizás suena mal ¿pero cómo estos sacos de pelota se atreven a hacer algo tan descarado? Vi que la cuarentena llega hasta la línea del tren, o sea, toda la industria sigue funcionando tal cual, al lado de nosotros hay empresas que están a siglos de ser esenciales y nosotros no somos tontos, ellos creen que sí pero no, las cachamos al vuelo ¡Es porque los empresarios no quieren perder, quieren seguir ganando como siempre! Es verdad lo que dicen en varios lados, a nosotros nos usan como carne de cañón. En este país, los ricos nunca pierden”, una importante reflexión, con la que cerramos estos relatos de trabajadores que hoy viven la realidad de miles en el país.

Si algo queda claro, es que los capitalistas quieren descargar la crisis sobre nuestros los hombros, pero también, lo urgente que es organizarnos para enfrentar estos abusos. Por eso, te invitamos a enviar tu denuncia, para contar la verdad desde los ojos de los y las trabajadoras.