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Red Internacional
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Normalismo. Con poca difusión, se publica convocatoria para las Normales de la CDMX

En la convocatoria, emitida el pasado 13 de junio, la Autoridad Educativa Federal de la Ciudad de México (AEFCM) establece una serie de parámetros. Tales “requisitos” ¿realmente determinan la vocación docente? ¿o solo son una justificación burocrática de exclusión?

Miércoles 21 de junio de 2023

La semana pasada, la AEFCM dio a conocer los criterios de ingreso a las Escuelas Normales de la CDMX, los cuales constan de una serie de filtros y requisitos para las y los estudiantes que desean estudiar en alguna de las 5 normales públicas que forman parte de la oferta educativa: la Escuela Superior de Educación Física (ESEF), la Escuela Nacional para Maestras de Jardines de Niños (ENMJN), la Escuela Normal Superior de México (ENSM), la Escuela Normal de Especialización (ENE) y la Benemérita Escuela Nacional de Maestros (BENM).

Las fechas establecidas para cumplir los requisitos son las siguientes: 15 al 23 de junio de 2023 un pre-registro en línea, donde lxs aspirantes capturan sus datos para generar una ficha de registro al proceso de admisión. Posteriormente tendrán poco menos de una semana, hasta el 29 de junio, para presentar su solicitud de registro al examen estandarizado. Recibirán un correo de confirmación entre el 10 y el 12 de julio, para presentar el examen EXANORMX-II en la Escuela solicitada el 15 de julio.

Después de 15 días serán publicados los resultados (a partir del 2 de agosto) y lxs aspirantes tendrán los días 3, 4, 7, 8 y 9 de agosto para acudir a la escuela que les fue asignada. No obstante, la convocatoria tiene un apartado de “corrimiento de escalafón” para quienes no alcanzaron lugar en la escuela de su elección y deseen alguna otra opción.

Cabe señalar que este mecanismo de reacomodo de lugares tiene poco tiempo de aplicarse, ya que durante varios años, en particular desde el periodo 2012-2015, se registró un descenso en el ingreso a estas instituciones y fue gracias a la lucha de aspirantes y estudiantes de ese momento que se les impuso a las autoridades este mecanismo de ofrecer lugares sobrantes a quienes quisieran cursar sus estudios en las escuelas normales. Aunque esa lucha no ha terminado, pues los lugares ofertados siguen siendo insuficientes; por ejemplo, las escuelas con mayor demanda (la ESEF, la BENM y la ENMJN) solo cuentan con turno matutino, pues se eliminaron los vespertinos como parte de la política estatal de debilitamiento de la educación normal pública y así abrir espacio a las normales particulares.

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Revalorar la labor docente y al normalismo: solo una promesa más de la 4T

Durante el sexenio anterior, el país se estremeció con la aberrante desaparición forzada en 2014 de 43 estudiantes de la Normal Rural “Raúl Isidro Burgos” de la comunidad de Ayotzinapa. Miles salimos a manifestarnos, tomamos las calles y las escuelas al grito de #FueElEstado; hasta se nos quiso imponer la tristemente célebre “verdad histórica”, la cual terminó de hundir al viejo priismo y el Morena capitalizó políticamente en 2018.

Este proceso de ataque abierto y brutal contra el normalismo tuvo sus consecuencias en el ingreso de estudiantes a esta modalidad, la cual en 2015 registró su más grande caída de matrícula. Esto junto con las restricciones para el ingreso, como el promedio mínimo de 8 y la falta de difusión de la convocatoria entre las escuelas de educación media superior.

En el penúltimo año de este sexenio, pese a la promesa del gobierno actual de revalorar al normalismo, lxs normalistas no han estado exentos de represión, como lo muestra el actual caso de los 91 estudiantes de la Normal Rural de Mactumactzá a quienes buscan nuevamente vincular a proceso; así también los ataques a Normalistas de Teteles, Puebla, o de la Jacinto Canek en Chiapas.

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Algunxs docentes de la Agrupación Nuestra Clase somos egresados de las normales y vemos su importancia para la formación de docentes con compromiso social, algo que se ha ido deteriorando por las políticas gubernamentales, asfixia presupuestal e inclusive en este sexenio con fuertes episodios de represión, ya que sus estudiantes, sobre todo en las Normales Rurales y de Educación Indígena, exigen condiciones de estudio dignas y han enfrentado durante décadas el abandono de estas modalidades educativas de formación para docentes.

Si bien este no es un panorama alentador para quien desea ser docente, querer serlo y dedicar la vida a educar a lxs hijxs del pueblo trabajador es una tarea apasionante que no solo requiere saber “dar clases”, es un compromiso social, que los gobiernos no valoran, pero nuestros estudiantes y las comunidades todavía reconocen al docente como una figura social. Desde nuestro punto de vista, esta profesión y la “idoneidad” para ejercerla no puede medirse en un examen estandarizado como intenta hacerlo la AEFCM con los cientos de jóvenes que realizarán su examen en las próximas semanas.