Es la Ley 21.950 sancionada en marzo de 1979 que obliga al Estado a pagarle un sueldo a los obispos equivalente al 80 % de la remuneración de un juez de primera instancia, hoy estimado entre 40 y 80 mil pesos mensuales. Mientras tanto el sueldo inicial de los docentes es de $ 8.500.

Jesica Calcagno @Jesi_mc
Martes 21 de junio de 2016
Las noticias informaron los últimos días que la organización del Papa Franciso, Scholas Occurrentes, rechazó un aporte de $ 16 millones que ofreció el gobierno de Mauricio Macri. Pero lo que no fue noticia es que la Iglesia Católica recibe por año cuantiosos millones de parte del Estado nacional gracias a una ley de la dictadura que mantuvieron también los gobiernos de Nestor y Cristina Kirchner. Este año, el presupuesto votado por Cambiemos y el Frente para la Victoria, destina $ 134 millones a la institución (21 % más que el 2015). Pero este no es el único aporte para la Iglesia por parte del Estado. Sin contar los billetes que puedan ser encontrados bajo tierra en conventos u otras organizaciones ligadas a funcionarios de la obra pública, la Iglesia también recibe partidas presupuestarias de las provincias y municipios, y de otros ministerios, que se estima que multiplican en 10 o hasta 20 millones el presupuesto aprobado por el congreso nacional. Sólo en la Ciudad de Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba, alrededor del 20 % del presupuesto educativo provincial es destinado a colegios privados católicos. Por su parte, la provincia de Buenos Aires al mando de María Eugenia Vidal, es la que destina mayor cantidad de dinero a los colegios privado católicos: $ 7.500 millones solo para el 2016, utilizados para cubrir entre el 80 y 100 % de los sueldos docentes de esos establecimientos.
Y la lista no termina, hay otros millonarios beneficios del clero. Por un lado, los denominados “aportes indirectos”, relacionados con todo tipo de exenciones impositivas de ganancias, ingresos brutos, aduaneras, entre otras. Y también el gigantesco patrimonio en inmuebles públicos cedidos por distintos gobiernos. Como declaró a Infobae Roberto Di Stéfano –especialista en historia eclesiástica - “Nadie va a poder contestar cuántas propiedades tiene la Iglesia Católica en Argentina, porque no existe ´la propiedad´ de la Iglesia, sino propiedades de muy diferentes instituciones”. Por ejemplo el Arzobispado de Buenos Aires es dueño del 95 % Luna Park desde 2013.
La obscenidad de recursos millonarios que maneja la Iglesia Católica gracias al Estado nacional, contrasta con la realidad de millones de docentes de todo el país con un sueldo inicial de $ 8500 mientras los obispos ganan $ 32 mil por mes, o los millones de alumnos que estudian en escuelas con graves problemas de infraestructura cuando la Iglesia acumula inmuebles gratuitamente, o universidades nacionales que no alcanzan a pagar la luz y el gas por falta de presupuesto mientras la iglesia se beneficia de exenciones impositivas de todo tipo.
Pareciera que la “pesada herencia” de 12 años de gobierno kirchnerista de la que tanto se jacta el macrismo no incluye los millonarios subsidios a la Iglesia Católica.
La separación de la Iglesia y el Estado es una demanda urgente, no sólo por la intromisión de la Iglesia en debates como la educación sexual y el derecho de las mujeres a decidir sobre su cuerpo, sino también para romper la profunda relación material que sostiene al clero a costa de los trabajadores y trabajadoras.
Fuente: Chequeado.com

Jesica Calcagno
Nació en Buenos Aires en 1984. Licenciada y profesora en Sociología (UBA). Acreditada en el Congreso.