El día martes 17 de enero se realizó una marcha en Paseo Ahumada con el motivo de insistir en la demanda de justicia por el femicidio empresarial ocurrido el 22 de Agosto del año 2016, un día después de los mensajes amenazadores que la empresa RP Global dejara para la familia de la víctima, comunera mapuche y madre de 4 hijos.
Miércoles 18 de enero de 2017
Javier Ilabaca Muñoz Militante de Pan y Rosas
El año 2016 estuvo marcado por crueles hechos cometidos en el contexto de la militarización de la Araucanía de la mano con los intereses del empresariado. Primero, el caso de Brandon Hernández, joven de 17 años baleado en la espalda por carabineros sin motivo alguno el pasado 18 de Diciembre.
Segundo, el irregular caso de la familia Luchsinger-Mackay que en el proceso legal tuvo como principal sospechosa de autora del crimen (calificado como “incendio terrorista”), a la Machi Francisca Linconao. Como forma de protesta, la machi decidió permanecer más de 2 semanas en huelga de hambre junto con otros comuneros Mapuche que le dieron el apoyo en el burocrático proceso penal que aún la mantiene en la medida cautelar de arresto domiciliario, sin derecho a libertad.
Un hecho importante que hay que recalcar fue el evidente femicidio empresarial el día 22 de Agosto del 2016, en la comuna de Panguipulli. Fue encontrada muerta por su hijo Macarena Valdés en lo que se revelaba como un supuesto suicidio. Ella, junto a su pareja, Rubén Collío, vocero de la Coordinación Newen Tranguil, eran conocidos en la zona por su fuerte oposición a la construcción de una central de paso a cargo de la empresa hidroeléctrica austriaca RP-Global y de la empresa eléctrica chilena SAESA, en territorios pertenecientes a las comunidades indígenas.
El día anterior, dos lugareños y trabajadores de la empresa le exigieron a la propietaria del terreno en donde residía la víctima con su familia, que echara a la familia porque el “Werken Collío estaba revolucionando mucho a la gente”. Aquello fue acompañado de una advertencia, “que se cuidara, porque había gente que lo iba a agredir”. Al día siguiente Macarena fue encontrada muerta. En medio de la conmoción de su muerte, la empresa SAESA, acompañada de carabineros de Liquiñe, y a menos de 24 horas de ocurrido el hecho, comenzó la instalación del cableado de alta tensión afuera de la casa de Macarena, la que tanto habían resistido.
Todos estos hechos han mantenido la indignación general de la nación Mapuche y las organizaciones que buscan y están a favor de la organización de la lucha mapuche en contra del empresariado aliado de la policía encargada de mantener la “pacificación de la Araucanía”. Importantes agrupaciones políticas pertenecientes a la Coordinadora de mujeres Ni Una Menos se han pronunciado rotundamente en contra de esta serie de hechos ocurridos durante el año 2016. Un año más manchado por las interminables injusticias para muchas comuneras y comuneros indígenas que no se rinden en la lucha contra la dictadura pro-empresarial sostenida por el Estado de Chile hace ya más de 50 años.
El empresariado sabe que el único recurso que tiene es exigirle al aparato estatal y judicial mantener esta barbarie en contra de la resistencia de la nación ancestral, ya que un proceso en avance hacia la autonomía y auto-gestión de las naciones indígenas sería un grave peligro para los intereses de mantener los principales puntos fértiles del territorio de estas naciones como una zona de sacrificio y extractivismo para ampliar sus inversiones y por supuesto, su acumulación de riqueza. Pues solo queda mantener en marcha el camino de resistencia hacia una nación indígena organizada para luchar a cualquier costo para lograr la autonomía que históricamente fue robada desde el proceso de la colonización de las américas y que hasta el día de hoy no se puede recuperar por las constantes barreras que ha puesto, y aún mantiene el aparato estatal.