El general en retiro fue noticia tras ser detenido en el aeropuerto de Los Ángeles el pasado 15 de octubre por autoridades estadounidenses. Enfrenta cargos por nexos con el crimen organizado.
Jueves 5 de noviembre de 2020
El ex Secretario de Defensa Nacional (SEDENA), Salvador Cienfuegos Zepeda, fue conducido a una cárcel en el estado de Nueva York, donde se radica el juicio en su contra por imputaciones relacionadas con el tráfico de drogas.
El general en retiro fue noticia cuando fue detenido en el aeropuerto de Los Ángeles, Estados Unidos, el pasado 15 de octubre por autoridades estadounidenses. Según estas, Cienfuegos brindo protección al cartel de los Beltrán Leyva y contribuyó para transportar drogas a su territorio.
Las autoridades mexicanas se mostraron sorprendidas por no haber sido informadas de los planes para detener a Cienfuegos, lo que muestra la libertad y soberbia con la que actúa el gobierno imperialista de Trump. A los pocos días y por ser el militar de más alto rango que ha sido detenido por acusaciones de narcotráfico, el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador se apresuró en defender al ex secretario, bajo el argumento de la presunción de inocencia, que sea dicho de paso, es violado de manera sistemática por los tribunales mexicanos todos los días.
De la misma forma, queda evidenciado que los servicios de espionaje del imperialismo operan con total impunidad en suelo mexicano, si no fuera así, no sería posible explicar cómo fue que obtuvieron el itinerario de Cienfuegos. Esto no es más que la expresión de la total injerencia del gobierno de Washington en asuntos internos mexicanos. No debemos olvidar que, en información divulgada recientemente, las agencias de inteligencia de Estados Unidos han admitido tener agentes encubiertos en México, incluso que colaboran con ciertos carteles para obtener información, o el más escandaloso de todos, la operación “Rápido y furioso” en que se entregó armamento de criminales de parte de autoridades estadounidenses.
Regresando al caso del “Padrino” como lo llamaban los capos de la droga a Cienfuegos, va a ser resuelto por el mismo tribunal que sentenció a 20 años de prisión a Edgar Veytia, exfiscal del estado de Nayarit, quien fue encontrado culpable por tráfico de drogas.
Estos casos no son más que la muestra el grado de descomposición e integración que el Estado mexicano tiene con las bandas criminales. Por lo tanto, no se limita a algunas manzanas podridas como han afirmado el gobierno actual, sino que se trata de toda una red de poder en el que se encuentran inmiscuidos los más altos funcionarios del gobierno mexicano. Igualmente, queda demostrado que la “Guerra contra el narco” no fue más que la pantalla mediática con la que se buscó legitimar la militarización del país, política que ha profundizado el gobierno la 4T.
Esta defensa no es realmente de la figura del exgeneral, sino que va dirigida a proteger al ejército y la marina como instituciones a las cuales se busca recomponer de los cuestionamientos por la violaciones a derechos humanos, uso de la fuerza desmedida e ilegal contra el pueblo pobre y trabajador, así como de las denuncias por ser partícipe y cómplice en el tráfico de drogas, trata de mujeres y niñas, abuso de migrantes, las desapariciones forzadas a luchadores sociales, el caso de los 43 normalistas e incluso ante denuncias de feminicidios en los sexenios anteriores.
Recordemos que AMLO se ha apoyado ampliamente en las fuerzas armadas, basta ver el enorme aumento del presupuesto de la SEDENA, que es de alrededor de 18 mil millones de pesos. Con esto, se fortalece la figura del actual secretario de la defensa nacional, Luis Crescencio Sandoval y al mismo tiempo trata de asegurar la lealtad del ejército, con el fin de tener una base en las fuerzas represivas si el descontento social por la crisis económica y sanitaria se manifiesta en las calles.
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Por último, muchos de los militares que se encontraban bajo el mando de Cienfuegos, en el gobierno de AMLO se les han asignado puestos claves en las dependencias gubernamentales lo que nos puede indicar que las redes de complicidad siguen intactas a pesar de la detención del ex secretario y de la supuesta depuración de sus allegados.
