Ana Longoni, Profesora Adjunta a cargo de Teoría de los Medios y la Cultura desde 2002 en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, fue entrevistada por Clara Merlo, estudiante de la carrera.
Miércoles 11 de octubre de 2017 11:28

La Carrera de Edición comenzó a dictarse hace 25 años en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. Actualmente se encuentra en medio de un serio conflicto producto de la falta de recursos que le aseguren la cantidad y calidad de docentes que son necesarios/as. Al respecto, conversamos con Ana Longoni, Profesora Adjunta a cargo de Teoría de los Medios y la Cultura desde 2002, quien nos ofrece una clara mirada desde adentro del conflicto.
¿Cuál es el conflicto que hay actualmente en la Carrera de Edición? Detallanos un poco la situación de tu cátedra, a modo de caso testigo de la situación ¿Siempre fue así o es una situación que empeoró?
La situación de precarización laboral en la carrera de no es nueva. Cuando nace la carrera ya surge desfinanciada, con cátedras incompletas (sin profesores titulares) y con poquísimas rentas docentes, la inmensa mayoría con dedicación simple (con un salario inicial de unos $3000 mensuales). Pero en los últimos años el problema se fue agravando más y más, porque Edición es la carrera con mayor número de estudiantes ingresantes de la Facultad. La carrera más masiva y al mismo tiempo la carrera con mayor número de docentes sin renta: un 70% de los docentes de la carrera de Edición no reciben salario. Para poner un ejemplo concreto, en la cátedra de la que estoy a cargo hace quince años están cursando este cuatrimestre 557 estudiantes (es la cátedra con mayor número de estudiantes de la facultad) y son siete las/os docentes no rentados, la más antigua de ellas, Julia Risler (Doctora en Ciencias Sociales e integrante del colectivo de activismo artístico Iconoclasistas) se encuentra trabajando gratis desde 2009. Mucho más tiempo del que cualquiera se puede esperar el derecho mínimo de cualquier trabajador: un salario, obra social, aportes jubilatorios. Ser docente sin salario (con todos los deberes y compromisos de cualquier docente: estar al frente de un curso numeroso, corregir, tomar exámenes, preparar la materia, etc.) supone incluso pagar por dar clase. Pagar el viaje hasta la facultad, la bibliografía, un café si hace frío…
¿A cuántos/as docentes afecta?
En la carrera de Edición hay más de setenta docentes en esta intolerable situación: trabajando sin salario desde hace años.
¿Desde cuándo se registra este conflicto?
Venimos reclamando ante las autoridades de la carrera, de la facultad y de la universidad desde hace años, llamando la atención sobre esta aberración, tratando de que no se naturalice esta situación como dada o inamovible. En la UBA está muy interiorizada la idea de que es un honor ser parte de la institución y con eso debería bastar (el famoso eufemismo “ad honorem” para definir el trabajo sin renta). Todas/os nosotros/as nos formamos en la UBA en el grado y el posgrado, y defendemos a ultranza la educación pública. Pero no podemos aceptar que la proclamada excelencia académica de la UBA se sostenga en la invisibilización del trabajo docente impago.
¿Cómo afecta la situación de sus docentes a los/as estudiantes? ¿Crees que afecta la calidad de la formación?
Este cuatrimestre, ante el anuncio de nuestra compañera Julia Risler de que iba a renunciar a su cargo (luego de años de trabajar comprometidamente en estas inadmisibles circunstancias) la cátedra Teoría de los Medios y la Cultura decidió de manera unánime iniciar un plan de lucha. Ante la situación de nuestros/as compañeras/os, no podemos seguir como si nada pasara. Entonces, resolvimos como primera medida no abrir las comisiones de trabajos prácticos a cargo de docentes sin salario: de las trece comisiones ofertadas, solo abrimos la inscripción en seis. Por supuesto, las comisiones son muy numerosas, casi cien alumnos cada una, lo que va en detrimento de la cursada tanto para los/as docentes como para las/os estudiantes. Pero es la forma (desesperada) que encontramos de hacer un claro llamado de atención a las autoridades responsables, que podrían hacer algo para resolver esta crisis.
¿Cómo continuaron su plan de lucha?
El plan de lucha continuó reclamando en todas las instancias del gobierno universitario (fuimos a plantear el reclamo a la junta departamental, al consejo directivo, al consejo superior), con el apoyo de los gremios docentes (especialmente la AGD).
También convocamos a las/os estudiantes el pasado 6 de septiembre a sacar la clase teórica a la calle: cortamos la calle Puán, en la puerta de la facultad, y planteamos una actividad colectiva de acción gráfica, produciendo carteles y autoadhesivos a partir de intervenir el antiguo logo de la UBA, creado por Ernesto de la Cárcova hace más de un siglo, de establecer variaciones en ese emblema institucional que lo conmuevan ante el conflicto.
Ese día hablamos también de los teóricos de la Escuela de Frankfurt, quienes en medio del ascenso del nazismo en los años veinte/ treinta se atrevieron a pensar a contrapelo, a proponer un ejercicio crítico radical para tomar posición pública. Hoy, en medio de un generalizado resurgimiento de microfascismos, no podemos naturalizar el trabajo sin salario ni avalar la comprensión de la política universitaria como un espacio capturado por lógicas tan mezquinas en su comprensión del otro como indiferentes a las condiciones en que se producen y circulan los conocimientos.
¿Qué y a quién se exige?
Nosotros/as exigimos una respuesta estructural a las autoridades de la facultad, de la universidad y del ministerio de Educación. Creemos que una solución de fondo a esta grave y sostenida crisis será conseguir una partida presupuestaria nueva y específica que alcance en primer lugar para cubrir los salarios de las/os más de 70 docentes de Edición sin renta. Pero también creemos que –además de exigir esa partida presupuestaria- pueden encontrarse medidas paliativas o parciales que vayan mientras tanto descomprimiendo esta crisis. Que eviten que Julia y otros/as docentes sin renta desgastados por la falta de respuesta, renuncien. Una de las cuestiones que proponemos a las autoridades de la facultad es que haya un padrón único de docentes sin salario de toda la facultad, para que cuando se liberen rentas docentes (por jubilaciones, licencias y renuncias) en carreras en las que no son tan necesarias y urgentes (porque hay pocos alumnos/as o muchos/as docentes con dedicaciones semiexclusivas o exclusivas) puedan empezar a resolver el problema de Edición. También proponemos que la información de asignación de cargos docentes sea completamente pública y transparente, para evitar que rentas docentes se destinen a funciones no docentes (por ejemplo a tareas de administrativas o de gestión). La prioridad del presupuesto para rentas docentes deben ser los docentes.
¿Cuáles son las nuevas medidas que proponen desde tu Cátedra?
No vamos a detenernos en nuestro plan de lucha, porque no damos más. La situación es desesperante y límite, y nuestra paciencia se acabó. Estamos evaluando nuevas medidas para profundizar este reclamo, que cuenta con el apoyo solidario y activo de las/os estudiantes.
¿Ha habido medidas previas similares?
Los/as docentes sin salario de distintas cátedras de Edición se están conectando y organizando actividades conjuntas desde hace un tiempo. Hay otras cátedras que están empezando a evaluar medidas similares a las que tomamos en Teoría de los Medios y la Cultura.
¿Están planeando medidas para el futuro próximo?
Para la semana próxima, estamos impulsando, con el apoyo unánime del Consejo Directivo de la facultad, y las gremiales AGD y FEDUBA, una jornada de protesta en Rectorado (Viamonte 444) en la próxima sesión del Consejo Superior, el miércoles 11 de octubre a partir de las 10 horas. Vamos a trasladar la clase teórica allí, a la calle, en pleno microcentro, para que los consejeros superiores no se olviden ni pasen por alto la grave situación en Edición. Nuestra propuesta es realizar una nueva acción gráfica colaborativa con los/as estudiantes y docentes que concurran a esta protesta. Pedimos el acompañamiento solidario de toda la comunidad universitaria. Nuestra lucha es por todas/os, ya que hay muchas facultades con un enorme número de “ad honorem”.