Mientras crece la presión de las grandes patronales ante la tibia medida impuesta por el Gobierno, las conducciones burocráticas de los sindicatos brillan por su ausencia y hace campaña sin levantar polvareda por el Frente de Todos.
Viernes 29 de octubre de 2021 18:38
En la disputa abierta entre el gobierno y las cadenas alimenticias producto del congelamiento de precios de 1.432 productos de consumo masivo, se han expresado diversos lobbistas de las empresas, reclamando un mayor margen de ganancias. Pusieron el grito en el cielo y hasta la Cámara de Comercio de los Estados Unidos en Argentina (AmCham) llamó “bomba de tiempo” esta situación en un comunicado. Allí respaldan la extorsión del gran empresariado argentino y de la oposición de derecha agrupada en Juntos por el Cambio.
Lo cierto es que la inflación viene golpeando el bolsillo de la clase trabajadora y las mayorías populares, que ven reducir sus ingresos a la hora de llenar el changuito del supermercado. Sin embargo, ante esta desesperante situación, la CGT -que semanas atrás se jactaba de movilizar de manera unificada, con Daer y Moyano a la cabeza- no han movido un pelo para enfrentar a las empresas oligopólicas que manejan el mercado de industrias alimenticias en el país.
Este mismo viernes, Héctor Daer se reunió con Juan Manzur para hablar del tema. ¿El resultado? Ninguno. Se han limitado, cautelosamente, a hacer comentarios críticos contra los empresarios, como si esto cambiara algo. Sus energías están puestas en apoyar al Frente de Todos para las elecciones de noviembre.
La inmovilidad de la burocracia sindical frente a la inflación -problema que afecta al conjunto de la clase trabajadora- no es la única traición en curso. La CGT y las conducciones sindicales desoyen y abandonan el reclamo por una vivienda digna, otro de los problemas de las mayorías.
Este viernes se cumplió un año del desalojo de las familias de Guernica por parte del gobierno de Kicillof y Berni con sus topadoras. Esa misma dirigencia sindical que en 2020 no movió un dedo ante la represión, tampoco dijo nada ahora. Ni siquiera una mención de apoyo al reclamo de las familias afectadas, que se movilizaron masivamente.
Frente al chantaje patronal que amenaza generar más hambre y pobreza no se puede contestar solo con declaraciones. La CGT y la CTA tienen que romper la tregua actual y llamar a movilizar contra las patronales que extorsionan con los precios de los alimentos.