El día 14 se activó la contingencia ambiental en la Zona Metropolitana del Valle de México, que comprende la capital del país más los estados de Puebla, Tlaxcala, Hidalgo, México y Morelos.
Jueves 17 de marzo de 2016
Un aire denso, enrarecido, cubre la Ciudad de México y sus alrededores. No hay viento. Un cielo plomizo se instaló sobre la ciudad de los palacios, que fuera inmortalizada por Carlos Fuentes como “la región más transparente del aire”.
Hay alta concentración de ozono en el aire y eso trae graves consecuencias a la salud. Los sectores más vulnerables son niñas y niños, adultos mayores y personas que sufren enfermedades respiratorias.
Esto provoca irritación en vías respiratorias, graves molestias en personas con problemas respiratorios y cardiovasculares y ataques de asma en personas asmáticas. Según un informe de la Organización Mundial de la Salud, en México mueren 9,300 personas al año por causa de la contaminación.
Miguel Ángel Mancera, jefe de gobierno de la capital del país, hace poco había levantado en los hechos el programa “No circula”, que restringía el uso de automóviles en la ciudad, de acuerdo con la terminación del número de placa. Además, con las nuevas normas de control de vehículos, modelos más antiguos que estaban fuera de circulación ya pudieron utilizarse.
A esto se sumó el nuevo reglamento de tránsito impuesto en la ciudad a partir de fin de diciembre del año pasado. Una de las normas: no pasar de 50 kilómetros por hora de velocidad.
Mientras tanto, Mancera culpa a la Comisión Ambiental de la Megalópolis (Came) –integrada por funcionarios de los gobiernos de la capital y de los estados de México, de Morelos, de Puebla, de Tlaxcala y de Hidalgo– de no haber implementado una política ambiental para toda la región metropolitana, habitada por más de 37 millones de personas.
Ante esta crisis, mientras se restringe el uso de automóviles particulares, el gobierno capitalino anunció que se puede viajar gratis en el metro, metrobús y el transporte eléctrico.
Por su parte, Peña Nieto ordenó a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) que los programas de verificación vehicular sean más estrictos. A destiempo, cuando la crisis está desatada.
Entre las medidas de la declaratoria de contingencia Fase 1 se cuentan la restricción de actividades al aire libre –en especial de 13 a 19 hs– y al uso de automóviles, la suspensión de obras públicas que afecten la circulación vehicular y la obligatoriedad a las industrias de reducir sus emisiones en procesos de combustión en 30 a 40%.
Las causas estructurales de la contaminación
Mientras los académicos de la UNAM señalan que el detonante es la falta de planificación urbana, Daniel Zamudio, coordinador de Transporte Eficiente de El Poder del Consumidor, pone el acento en la gran dimensión del parque vehicular: 5.5 millones de autos que transitan por la capital mexicana.
Estos dos factores se relacionan con la crisis del sistema de transporte público de la zona metropolitana –con graves problemas de infraestructura, incluyendo el mal estado de las unidades.
Pero hay más: la enorme distancia que muchas personas deben recorrer para llegar a su centro de trabajo, sumado a que en el caso de las mujeres, si viajan en transporte público están expuestas a ser víctimas de abusos y hasta de feminicidio, sobre todo si deben movilizarse por la noche. Si a esto se suma el fomento al uso del automóvil como salida a estos problemas –con las automotrices como las grandes beneficiarias– se va completando el cuadro.
Y hay un factor objetivo: por su disposición geográfica, rodeada de montañas, es más difícil la dispersión de contaminantes en la zona del Valle de México.
¿Cuál es la salida para la contaminación en México?
Ante una megalópolis desarrollada al servicio de las grandes constructoras, inmobiliarias, de las empresas de telecomunicaciones y transporte, una ciudad donde sólo los ricos pueden vivir bien, es necesario oponer una alternativa.
Sergio Moissen, profesor de la UNAM y aspirante a candidato independiente para la Asamblea Constituyente de la Ciudad de México señaló: “Hay que desarrollar un sistema de transporte público que no esté centrado en las ganancias capitalistas, sino en las necesidades de la mayoría de la población. Sólo así se puede disuadir de usar automóviles. Hay que expropiar sin pago los que sean privados, como el metrobús. Este plan de transporte público debe estar diseñado y llevado a cabo por las y los trabajadores del metro, el ferrocarril, el trolebús, el metrobús en consulta con comités de usuarios. Y se deben terminar los puestos jerárquicos con sueldos millonarios complementados por las dádivas de empresas privadas como la constructora de la línea 12, inservible aun cuando se destinaron millones de pesos del erario público para ese nuevo metro. Con los beneficios obtenidos de esa gran estafa al pueblo de la Ciudad de México Marcelo Ebrard, el ex jefe de gobierno de la ciudad, también del Partido de la Revolución Democrática, se autoexilió en París, donde se da la gran vida. Y mientras, millones de trabajadoras y trabajadores sufrimos día con día la crisis del transporte público en la ciudad.”
Por su parte, Sulem Estrada, exnormalista y maestra, suplente de Sergio Moissen, agregó: “Justo para evitar fraudes como el del metro de la línea 12, es que proponemos que todos los funcionarios de gobierno ganen lo mismo que ganamos las maestras. Y es una de las propuestas que queremos llevar los socialistas a la Constituyente, junto con la revocabilidad de los funcionarios, que puede terminar definitivamente con la corrupción. Parte de la salida ante la crisis de contaminación que se vive en la Ciudad de México es la planificación racional del sistema de transporte público. Pero también es de primer orden desarrollar un sistema de planificación urbana que incluya el manejo racional de los residuos –otro gran problema ambiental–, organizado por los trabajadores de la recolección en consulta con los habitantes de las colonias y unidades habitacionales. Es la población de importantes municipios mexiquenses, como Ecatepec, la que sufre graves consecuencias para su salud por la presencia de los rellenos sanitarios, focos de infecciones y contaminación.”