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Red Internacional
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Continúa la lucha contra los despidos de Martiniano Molina

A casi un mes de la nueva tanda de despidos en el municipio, la situación de varios trabajadores sigue sin resolverse ¿Cómo enfrentar al ajuste del PRO en Quilmes?

Martes 26 de julio de 2016

Imagen: Diario El Sol de Quilmes

Desde el momento de su asunción el gobierno del intendente PRO, Martiniano Molina, desató una guerra contra los trabajadores municipales. Entre los despidos efectuados en enero y los recientes del mes de julio, casi mil compañeros quedaron en la calle. La enorme precarización laboral, regada generosamente por el ex intendente kirchnerista, Francisco “Barba” Gutierrez, facilitó la implementación del ajuste.

Molina viene intentando avanzar en la liquidación de áreas y programas sociales, como bien denunciaron los trabajadores de Empleo y Desarrollo Social en la movilización que realizaron la semana pasada, mientras las denuncias de los vecinos por el estado calamitoso de los servicios y los tarifazos son cada vez más y más fuertes.

La vocación ajustadora de uno de los intendentes preferidos de Macri, llevó a Quilmes a ser uno de los distritos laboralmente más castigados del Gran Buenos Aires, donde las patronales privadas se han visto con las manos libres para seguir su ejemplo en importantes empresas como Eitar y CIABER (ex Finexcor).

El Sindicato de Trabajadores Municipales de Quilmes: del silencio al colaboracionismo explícito

Según cifras difundidas por los gremios del sector, las cesantías en julio alcanzaron a 420 trabajadores. Frente a esto, el Sindicato de Trabajadores Municipales de Quilmes (STMQ) conducido por Raúl “Ronco” Méndez, pasó de emitir un tibio comunicado a principios de mes manifestando “preocupación” para luego sumergirse en un silencio sepulcral.

Pero el jueves 21, Méndez y Héctor García, titular de la Federación de Sindicatos Municipales Bonaerenses (FESIMUBO) reaparecieron en tapa de los medios locales, no para anunciar medidas de fuerza, sino para lucirse abrazados al ajustador intendente Molina en una amigable foto. En declaraciones vertidas al diario El Sol, Molina afirmó: “Esta reunión es para ratificar el camino que iniciamos en mayo con la firma del convenio colectivo, ya que fue un logro muy importante para los trabajadores municipales de la ciudad". Por su parte García devolvió gentilezas destacando que “Quilmes ha sido el único municipio que firmó el convenio colectivo en la tercera sección electoral hasta el momento y eso es digno de destacar". Finalmente, Molina se comprometió a revisar los listados presentados por los dirigentes gremiales, a “habilitar la posibilidad de reincorporar a varios de ellos” y a “no realizar más despidos masivos hasta la finalización del corriente año”.

En esta reunión escandalosa, donde dirigentes sindicales peronistas y funcionarios macristas parecieron festejar el día del amigo, se hace evidente el principal problema que tienen los trabajadores municipales para lograr sus reivindicaciones. Con estas conducciones gremiales que brindan con la patronal y se borran frente a los trabajadores, naturalizando las terribles condiciones de precarización que deben soportar, ¿qué garantía real tienen quienes han quedado cesantes de recuperar su fuente de laburo? ¿Podrán celebrar también los miles de compañeros contratados, fuera de convenio, indefensos ante todo tipo de arbitrariedades y siempre caminando al borde de la cornisa del despido?

Por un gran plan de lucha de todos los trabajadores municipales

La Asociación Trabajadores del Estado (ATE), quien además sufrió el despido de varios de sus delegados, realizó el 11 de julio una conferencia de prensa junto a gremios de la CTA Quilmes donde denunció la situación y una acción con corte en Rivadavia e Hirigoyen el día 12, previa a la movilización provincial a La Plata. En varias dependencias como Alumbrado, Hospital de Solano, Desarrollo, entre otras, los trabajadores realizaron asambleas demostrando de dónde sacar las fuerzas para impulsar un gran plan de lucha hasta que ingrese el último compañero.

El día 18 ATE anunció avances en las negociaciones llevadas adelante con los funcionarios. En su página El Trabajador del Estado dice: “Claudio Arévalo, el Secretario General de ATE en Quilmes, junto a otros dirigentes mantuvieron una reunión con el Director de Relaciones Gremiales del municipio, Luis Andrade, y se acordó la reincorporación de varios de los trabajadores despedidos. Los funcionarios se comprometieron a firmar los decretos de reincorporación esta misma semana, reconocieron a los delegados despedidos e incorporaron al gremio a la paritaria municipal y a la Junta de Calificaciones y Ascensos”.

Al día de hoy, los delegados y algunos trabajadores han regresado a su puesto pero quedan compañeros sin fecha cierta de reingreso. Por otro lado, existen casos donde el municipio puso como condición para la reincorporación su traslado a otras dependencias. Y todavía quedan trabajadores despedidos fuera de cualquier acuerdo como en Empleo.

Desde que comenzaron los despidos a principios de año, el plan del PRO y sus aliados en el municipio de Quilmes ha sido disciplinar a los trabajadores y abrir vacantes para conseguir puestos a su tropa. Despide masivamente y en los sectores donde surge aisladamente conflicto negocia. Hace una pantomima de recibir a los sindicatos, pide listados de los afiliados y promete reincorporarlos. Y así va dejando un tendal de trabajadores en la calle hasta el próximo vencimiento de los contratos. Aunque sufre de permanentes crisis por las cruentas internas dentro del gabinete de gobierno, cuentan con la inestimable ayuda del STMQ del “Ronco” Mendez, casi un miembro del gabinete.

Frente a esta situación, la política que viene llevando adelante la conducción de ATE Quilmes no alcanza para frenar un ataque de esta magnitud. Más allá de realizar algunas acciones aisladas y denuncias correctas, su eje sigue siendo la negociación con los funcionarios. Pero es sabido que si un sindicato va a negociar con la patronal sin conflicto, lo más probable es que sean estos quienes impongan las condiciones. Además, el perverso sistema de eternos contratos con vencimiento trimestral implica que quienes ingresen hoy, pueden ser despedidos a fin de año.

Hay que parar el ajuste de Martiniano Molina de una vez. La única manera de lograrlo es que ATE convoque a un gran plan de lucha de toda la seccional hasta que ingrese el último compañero y por el pase a planta permanente, discutido en asambleas de todas las dependencias y plenarios abiertos a todos los trabajadores municipales, estén afiliados o no, donde se discuta de manera democrática cada medida, logrando el apoyo del pueblo trabajador de Quilmes hastiado de tarifazos y cortes de luz, y un gran fondo de lucha para bancar a los despedidos. Quienes formamos parte de la agrupación Marrón Clasista luchamos por esta perspectiva.