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Red Internacional
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Continúan los asesinatos de afroamericanos en Estados Unidos

Se revela video donde se observa la muerte de Eric Harris a manos del Policía de reserva Robert Bates. Mientras el policía somete a Harris se escucha un disparo, Harris grita: “me disparó, Dios mío”; el policía responde “al demonio, tú corriste. Cállate la boca”.

Martes 14 de abril de 2015

En Tulsa, Oklahoma, nuevamente la brutalidad de la policía estadounidense sale a relucir.

Esta vez la víctima, Eric Harris de 44 años, era investigado por tratar de vender un arma ilegal a un policía encubierto, argumento con el cual se trata de matizar la muerte de Harris.

Por su parte Robert Bates policía de reserva de 73 años, argumenta creer haber tenido un arma no letal conocida como Taser al momento de accionar el disparo mortal.

En el video se observa la persecución del policía a Harris y el momento en el que lo somete. Posteriormente se escucha un disparo. Harris grita: “me disparó, Dios mío” y el policía contesta: “al demonio, tú corriste. Cállate la boca”. Harris indica que no puede respirar, a lo cual el agente responde: “al diablo con tu respiración”.

A petición de la familia de Harris el video se hizo público. La muerte de Harris se suma a la larga lista de asesinatos grabados en video a manos de la policía estadounidense. Desde el asesinato de indigentes hasta asesinatos de inmigrantes latinos.

Brutalidad policial, síntoma de un racismo vigente

Los asesinatos a la comunidad afroamericana vuelven a ser un tema de inestabilidad política para el Gobierno de los Estados Unidos.

Estos hechos golpean la ilusión post racial que se sienta sobre la base de concesiones y derechos que se ganaron con sangre en los 60s, reforzada con la careta de un país “democrático” y con la elección de Barack Obama como el primer presidente negro de los Estados Unidos –que tuvo un gran peso simbólico para la comunidad afroamericana de ese país, legitimándose frente a la misma como el estandarte de una comunidad históricamente violentada.

El “fantasma” del racismo volvió disruptivamente a la escena política de los Estados Unidos con el asesinato del joven negro de 18 años Michael Brown que desencadenó una serie de revueltas en Ferguson, Missouri.

La respuesta desmedida por parte del gobierno militarizando las calles y enfrentando las revueltas con tanquetas, terminó fracturando las ilusiones puestas en el gobierno de Barack Obama como una conquista para los millones de afroamericanos.

Semanas después del dictamen que declaró inocentes a los policías asesinos de Michael Brown, se produce el asesinato de Eric Garner, hombre negro de 43 años, asfixiado hasta la muerte por policías de Nueva York.

Las últimas palabras de Garner fueron: “I can´t breathe”(No puedo respirar). Frase que se volvió viral en redes sociales y en las próximas manifestaciones por todo Nueva York y en lugares emblemáticos como Times Square y el Rockefeller Center.

La capital, Washington y Atlanta, Georgia también fueron puntos de manifestaciones multitudinarias. La respuesta frente a las movilizaciones por parte del gobierno fue el arresto de por lo menos 30 personas. Las movilizaciones obligaron al alcalde de Nueva York, Bill del Blasio y al presidente Barack Obama a pronunciarse sobre el tema, externando sus condolencias a los familiares.

Ponerle un alto al racismo y a los asesinatos

Las problemáticas de la comunidad afroamericana no se encuentran en un campo aislado de la lucha de clases. Fenómenos como el racismo tejen sus raíces profundamente en el sistema capitalista.

La solución no se encuentra dentro de los marcos de las instituciones burguesas. La burbuja de un progreso para el conjunto de los afroamericanos con la elección de Barack Obama hoy estalla por los aires.

El dilema de las movilizaciones por los asesinatos de afroamericanos se encuentra en tratar de trascender de un movimiento coyuntural y empalmar con demandas democráticas que logren articular un gran movimiento que se apueste a movilizar a la clase obrera en el corazón del imperialismo.

Desde la crisis del 2008 que golpeó fuertemente la economía estadounidense, diversos fenómenos de protesta se han suscitado, desde el Occupy Wall Street hasta fenómenos más recientes como la huelga de los trabajadores “Fast food”.

Hoy la nueva generación de jóvenes negros que despiertan a la vida política tiene que apostar a los sectores movilizados y los sindicatos para hacer la exigencia de abrazar la lucha en contra del racismo y los asesinatos a manos de la policía, demanda que el conjunto de las direcciones sindicales deben asumir como parte de su agenda.

La enorme clase obrera estadounidense movilizada en las calles en clave independiente, con sus métodos de lucha, pueden ponerle un freno a la brutalidad policiaca y avanzar no sólo en esta demanda sino en el conjunto de las demandas más sentidas que hoy se expresan en las decenas de movilizaciones en contra de los ajustes y la política nacional e internacional del gobierno estadounidense.