#BLACKLIVESMATTERS. Contra el esclavismo y el genocidio: Manifestantes europeos derriban decenas de estatuas

A casi tres semanas del asesinato de George Floyd a manos de la policía de Minneápolis, las protestas están lejos de detenerse. La cuestión racial no solo ha sacudido al pueblo estadounidense, pues se han multiplicado las postales de manifestaciones en solidaridad en otros continentes, en ellas se observan con frecuencia a personas denunciando no ser ajenas a esta realidad.

Lo arraigado del racismo de las élites europeas es algo de lo que también han sufrido pueblos de todo el globo, al haber desplegado su instinto colonialista e imperialista durante siglos, dejando, con el tiempo, a sociedades enteras literalmente bajo tierra.

El ejercicio en el reflocerer de la memoria colectiva de movilizaciones, que ahora se repiten en Reino Unido, Alemania, Bélgica, República Checa, etc., y en donde este "efecto dominó" está lejos de ser antojadizo, ha significado que se cuestione la permanencia de estatuas en conmemoración de personajes históricos, ligados principalmente al esclavismo y al genocidio, en sintonía con las estatuas de Cristóbal Colón atacadas en las ciudades Virginia, Boston y Richmond en Estados Unidos.

En un Reino Unido azotado fuertemente por la pandemia, la presión deriva de los diversos ataques que han sufrido monumentos como el del comerciante de esclavos Edward Colston, ocurrido en Bristol, el tercer puerto británico más grande luego de Londres y Liverpool, arrancado por manifestantes, arrastrada y luego arrojada al agua; incluso al de figuras como Wiston Churchill; la reina Victoria; Cecil Rhodes, el empresario supremacista blanco que, para colonizar las actuales Zambia y Zimbabue, masacró a millones de personas; y Baden Powell, fundador de los scouts, quien era abiertamente homofóbico y simpatizante del nazismo.

También en Bélgica, miles derribaron la estatua del rey Leopoldo II, que colonizó al pueblo del Congo. Mientras que en Alemania, se discute la eliminación de la palabra "raza" de su constitución, presente desde 1949, a raíz de una moción de Los Verdes alemanes, ante la tensión que se ha mantenido por la seguidilla de protestas.

En Chile, en los últimos meses también hemos visto cómo se cuestiona al simbolismo genocida, con la destrucción de bustos de Cornelio Saavedra, Teodoro Schmidt y el propio Pedro de Valdivia, entre otros.

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El que estén ahí no es meramente causal, sino que representan la admiración de las diversas élites por su infame ejemplo y legado, una dominación que fue acompañada muchas veces de pólvora y rosarios. Todas estas formas de protesta expresan la rebelión contra la opresión que ha sometido a los pueblos del orbe. El salir a las calles debe ser el inicio de un camino mayor que signifique ir, además, por el sistema que nos explota en común, única lucha por la cual se hace viable nuestra verdadera liberación.

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