Contra la distopía capitalista: la lucha por una sociedad socialista sin explotación ni opresión
Santiago Lupe
Pablo Castilla
Charla de Pablo Castilla y Santiago Lupe en la que se repasan los principales momentos en que el equilibrio capitalista fue puesto a prueba en el siglo XX y la necesidad de prepararse para que las tendencias a su crisis puedan convertirse en revoluciones triunfantes que permitan conquistar una sociedad socialista. En el cierre de la IV Escuela de Verano Anticapitalista y Revolucionaria de la CRT en Barcelona, los días 7 al 9 de julio de 2022.
Publicamos el video de la charla con la que cerró la IV Escuela de Verano de la CRT en Barcelona, a cargo de Santiago Lupe y Pablo Castilla.
En ella Lupe trazó un repaso a los principales hitos de la época de crisis, guerras y revoluciones que se inauguró con el estallido de la I Guerra Mundial, tomando el concepto de crisis, rupturas y restauraciones del equilibrio capitalista planteado por León Trotsky en la III Internacional para analizar la situación internacional y el estado de salud de la dominación capitalista.
Abordó en especial las oportunidades revolucionarias que se habían planteado para superar el capitalismo, tanto durante la crisis de los 30, en la inmediata posguerra mundial y durante el ascenso de la lucha de clases de 1968 hasta 1981. Analizó el rol de las direcciones reformistas, estalinistas y populistas para evitarlo y los límites que desde la extrema izquierda y en particular, las organizaciones del trotskismo de posguerra, para lograr imponer una alternativa.
Se detuvo en explicar los orígenes de la ofensiva neoliberal, sus consecuencias en las condiciones de vida, conquistas y capacidad de lucha de los explotados, y también las contradicciones que terminaron estallando en la crisis del 2008. Por último abordó las principales líneas de falla del equilibrio capitalista en el orden económico, geopolítico y de la lucha de clases, que reactualizan la vigencia de la lucha por otro orden social basado.
Castilla siguió debatiendo el sentido común impuesto tras la ofensiva neoliberal de aceptación como inevitable del capitalismo y sus catástrofes.
Abordó el papel que juega, como ofensiva ideológica reaccionaria, la moda distópica que inunda series, películas y literatura, en especial en la juventud. Contra ellas, se detuvo a tratar de demostrar la posibilidad y necesidad de pelear por otra sociedad en la que se ponga en el centro la satisfacción de las necesidades sociedad, tanto por el desarrollo tecnológico y productivo existente, como por los elementos de “comunismo” como movimiento que se expresan en luchas y acciones protagonizadas por las y los trabajadores.
Defendió un proyecto de sociedad socialista no solo desde una visión superadora del capitalismo, sino también como la única vía para evitar sus crisis. A su vez, desmontó la no-alternativa que representan las propuestas de reforma o humanización de este sistema, así como la espera pasiva a que colapse y caiga, las cuales no dan salida a las crisis para la clase trabajadora y los sectores populares. La lucha por la expropiación de los expropiadores es condición de posibilidad para poder sentar sus bases, y el único freno realista a crisis como el guerrerismo o la destrucción del planeta.
Terminó apelando a organizarse, militar y trabajar por construir organizaciones revolucionarias que luchen por esta perspectiva, que se engarcen en la lucha de la clase trabajadora, la juventud y los sectores populares y se preparen conscientemente para pelear por canalizar los procesos de lucha de clases que puedan darse a conseguir la victoria.
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