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Cooke y el fracaso de la izquierda peronista

Un 19 de septiembre de 1968 fallecía Johnn Wiiliam Cooke a consecuencia de un cáncer de pulmón. Tenía apenas 48 años de edad. Compañero de la también legendaria Alicia Eguren, el “Gordo” o el “Bebé” tal cual se lo apodaba, fue una figura emblemática de la llamada izquierda peronista, dirigente de la resistencia a la fusiladora que se impuso luego del golpe de 1955 y pionero de la guerrilla peronista estrategia detrás de la cual Cooke busco sintetizar peronismo y castrismo.

Facundo Aguirre

Facundo Aguirre @facuaguirre1917

Viernes 19 de septiembre de 2014

Un 19 de septiembre de 1968 fallecía Johnn Wiiliam Cooke a consecuencia de un cáncer de pulmón. Tenía apenas 48 años de edad. Compañero de la también legendaria Alicia Eguren, el “Gordo” o el “Bebé” tal cual se lo apodaba, fue una figura emblemática de la llamada izquierda peronista, dirigente de la resistencia a la Revolución Libertadora que dio el golpe de 1955 y pionero de la guerrilla peronista, estrategia detrás de la cual Cooke busco sintetizar peronismo y castrismo. Cooke pasó de una concepción política nacionalista a un acercamiento cada vez mayor a un marxismo influenciado por la Revolución Cubana y el guevarismo.

Luego del golpe del 16 de septiembre de 1955, JWC fue nombrado por Perón su delegado personal, impulsando los comandos peronistas de la resistencia y protagonizando un rico debate con el General que impulsaba una línea de presión para obligar a las FFAA a la negociación. Mientras Cooke defendía la idea de generar un movimiento insurreccional que uniera las huelgas, los actos de resistencia y las asonadas de los militares peronistas (Cooke apoyo el frsutrado levantamiento del General Valle en 1956), en una acción centralizada para derrocar al gobierno militar. Perón en cambio pregonaba el sabotaje extendido a la dictadura y la búsqueda de una alianza política con militares nacionalistas, respondiendo a Cooke con una antigua frase de Confucio “una hormiga no puede matar un elefante, pero millones de hormigas pueden ir comiéndolo de a poco”.
Apresado por los militares, en 1957 protagonizara una espectacular fuga del Penal de Rio Gallegos, con el entonces pistolero de la Alianza Libertadora Nacionalista, Guillermo Patricio Kelly, quien disfrazado de mujer, con un revolver entre sus ropas, franqueó la salida a Jorge Antonio (empresario que financió a Perón en el exilio) , Héctor Campora (entonces ex presidente de la Camara de Diputados y Presidente electo en marzo de 1973), José Espejo (ex lider de la CGT) y Cooke.

Para las elecciones de 1958 Cooke fue uno de los arquitectos, junto a Rogelio Frigerio, del acuerdo Perón-Frondizi, donde el peronismo comprometía su apoyo electoral al líder de la UCRI a cambio del levantamiento de la proscripción lo que permitió la victoria electoral de la formula Arturo Frondizi- Alejandro Gomez por el 45% de los votos. Desobedeciendo las órdenes del General y promovido por dirigentes de la resistencia como Cesar Marcos y Raúl Lagomarsino, el voto en blanco cosecho 836 658 adhesiones, mostrando la reticencia de la base obrera a entrar en componendas con los políticos del régimen libertador.

El nuevo gobierno, que era apoyado por el progresismo de entonces no tardó en incumplir una a una sus promesas electorales y desconocer el acuerdo con Perón y llevar adelante una gestión marcada por la penetración del capital extranjero y las concesiones permanentes a los planteamientos militares. Cooke va a jugar un papel central en la gran huelga del Frigorífico Lisandro de la Torre en Enero de 1959, donde los obreros van más allá de la voluntad de Perón quien no quería romper con Frondizi, derrotada tras una dura represión. Comienza el fin de la etapa ascendente de la resistencia peronista y surge la burocracia sindical vandorista a quien Cooke definirá como integracionista y agente del régimen contra los intereses de la clase obrera. En este escenario Perón rompe con su ahora ex delegado personal.

Exiliado en Cuba entre 1959 y 1963, Cooke entra en contacto con el Che Guevara izquierdizando su pensamiento político y propiciando la vía guerrillera para la revolución argentina. Su particularidad es que bajo la caracterización de que “el peronismo es el fenómeno maldito del país burgués” porque representaría las aspiraciones de la clase obrera intragables para el régimen capitalista. Para Cooke se trataba de superar a la burocracia peronista y obligar a Perón a sumarse al torrente revolucionario: “lo que llamamos ‘burocracia peronista’ es, en síntesis, una capa dirigente que opera con los mismos valores del enemigo y es incapaz, por lo tanto, de conducir a las bases a la toma del poder, sin lo cual no hay salida ni para las clases trabajadoras ni para el país, pues ya hemos entrado en una etapa en que no hay nacionalismo burgués sino que revolución social y liberación nacional no son objetivos diferenciabas sino dos aspectos de un mismo proceso indivisible”. De esta época viene su famosa definición "prefiero caer con el Che en Bolivia, que vencer con Codovilla en Argentina" en referencia al secretario general del Partido Comunista Argentino y símbolo de los dislates del stalinismo criollo. Retornado a la Argentina en 1963 impulsara la Acción Revolucionaria Peronista –cuyos militantes nutrirán las filas del la guerrilla peronista de Taco Ralo en 1967- hasta su muerte.

Visto desde una crítica marxista, Cooke represento una política pequeñoburguesa condenada al fracaso, porque no aspiraba a la independencia política y autodeterminación de la clase obrera, sino que intentaba radicalizar a un movimiento político burgués que en el mejor de los casos buscaba preservar mediante reformas las bases del capitalismo semicolonial. Todos sus esfuerzos terminaron siendo funcionales a la estrategia de Perón que los uso para presionar al régimen libertador y ser el imprescindible muro de contención de la burguesía argentina.

Las guerrillas peronistas de los ’70, sobre todo Montoneros, negaron las conclusiones de Cooke sobre la inviabilidad del nacionalismo burgués y se ubicaron ideológicamente a su derecha. Los Montoneros profundizaron los errores más groseros de Cooke,planteandose como co-conducción del movimiento junto a Perón, haciendo suya la prédica de la conciliación de clases en un Frente Nacional y sustituyendo la acción de las masas por una guerrilla que llevó a cabo una guerra de aparatos que termino trágicamente.

La izquierda peronista lejos de hacer revolucionario al peronismo, termino rescatándolo tras la crisis nacional del 2001. El kirchnerismo dejo intacto al peronismo de los señores feudales y los barones bonaerenses, con un relato que reivindica el setentismo de la “jotapé”. Toma a Cooke y su definición del fenómeno maldito, no “para la liberación” como cantan los rentados de La Campora, sino para disfrazar sus servicios al gran capital.


Facundo Aguirre

Militante del PTS, colaborador de La Izquierda Diario. Co-autor junto a Ruth Werner de Insurgencia obrera en Argentina 1969/1976 sobre el proceso de lucha de clases y política de la clase obrera en el período setentista. Autor de numerosos artículos y polémicas sobre la revolución cubana, el guevarismo, el peronismo y otros tantos temas políticos e históricos.

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