Estudiantes y trabajadores de la educación siguen organizando la solidaridad para que nadie se quede sin continuar sus estudios en medio de la cuarentena.
Miércoles 22 de julio de 2020 18:00
Durante los primeros días del año vimos que todo lo que nos preocupaba se hizo mucho más difícil con la pandemia, el aislamiento y la situación económica que nos golpea cada vez más.
La precarización laboral es una norma entre las y los estudiantes de la escuela, pero sabemos que los auxiliares tienen sueldos que no alcanzan para llegar a fin de mes y que las y los docentes están a mil con esta modalidad virtual, donde no se ven los límites y no dan abasto.
Desde Contraimagen en el Centro de Estudiantes de la Escuela, impulsamos la Coordinadora de la Escuela de Arte de Berisso, porque teníamos que organizarnos para que, al volver de la cuarentena, las aulas no estén vacías. Después de mucho esfuerzo, pedidos, reuniones y discusiones, conseguimos por segunda vez una ayuda alimentaria por parte del municipio de Berisso, aunque solo alcanza para 40 de los 67 compañeros de la Escuela que lo necesitan.
En una situación excepcional como la que estamos viviendo, la asistencia a quienes más lo necesitan debería llegar sin mayores esfuerzos, más aún cuando el acceso a la educación pública es un derecho. Pero la realidad es que cuando no te alcanza para comer, estudiar se transforma en un privilegio. A esto hay que sumar que la ayuda por parte del gobierno, viene demostrando ser completamente insuficiente.
Lamentablemente, el municipio no viene contemplando a todas y todos los compañeros de la Escuela que solicitaron ayuda alimentaria, sino solamente a quienes son de la localidad de Berisso. Nosotros sabemos que el hambre no tiene jurisdicción y no hacemos diferencia. Somos todos de la Escuela de Arte, y no queremos que nadie se quede afuera porque no tiene para comer. Lo que pudimos conseguir, después de mil vueltas y de visibilizar lo que estamos atravesando, aún es muy poco. Nadie puede vivir en base a harina, con una bolsita de 7 productos que esta vez ni siquiera incluye fideos ni arroz.
Dimos cada uno de los pasos que había que dar e hicimos todos los intentos desde el primer día. El gobierno provincial, que recibió nuestro pedido hizo oídos sordos. Fuimos también a cada uno de los municipios a contarles la situación difícil que se está viviendo. Que necesitamos que se garantice la alimentación, el acceso a los medios virtuales para poder ser parte de las cursadas mientras dure el aislamiento. Sin embargo cada vez son más las familias afectadas tanto por las dificultades económicas como por los contagios y las respuestas son insuficientes o ni siquiera aparecen.
La solidaridad se construye desde abajo
Los contagios llegaron a nuestra escuela y la solidaridad se hizo más fuerte. Del otro lado de la actitud de quienes deberían garantizar la alimentación, está la enorme solidaridad que venimos construyendo. En dos días, estudiantes, auxiliares y docentes, nos pusimos en campaña y organizamos una colecta urgente para una compañera queLamentablemente, el municipio no viene contemplando contempla a todas y todos los compañeros de la Escuela que solicitaron ayuda alimentaria, sino solamente solo a quienes son de la localidad de Berisso. Nosotros sabemos que el hambre no tiene jurisdicción y no hacemos diferencia. Somos todos de la Escuela de Arte, y no queremos que nadie se quede afuera porque no tiene para comer. Lo que pudimos conseguir, después de mil vueltas y de visibilizar lo que estamos atravesando, aún es muy poco. Nadie puede vivir en base a harina, con una bolsita de 7 productos que esta vez ni siquiera incluye fideos ni arroz.
Dimos cada uno de los pasos que había que dar e hicimos todos los intentos desde el primer día. El gobierno provincial, que recibió nuestro pedido hizo oídos sordos. Fuimos también a cada uno de los municipios a contarles la situación difícil que se está viviendo. Que necesitamos que se garantice la alimentación, el acceso a los medios virtuales para poder ser parte de las cursadas mientras dure el aislamiento. Sin embargo cada vez son más las familias afectadas tanto por las dificultades económicas como por los contagios y las respuestas son insuficientes o ni siquiera aparecen.
La solidaridad se construye desde abajo
Los contagios llegaron a nuestra escuela y la solidaridad se hizo más fuerte. Del otro lado de la actitud de quienes deberían garantizar la alimentación, está la enorme solidaridad que venimos construyendo. En dos días, estudiantes, auxiliares y docentes, nos pusimos en campaña y organizamos una colecta urgente para una compañera que debe estar aislada por contagio, afectada también por la precarización en la que vivimos.
Este es el motor de la Coordinadora de la Escuela de Arte, que no solo da la pelea para que el Gobierno provincial y municipal garantice lo básico para que podamos seguir estudiando, y al volver del aislamiento no seamos la mitad en los cursos, sino también se apoya en la enorme solidaridad de trabajadores y estudiantes de la escuela que no dudan un segundo cuando hay que dar una mano a cualquiera que lo necesita. Ya hicimos más de 7 colectas para diferentes compañeros y compañeras que están pasándola mal porque no podemos esperar siempre los tiempos y las vueltas de quienes toman decisiones.
Este espacio de la Coordinadora de la Escuela de Arte tiene que seguir creciendo y visibilizando nuestro reclamo que es el reclamo de estudiantes en todo el país. Defender la educación pública también es pelear contra la precarización laboral, por una ayuda alimentaria y dispositivos de conexión que eviten que la deserción avance en nuestras aulas. Es fundamental organizarnos y coordinar con quienes también están dando esta pelea contra el hambre, que empieza a golpear a las y los estudiantes de la escuela; los despidos y la precarización laboral, que es la realidad que viven millones de trabajadores y estudiantes en todo el país. La unidad es fundamental para poder resolver esta situación.