En Barranquilla, el local y el Xeneize empataron en un partido para el olvido. Con este resultado deberán esperar a la última fecha para definir quién de los dos pasa a la próxima ronda.
Alfredo Blanco Twitter: @ruidosucioar
Miércoles 2 de mayo de 2018
En un partido atípico, de lo peor que se pudo ver por Copa Libertadores, Boca y Junior empataron en Barranquilla 1 a 1. ¿Habrán afectado los más de treinta grados de temperatura? Lo cierto es que, salvo los goles, no fue un duelo caracterizado por emociones ni grandes momentos futbolísticos. Ambos equipos debían ganar para llegar a la última fecha con posibilidades de clasificar a octavos.
En el primer tiempo pudo observarse al equipo colombiano un poco más movedizo y ambicioso que su rival, más allá de algún remate de Tévez o alguna corrida en profundidad de Pavón. Sin embargo, dentro de la intrascendencia propuesta por ambos conjuntos, el árbitro cobró un penal inexistente para Junior, con una supuesta infracción de Wilmar Barrios a Piedrahita, que fue convertido por Luis Ruiz, luego de un rebote otorgado entre Agustín Rossi y el palo.
Tanto en los últimos minutos de la primera etapa como en el inicio de la segunda, Boca fue en busca del tanto que le permitía tener una chance más en la Copa. Sin jugar bien, como en casi todo el semestre, logró el empate gracias a un gol en contra de Ruiz, que desvió la pelota luego de un tiro libre lanzado por Pavón, desde el sector izquierdo. A partir de entonces el partido volvió a la meseta que lo caracterizó en un gran tramo del primer tiempo y pudo notarse el pésimo nivel futbolístico mostrado por los protagonistas. El equipo local pudo llevarse los tres puntos y dejar afuera de la Libertadores al Xeneize, luego de un blooper de Agustín Rossi que estuvo a punto de convertir un autogol intentando rechazar.
El 1 a 1 dejó un sabor agridulce en los dos conjuntos. Boca tiene que ganarle al débil Alianza Lima, en la Bombonera, y esperar el resultado de Junior, que enfrentará a Palmeiras, de visitante. Los de Barranquilla deberán ganar si quieren clasificar a la próxima ronda. Por lo pronto, el equipo de Guillermo Barros Schelotto cuenta con una vida más. El Xeneize no juega bien, la mayoría de sus jugadores están atravesando un momento crítico en el juego y desde el banco tampoco aparecen las respuestas necesarias para revertir el pésimo nivel demostrado hasta hoy. El desenlace del grupo H aún está en suspenso y la pugna entre colombianos y argentinos con un final abierto.
