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Red Internacional
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Educación Pública. Coparmex propone terminar con la educación superior pública y gratuita

La confederación empresarial propuso cobrar cuotas elevadas en las principales universidades públicas como la UNAM, el IPN y la UAM.

Martes 21 de agosto de 2018

Con el discurso de que la gratuidad “a ciegas” genera que haya estudiantes universitarios que “no la necesitan” y argumentando que es inviable financieramente la educación superior pública, la cámara empresarial instó al próximo presidente a cobrar cuotas en las principales universidades nacionales y estatales, al tiempo que se pronunció por no abrir nuevas universidades.

La Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) , como no podía ser de otra manera, muestra así su carácter de clase, reaccionario y anti popular, en un tema muy sensible para la sociedad mexicana en un país donde cientos de miles de jóvenes no acceden a las universidades producto de la falta de lugares y donde la inmensa mayoría hace un enorme esfuerzo por terminar sus estudios.

Mientras en países como Chile cientos de miles de estudiantes y docentes reclaman desde hace años con movilizaciones y tomas de colegios terminar con el negocio en la educación que genera que los estudiantes salgan de su carrera endeudados por años, la Coparmex en México “recomienda” subir las cuotas en las instituciones de educación superior según ellos, “contemplando” a quienes no puedan pagar otorgando becas.

Este es el típico discurso de derecha que busca acabar con una conquista histórica de la clase trabajadora, que es los hijos de los trabajadores y sectores populares puedan acceder a una educación superior de calidad.

Al mismo tiempo este organismo de ricos plantea que quiere intervenir en los planes de estudios para hacerlos más “adecuados” al mercado laboral. Lo que busca claramente es que los planes y programas respondan a la lógica del capital, a formar mano de obra barata y que no cuestione los planes empresariales. Quienes debemos intervenir en la discusión de los planes de estudios somos en primer lugar los estudiantes, junto a los maestros y los trabajadores para orientarlos a resolver problemas sociales, no la clase que se apropia de la riqueza que producen los trabajadores.

La gratuidad se defiende en las calles

La última vez que el gobierno al servicio de la clase empresarial intentó cobrar cuotas en la UNAM, estalló la huelga de nueve meses protagonizada por miles de estudiantes aglutinados en el Consejo General de Huelga (CGH) en la llamada “máxima casa de estudios” que despertó un gigantesco movimiento político en 1999 que llegó a cuestionar el funcionamiento de conjunto de la universidad.

Más recientemente en 2014 los estudiantes politécnicos mostraron la enorme fuerza que tiene el estudiantado en la “marea guinda” cuando sale a defender sus derechos e hicieron retroceder el intento de modificar el plan de estudios mientras su directora general no tuvo más remedio que renunciar para frenar el conflicto.

Lo mismo ocurre en Chile, Argentina, Francia y muchos otros países: la masividad del movimiento estudiantil ha logrado muchas veces derrotar los intentos de privatizar o modificar los planes de estudios para que sean más acordes a las “necesidades” del mercado.

En este sentido, mientras mayor sea la organización estudiantil, de los profesores y trabajadores universitarios, más fuerza tendrá la clase trabajadora para defender la educación pública superior.

“No hacen falta más universidades”: Coparmex

"Para garantizar la viabilidad económica de las universidades públicas es necesario analizar con seriedad, y sin tabúes, la posibilidad de establecer cuotas parciales de recuperación en las universidades públicas, aplicables a las personas que sí pueden contribuir a solventar los costos del servicio educativo", señaló Gustavo de Hoyos Walther, presidente de la Coparmex.

Este discurso es de lo más usual, nunca la burguesía y sus representantes van a decir abiertamente sus planes, siempre intentan camuflarlos con palabras como “modernidad” y “competitividad”. Lo que ocultan es que si se cobra cuotas en las universidades va a ser mucho más difícil para cientos de miles de estudiantes poder solventar sus estudios.

Si de por sí es difícil que un estudiante tenga que pagar diariamente el costo del transporte público, alimentación y gastos escolares como libros o copias, cobrar además una cuota es la garantía de una exclusión masiva de jóvenes y de un salto en la elitización de la universidad, solo quienes puedan pagar podrán acceder a la educación, lo cual llevaría rápidamente a aumentar la desigualdad y la pobreza en la sociedad.

No conforme con atacar la gratuidad en la educación, el presidente de este organismo burgués, señaló que antes de construir 100 universidades (como plantea AMLO), hay que utilizar mejor las instalaciones de las ya existentes.

Efectivamente hay que utilizar mejor las instalaciones de las universidades (por ejemplo, reduciendo el suelto de los altos funcionarios y redireccionandolo a construir más aulas), pero en un país donde el 90% de los jóvenes son rechazados de las universidades, claramente hay que construir muchas más escuelas, universidades e institutos. Además, para “ocupar mejor las instalaciones existentes” se debe dejar de utilizar a las universidades para “formar” militares que ahora "estudian" en la UNAM.

Desconfiar del gobierno, confiar en nuestras propias fuerzas

Para defender el carácter público de la UNAM, la UAM, la UAEM, el IPN, la UACM y todas las universidades estatales, es necesaria la organización de los estudiantes.

No podemos confiar en que el gobierno va a defender nuestros intereses como jóvenes si no somos nosotros quienes nos ponemos al frente. Debemos organizarnos no solamente por defender la gratuidad sino para exigir que existan condiciones de estudio dignas para todos los estudiantes como comedores, transporte o copias subsidiadas para que ningún estudiante se vea forzado a interrumpir sus estudios por falta de recursos.

Aumentar el presupuesto educativo a partir de impuestos progresivos a las grandes fortunas y dejando de pagar la eterna deuda externa, son las vías para financiar realmente una educación de calidad con acceso universal para los jóvenes.

Los estudiantes organizados por carrera, escuela o facultad, votando delegados y organizando asambleas, son imparables y lo han demostrado en múltiples ocasiones.

Es hipócrita que un organismo empresarial plantee que “faltan recursos” cuando la inmensa riqueza que todos los días produce la clase trabajadora en este país, es apropiada por unos cuantos grandes empresarios, ¡por supuesto que hay recursos! Lo que hace falta es una política que se plante claramente del lado de la inmensa mayoría, hace falta una política anticapitalista para defender la educación pública universal.