Trabajadoras de la salud denuncian que desde la dirección del hospital se bajo la orden de restringir el uso de barbijos. Esto se suma a la sobrecarga del sistema sanitario que recae sobre las y los trabajadores a diario.
Miércoles 25 de marzo de 2020 00:34
Las y los trabajadores del Hospital Misericordia dieron a conocer la grave situación que se vive en el hospital al calor de la pandemia del coronavirus que agudizó las falencias del sistema sanitario.
Según informan, desde la dirección del nosocomio se bajó la directiva de restringir el uso de barbijos a todo el personal de salud. El motivo, aunque parezca difícil de creer, es que el Hospital Misericordia, al no recibir internaciones por COVID-19, sería un hospital “limpio”.
Recordemos que desde la provincia de Córdoba se destinaron como hospitales de referencia al Rawson y al San Roque. Sin embargo, como denuncian las y los trabajadores: “Nada impide la posibilidad de que a la guardia llegue alguien que podría estar contagiado, antes de hacer cualquier derivación, pasa por la guardia. Pero para el director parece que nuestras vidas no valen”.
La falta de barbijos comunes es moneda corriente en el hospital y esto es fundamental para realizar un análisis sin correr riesgos. También hay faltantes de alcohol en gel y toallas para secado de manos luego del tan necesario lavado.
“Quienes llevamos años en el sistema de salud podemos hacer una larga lista de lo que siempre alguna vez nos faltó, sólo que ahora la situación empeora, porque aumentan los riesgos concretos para todos nosotros que estamos en la primera línea. Nos mueven de un servicio a otro, sin capacitarnos, todo el tiempo cubriendo baches. Sin ir más lejos, el propio director ha atendido casos sospechosos sin tomar precaución alguna", nos cuenta una de las enfermeras de urgencias.
“Según la directiva, las personas que asistimos: enfermeros, médicos, etc., y los que recibimos a la gente en la guardia, debemos utilizar el barbijo quirúrgico, que es el barbijo común, que como se sabe no nos protege completamente. El barbijo N95, que es el recomendado para el COVID-19, queda exclusivamente reservado para el personal de salud que le haga algún procedimiento a la persona infectada que pueda aerosolizar el ambiente”, agrega.
Por si fuera poco, se han dado a conocer amenazas de sanciones y persecución a quienes utilicen barbijos o gafas protectoras en los pasillos o la guardia, aspecto que va en contra hasta de las propias recomendaciones de la OMS en cuanto al uso de estos.
En ese sentido, también exigen que se haga efectiva la incorporación de más personal y la necesidad de capacitaciones urgentes. Reclaman la necesidad de testeos masivos para poder elaborar un plan concreto de acción, ya que si bien la cuarentena es una medida necesaria, el Gobierno la está llevando adelante a ciegas. Y esto implica que los propios nosocomios no puedan trabajar sobre un mapa más acertado de la realidad.
La sobrecarga a las y los trabajadores de la salud es cotidiana, se agudiza día a día. Esto, además, tal y como señalan, va a tener consecuencias en su propia salud; desde altísimos niveles de estrés, mayores posibilidades de contraer esta enfermedad, y todo tipo de problemas asociados a las tareas que realizan.