Un planteo de larga tradición histórica en el movimiento obrero hoy es más urgente que nunca: la reducción de la jornada laboral. El reparto de las horas de trabajo entre todas las manos disponibles, bandera de lucha para que la tomen los sindicatos y el conjunto de la clase trabajadora. Sabemos, como dicta la historia, que sólo se conseguirá con la movilización y la lucha.
Miércoles 25 de agosto de 2021 15:10
Un debate necesario
El debate de la reducción de la jornada laboral recorre múltiples países, entre ellos, Chile, España, Estados Unidos, Nueva Zelanda, Japón e Islandia. Argentina no es la excepción, a partir de la iniciativa que realizamos desde el PTS en el FIT desde el 2017 como planteamiento que busca acabar con el desempleo estructural, repartiendo las horas de trabajo sin reducir el salario, sino igualándolo al valor de la canasta familiar -que según el INDEC equivale a cerca de 90 mil pesos mensuales- sin aumentar los ritmos productivos, para trabajar menos y trabajar todas y todos.
¿Qué implicancias tendría la reducción de la jornada laboral? a saber, las y los trabajadores que actualmente cumplen con una jornada de 8 horas diarias recuperarían un 25% de su salario, asimismo se podrían incorporar al mercado laboral quienes hoy están en busca de empleo. El Indec informó que la tasa de desocupación hoy es del 10,2 %, es decir que en argentina hay más de dos millones de desocupados, y quienes desalentados por la recesión económica ya no lo buscan son registrados como inactivos y no como desocupados.
Ahora bien, Argentina es uno de los países con mayor carga laboral: se trabajan 48 horas semanales, es decir seis días a la semana a razón de 8 horas diarias, con un día de descanso, en cuanto a las jornadas, los varones jóvenes trabajan un promedio de 39,7 horas semanales y las mujeres un promedio de 31 horas semanales sin contar el trabajo doméstico no remunerado. Sin ir más lejos 1 de cada 4 personas está sobre ocupada (trabajando más de 45 horas semanales) realizando horas extras para llegar a fin de mes, y aun así, el 80% de las personas ocupadas no llega a cubrir la canasta básica familiar. En la Argentina 2 millones de personas tienen más de un trabajo para llegar a fin de mes.
Úsese y tírese: la política para la juventud del Frente de Todos y el peronismo cordobés
Con el arranque de la campaña electoral y ante la desilusión de la juventud con el gobierno de Alberto Fernández y el frente de todos, el gobierno nacional puso en marcha el plan empleo joven “te sumo”, que comprende la inserción laboral de 50 mil jóvenes de 18 a 24 años que hayan terminado el secundario y que ingresen a empresas Pymes, pero lejos de “sumar” una solución a la situación de la juventud trabajadora argentina que se debate entre el desempleo y la precarización laboral que padecen más de 1,2 millones de jóvenes que laburan en negro y más de 2 millones que están desempleados, quienes realmente suman son los empresarios: suman mayores ganancias y suman precarizando aún más las condiciones laborales de la juventud, mientras el estado financia con hasta el 75% de los salarios, además de reducir hasta en un 95% los impuestos a estas mismas, los empresarios aumentan sus ganancias a costa de nuestras vidas.
En Córdoba el gobierno de Schiaretti no se quedó atrás: los primeros días de Julio re-lanzó el plan primer paso. Este plan que es herencia del gobierno de De la Sota y que inauguró una “política de estado” del PJ cordobés en lo que concierne a la precarización laboral de la juventud hace ya 20 años, hoy tiene cerca de 15 mil jóvenes de entre 16 y 24 años sin contrato laboral, cobrando unos miserables $7.500 en el periodo de capacitación y $15.000 en las prácticas, sin que este pago tenga carácter de remuneración, por ende no se contemplan derechos a aportes jubilatorios y demás cargas sociales. Esta es la generación sin obra social, ni aportes jubilatorios, ni ART, ni vacaciones pagas, ni estabilidad laboral. Trabajan con contratos a término, como monotributistas y por un salario que no llega a ser el mínimo, hablamos de salarios de hambre y de miseria cuando en el país la inflación interanual alcanzó el 50%.
Por cierto no es el único plan de la administración de Schiaretti, planes como el PPP, PPP aprendiz, Por MI, PILA y PIP no han logrado resolver el desempleo estructural que alcanza un 19,1% de la población activa en la provincia, y menos aún resuelve el desaliento entre los jóvenes de 15 a 24 años, que según cifras de la encuesta permanente de hogares han aumentaron a 54.871 los jóvenes “ni-ni” que no trabajan ni estudian y de los cuales el 21% son pobres, que engrosan las cifras de inactivos.
Por otra parte y según datos del INDEC, la pobreza en el gran córdoba ha aumentado un 40,8% en el último trimestre del año 2020, así mismo los hogares pobres en el gran córdoba aumentaron a un 29,5%, cuyas familias no logran llegar a la canasta familiar básica y si bien el l 40% de los cordobeses tiene asistencia social provincial, sin embargo nadie vive de los planes, se tiene que complementar con changas y trabajo en negro. La otra cara de la pobreza es la precariedad extrema que alcanza al 70% de los jóvenes activos y un 74% en el caso de las mujeres. En definitiva, más allá de la “grieta”, Fernández y Schiaretti comparten un objetivo, precarizar a destajo a la juventud y ajustar al pueblo trabajador.
La propuesta de reducción del oficialismo
El oficialismo, de la mano de Palazzo y Yasky, legisladores y burócratas sindicales peronistas del Frente de Todos que han permitido la precarización laboral y el crecimiento de la desocupación en el país, han presentado proyectos que buscarían la reducción de la jornada laboral enfocados en la productividad laboral, o lo que es lo mismo, enfocados en mantener las ganancias patronales por la vía de mayores ritmos productivos, flexibilización y precarización. Y como era de esperarse sin medidas de lucha y organización de las y los trabajadores en sus sindicatos.
Sin embargo, y a pesar de la anuencia de sectores patronales en los proyectos del oficialismo, existen sectores que se resisten a la idea de reducir la jornada laboral. En Córdoba, el instituto de investigaciones económicas de la bolsa de comercio cuestionó los dos proyectos del oficialismo, remarcando que la reducción de la jornada laboral y el mantenimiento de los salarios serían negativos para el empleo "Para un trabajador contratado por 48 horas, que pasará a tener una jornada legal de 36 horas, el costo laboral por hora aumentaría 33,3% por la nueva jornada legal y 50% si se mantuviera la jornada efectiva y se pagarán horas extra", en consecuencia, presentar proyectos no garantiza absolutamente nada, pero deja en claro que los patrones se resistirán a nuestras demandas.
Es por eso, que desde el FIT-U impulsamos la reducción de la jornada laboral comprendiendo que debemos chocar con los intereses de los patrones y su estado, partiendo por la organización, discusión en asambleas y movilización de la clase obrera y sectores desocupados, así lo demuestra la historia de la clase obrera, sólo con la movilización se pueden conquistar nuestras demandas.
Con lucha y organización: la propuesta del FIT-U
En Argentina hace más de un siglo se conquistaron las 8 hrs que se mantienen hasta la actualidad. Quienes primeros lo hicieron fueron los obreros yeseros en 1895, los siguieron los pintores abriendo camino a huelgas más duras donde también se reclamaba el aumento de salarios. Fueron protagonistas de estas numerosas huelgas obreros del bronce, relojeros, obreros del gas, mecánicos y otros, acciones de lucha que no transcurrieron sin represión ni enfrentamientos violentos de parte de las patronales, la policía y el Estado. Es que en todo lugar en que la reducción de la jornada de trabajo consiguió imponerse fue producto de la lucha de la clase obrera, la paralización del trabajo, la organización sindical y la movilización en las calles.
Sin ir más lejos, una de las causas del Cordobazo fue la anulación del llamado “sábado inglés”. En todo el país la jornada laboral era de 48 horas. En Córdoba se conquistó una jornada de 44 horas semanales y el gobierno de Ongania quería imponer 4 horas más de trabajo.
La ambición desmedida de las patronales obliga a que las y los trabajadores dejemos cada vez más la vida en las fábricas y en nuestros lugares de trabajo para aumentar progresivamente sus ganancias a costa de nuestras vidas , ambición que no encontrará límites más que los que la clase obrera le imponga.
Así como los obreros de fines del siglo XIX vieron cómo dejaban su vida sobre las máquinas que enriquecían a los capitalistas y comenzaron su lucha por el tiempo, hoy los enormes avances tecnológicos hacen posible la reducción progresiva de la jornada laboral, permitiendo el reparto de las horas de trabajo entre ocupados y desocupados para que trabajemos todas y todos y trabajemos menos y así poder contar con el tiempo necesario para desplegar todas las capacidades humanas.
Como dice Laura Vilches, pre candidata a senadora en Córdoba por la lista Fortalecer a la Izquierda en el FITU junto a Liliana Olivero : “Aunque quieran borrar la historia, la reducción de la jornada laboral es posible y urgente”
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Queremos volver a poner en pie esa fuerza social de trabajadores y trabajadoras para quitarles el tiempo a quienes nos quieren robar el tiempo para aumentar sus ganancias. Tenemos la fuerza suficiente para poner en pie un movimiento histórico que luche por conseguir la reducción de la jornada.
Si la clase trabajadora se apropia de este planteo, y lo toma como una de sus tantas banderas de lucha, da un paso enorme en elevar sus ambiciones, en el desarrollo de su conciencia y en proponer un futuro deseable para las mayorías que potencialmente puede desbordar los límites estrechos de miseria que impone esta sociedad capitalista.