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Red Internacional
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CÓRDOBA / MEDIOS. Córdoba y el agobio del discurso mediático único

El cierre del diario La Mañana de Córdoba y el desplazamiento de periodistas en Canal 10 suman el capítulo local a un debate de alcance nacional.

Lunes 15 de agosto de 2016 13:47

Con el cambio de gestión en la Universidad Nacional de Córdoba y el rectorado bajo el mando del radical Hugo Juri, se descuenta que los SRT se sumarán abiertamente al coro de voces mediáticas oficialistas en el esquema de cogobierno que sostienen el PJ y la UCR en la provincia, aliados del gobierno de Mauricio Macri. Aumenta el desafío de hacer crecer medios para organizar la resistencia.

La Hidra de los multimedios

No es ningún secreto el esquema de fuerte concentración mediática que prima en nuestro país, del cual es parte la escena cordobesa.

Los matutinos de mayor tirada, La Voz del Interior y Día a Día, pertenecen al Grupo Clarín, como también Canal 12 -que lidera la teleaudiencia- Radio Mitre y la 100.

Por su parte, Canal 8 es del Grupo Telefe, que pertenece a Telefónica, en tratativas para venderlo a Ted Turner, empresario norteamericano fundador de la cadena de noticias CNN.

La influyente Cadena 3 pertenece a Radiodifusora del Centro, cuyo accionista mayoritario es el ex banquero y miembro de la Bolsa de Comercio de Córdoba, Gustavo Filippi. Este a su vez es cuñado del desarrollista Horacio Parga, director de Edisur, uno de los grupos que amasa fortunas a costa de la especulación inmobiliaria que habilita el estado provincial.

Los SRT, conformados por Canal 10, la señal digital Cba 24N, Radio Universidad y Nuestra Radio, hasta ahora el mayor grupo de medios públicos del interior del país, se sumarán abiertamente a esta impronta empresarial. Su nuevo director, Manuel San Pedro, titular de Córdoba Technology Cluster, ya declaró que busca lograr una “estructura más sustentable”, eufemismo de una mayor penetración del mercado.

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A la manera de la mitológica Hidra de múltiples cabezas, los medios cordobeses dependen de un puñado de grupos empresariales, principales interesados en garantizar la gobernabilidad provincial.

El bipartidismo tiene quien le escriba

Así las cosas, se consolida un agobiante discurso mediático único que ya no reconoce matices: en las líneas editoriales brilla por su ausencia cualquier elemental cuestionamiento a los pilares del esquema de cogobierno entre peronistas y radicales.

Se instalan agendas securitarias, de ataque a los sectores más precarizados como los miles de contratados y socialmente reaccionarias, como las que demonizan la lucha de las mujeres por sus derechos.

Como denunció el periodista Adolfo Ruiz en su programa online No es Como Te lo Cuentan, parte de este ferviente oficialismo está relacionado con la entrega de pauta oficial de los gobiernos provincial y municipal.

El programa El Show de la Mañana, uno de los de mayor audiencia de la TV cordobesa, conducido por el “Lagarto” Guizardi, recibiría 9 millones de pesos por año en concepto de pauta publicitaria del Gobierno Provincial. Esto permitiría entender la cantidad de veces que pasó por allí un cómodo De La Sota en largos reportajes visiblemente pautados donde nunca hubo repreguntas.

La Municipalidad no se queda atrás, y de los 150 millones que gastó en publicidad en 2015, 40 millones fueron a parar a La Voz del Interior, principal tribuna de demonización de la lucha de los trabajadores municipales en cada conflicto. Favor con favor se paga.

Los límites de la batalla cultural

La situación actual debería servir para reflexionar a quienes honestamente confiaron en la batalla cultural que enarboló como discurso el gobierno kirchnerista. Se sabe que fue el propio gobierno de Néstor Kirchner el que permitió al Grupo Clarín asegurarse el millonario negocio que implicó la fusión de Multicanal y Cablevisión. Adicionalmente, lejos de toda democratización de los medios, la estrategia gubernamental derivó en la construcción, vía subsidos estatales, de una corporación de medios oficialistas que apoyaron sin fisuras cada política del gobierno, acallando las voces que cuestionaban los avances represivos y ataques a los sectores populares.

De emporios del relato oficialista a medios vaciados por los empresarios amigos del gobierno, fue el destino del Grupo 23 y Tiempo Argentino, o La Mañana de Córdoba en nuestra provincia, cuyo dueño en las sombras era el kirchnerista Acastello. Así lo señalaron siempre los trabajadores y las trabajadoras que quedaron en la calle y hoy, al igual que hicieron en Tiempo Argentino, se están organizando para lanzar su propio medio. Más de uno habrá descubierto a la fuerza que la verdadera grieta no era entre los medios de la “corpo” y los kirchneristas sino entre empresarios y sus gobiernos, por un lado, y los trabajadores por el otro.

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Los SRT, por su parte, en Córdoba se ubicaron al interior de esta estrategia, asumiendo un perfil oficialista que los entrampó en múltiples inconsistencias: los mismos periodistas que ponían el acento en la política de policialización de De La Sota no eran tan enfáticos con las salvajes represiones de Berni, Secretario de Seguridad del gobierno de Cristina Kirchner, a los trabajadores de Lear; los mismos que daban espacio a la cobertura de los juicios contra los genocidas en Córdoba no se hacían eco de las denuncias por genocidio a Milani, ex Jefe del Ejército nombrado por Cristina. En todos estos años, las luchas estudiantiles contra el modelo de universidad pro-empresarial no tuvieron eco en los medios universitarios. Si hubiesen experimentado una democratización real, siendo autogestionados por los propios estudiantes y trabajadores universitarios en un diseño de contenidos acorde a los intereses y necesidades sociales, sería muy difícil hoy para Juri avanzar en su política mercantilizadora.

Darle voz a la otra Córdoba

Allá por los 60, Aricó supo definir a Córdoba como “ciudad de frontera” por combinar rasgos del interior y el cosmopolitismo de las grandes urbes, pero sobre todo por su fuerte tradición de polarización cultural, social y política que signó una “ciudad de los extremos”, una polaridad típica de la ciudad que históricamente albergó una fuerte clase obrera y una influyente clase media “docta”.

La Córdoba del conservadurismo de las campanas y el imperio de las multinacionales automotrices, alimenticias y agroindustriales, auténticas dueñas del poder real atrás (y no tanto) del panal, tiene su contracara en la Córdoba del trabajo precario, la persecución sindical y la impunidad policial. Contra un periodismo que niega a esta Córdoba, necesitamos medios que le den voz.

Giro a la Izquierda – Solidaridad con los trabajadores y las trabajadoras de La Mañana de Córdoba

Desde La Izquierda Diario y Giro a la Izquierda estamos embarcados en esta tarea, por eso no sólo difundimos y acompañamos activamente las luchas libradas por los trabajadores de prensa que son los primeros en sufrir la censura de las empresas de multimedios sino que le damos voz a la Córdoba que quieren silenciar: los jóvenes que luchan contra la represión, los trabajadores que enfrentan la prepotencia patronal y la persecución sindical, las mujeres que luchan por sus derechos, los estudiantes que se organizan contra la mercantilización de la universidad, los docentes y trabajadores de la salud que pelean contra el deterioro al que el Estado arrastra a los servicios públicos, los vecinos que luchan contra la contaminación, etc. Sólo en estas miles de voces anida la potencia capaz de acabar con el discurso mediático único.

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