Escasos recursos, falta de insumos, camas y aparatología, deficiencia edilicia, jornadas extenuantes. Los hospitales de San Martín ¿están preparados para hacerle frente a esta pandemia?
Lunes 23 de marzo de 2020 00:07
Con años de gobiernos que nos acostumbraron al desfinanciamiento de la salud y con profesionales de la salud en establecimientos públicos acostumbrados a extenuantes y poco gratificantes jornadas laborales, no es de extrañar que ante una pandemia los nosocomios se vean colapsados.
Los trabajadores y profesionales de distintos hospitales de San Martín conversaron con la izquierda diario y transmitieron su preocupación por las condiciones de los nosocomios. No quieren denunciarlas porque tienen miedo a perder sus fuentes de trabajo.
El Ministro de Salud en cadena nacional habla de una partida presupuestaria especial, compra de respiradores e insumos. Pero en las guardias y vida cotidiana de esas instituciones poco ha cambiado. Se toman medidas sanitarias especiales pero lejos están de poder responder a una pandemia que se pronostica que avanzará y que llega de la mano de una cantidad nunca antes vista en la zona de casos de dengue y de sarampión En el hospital Eva Perón ya son muchos los casos que se están atendiendo de la enfermedad del mosquito.
Hace pocos días se le pidió la renuncia al Dr Juan Carlos Chomin, sub jefe de emergencias y especialista en terapia intensiva del Hospital Municipal de San Martín Diego Thompson. El Dr Chomin fue el que atendió el primer caso de coronavirus de la Provincia de Buenos Aires. Al profesional no se le pide la renuncia por incompetencia sino por denunciar ante los medios el estado catastrófico en el que se encuentra la salud publica en nuestro país.
En estos hospitales no hay insumos, las camas son insuficientes, no hay artículos básicos como barbijos, o guantes, ni hablar de los equipos específicos que vemos en el primer mundo para tratar enfermos. Se acrecientan las condiciones de trabajo extenuantes para las enfermeras: sin francos, suspensión de vacaciones y licencias. Las condiciones edilicias son paupérrimas, más aun considerando las necesidades y recaudos de una institución de salud ante una crisis mundial. Esta misma situación ocurre en sus vecinos Castex y Belgrano.
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Esta realidad también la padecen las salitas de emergencia de la zona quienes tienen que dar una primera atención de calidad a aquellos quienes presentan los primeros síntomas. Personal de salud (médicas, enfermeras, administrativas) y usuarios, personas que concurren al sistema de salud por diversas dolencias, quedan así expuestos a un contagio exponencial.
Mientras el gobernador de la provincia se muestra en cadena nacional con el presidente instando a la población a quedarse en su casa, los hospitales de la provincia, precarizan y exponen a jornadas extenuantes a residentes y profesionales. Lejos están de poder cubrir las necesidades de esta o cualquier otra pandemia. Porque las partidas presupuestarias destinadas a la salud hace años que vienen a la baja mientras se destinan millones al pago de bonistas y fondos buitre, alimentando un sistema financiero que saquea los recursos que necesitamos los trabajadores para tener salud de calidad.
Hasta el momento las medidas de prevención ante esta pandemia son simplemente paliativas (en el mejor de los casos). Esta crisis sanitaria refleja en San Martín que no se han abordado en décadas las condiciones de vida estructurales de una población, usuaria del sistema público de salud, expuesta a los efectos terribles de vivir en zona de influencia del basural a cielo abierto del Ceamse, con grandes espacios de agua estancada. Con viviendas inadecuadas, sin cloacas, con situaciones económicas de pobreza estructural, sin pan y sin trabajo.
Estas situaciones desnudan lo perverso de este sistema capitalista. Lejos de tocar los intereses de quienes durante años se la "llevaron en pala" no se toman medidas que piensen integralmente en el pueblo trabajador.
Frente a estas condiciones en el sistema de salud es necesario el pase a planta permanente de todos los trabajadores. Incorporación inmediata de más profesionales en todos los hospitales públicos y en los centros de atención primaria. ¡Insumos urgentes! Más camas en terapias. Sala especial de aislamiento y trajes de aislamiento para médicos y enfermeras.
El Estado debe garantizar test gratuitos de dengue y coronavirus para toda la población. Agua potable. Alcohol en gel. Atención primaria de calidad, distribución de viandas alimentarias que se dan en los comedores escolares y son para muchos estudiantes quizá su única comida. Asegurando que las mismas tiendan a reforzar el sistema inmunológico y la alimentación de calidad, en contraposición a los magros y deficitarios sandwichs. Garantizar atención especial a los adultos mayores que se encuentran solos en sus hogares. Mejorar el transporte publico. Licencia con goce integro de haberes para quienes tienen hijos en edad escolar y/o son población de riesgo o tienen a cargo un familiar con esas características. Subsidio a cuentapropistas o trabajadores precarizados bajo estas condiciones ¡Ningún despido!
Y en cada hospital y centro de salud Se necesitan asambleas de trabajadores para garantizar el acceso de cada habitante a las necesidades de salud requeridas. Con organización deben conformarse en cada nosocomio comités de higiene y seguridad que pongan un freno a las medidas patronales y exijan los recursos y condiciones de trabajo necesarias para enfrentar la pandemia. Porque los aplausos son gratificantes, pero mejorar las condiciones laborales de estos trabajadores es imperioso.