En Jalisco, así como en los estados fronterizos del norte, se prevén brotes del COVID-19 en los grandes centros industriales, en donde los patrones se han negado a descansar a las y los trabajadores a pesar de no ser empresas consideradas esenciales.
Martes 21 de abril de 2020
En los últimos días, el avance del Coronavirus en México se ha acelerado rápidamente, acercándose a los 9 mil casos confirmados y superando los 700 decesos esto según datos federales basados en el programa Centinela que arroja cifras que distan hasta 9 veces del número real según mencionó el subsecretario Hugo López Gatell en conferencia.
Los brotes en el país se comportan de una manera tan distinta que los trabajadores no podemos pasar inadvertidamente. Lo que esta pasando en Baja California, específicamente en Tijuana y Mexicali, es un ejemplo de cómo con ciertas condiciones, el virus se transmite rápidamente: por un lado la alta concentración poblacional y por el otro la movilidad a la que se ven forzados miles para seguir laborando en los centros industriales, a pesar de la presencia del virus y de que sus actividades no sean esenciales.
Baja California se ubica como la tercera a nivel nacional con más casos de COVID-19 a pesar de tener una densidad poblacional mucho menor que las ciudades que la anteceden. Es decir los centros industriales de alta concentración de trabajadores son zonas de alto riesgo para que se extienda rápidamente el virus.
En Jalisco tenemos diversos corredores industriales que tienen estas mismas características. Espacios donde existe una altísima concentración obrera y en donde a pesar de no ser esenciales, los patrones siguen obligando a sus trabajadores a continuar con su labor diario.
Este es el caso del Corredor Industrial del Salto, o los múltiples closters de la electrónica, en dónde empresas como Flex, Sanmina, Jabil, IBM, Foxconn, entre otras, mantienen trabajando a decenas de miles de trabajadores.
Las condiciones de hacinamiento en los grandes fraccionamientos obreros son el elemento perfecto para que se den brotes masivos en el Área Metropolitana de Guadalajara.
Garantizar las medidas adecuadas para que nosotros y nuestras familias enfrentemos en las mejores condiciones la pandemia sólo podrá ser posible a través de una mayor organización de los y las trabajadoras; de denuncias masivas de las condiciones a las que estamos siendo expuestos miles de obreros que no somos esenciales para enfrentar al COVID-19; de levantar Comités de Higiene y Salubridad en todas las fábricas para imponer nuestras condiciones.
El avance en los niveles de propagación de la pandemia en el norte nos debe alertar para salir de forma coordinada a exigir las medidas necesarias en los sectores esenciales y el paro de actividades real con licencias al 100% en las empresas que no lo son.
Deben ser los Comités de Higiene y Salubridad, compuestos por obreros y obreras, los que determinen cuáles son las empresas esenciales, pues ya se ha demostrado que ni las patronales ni las instituciones gubernamentales en materia laboral van a garantizar nuestra salud y la de nuestras familias.
Hoy la fábricas ya son una incubadora del virus por la prepotencia empresarial que en vez de pagar salarios al 100% para que las y los trabajadores pasen la cuarentena, obligaron a sus trabajadores a continuar en las lineas de producción sin ningún tipo de medida sanitaria, lo cual ya ha generado que haya brotes en donde las y los trabajadores son los que pagan los costos de la mala salud pública.