En medio de roces con sectores empresariales, AMLO niega la explotación de los trabajadores como fuente de acumulación capitalista.
La Izquierda Diario México @LaIzqDiarioMX
Miércoles 15 de abril de 2020
En su intervención introductoria de la mañanera, López Obrador retomó el discurso según el cual la acumulación capitalista en México no ha estado vinculada a la explotación del proletario por parte del burgués.
Esgrimido varias veces en ocasiones previas, este discurso resulta ya grosero cuando, en medio de la situación de emergencia por el Covid-19, los grandes empresarios están haciendo pagar la crisis a los trabajadores con despidos, reducciones salariales y poniendo en riesgo su salud.
“Antes se nos decía en la universidad que el dueño de los medios de producción explotaba al trabajador y se quedaba con una plusvalía, una ganancia, y así se iba acumulando el capital en unas cuantas manos y se empobrecía al pueblo”, dijo el presidente.
Y añadió que, “aquí la acumulación de capital se dio al amparo del poder público, mediante la corrupción”, como si esto segundo negara lo primero, y como si en toda la historia del capitalismo la explotación de los trabajadores no se hubiera realizado al amparo de los gobiernos en turno.
Es de destacarse que la insistencia de AMLO en negar la explotación capitalista como fuente de la desigualdad social, se produce en momentos en el que su gobierno viene teniendo fuertes roces con sectores del empresariado, descontentos porque el plan económico del gobierno frente a la crisis provocada por la pandemia no contempla vías para el salvataje de las grandes empresas.
Sin embargo, aunque el gobierno ha comenzado a criticar y a exhibir a las empresas que están despidiendo o reduciendo salarios, en los hechos no está tomando ninguna medida efectiva para impedirlo, beneficiando así, por omisión, a los grandes empresarios.
A ello se suma este nuevo guiño ideológico, que puede leerse como un mensaje al empresariado en el sentido de que sus propiedades y sus intereses no serán tocados bajo la 4T, a pesar de la pandemia.
Por su parte, la secretaria de Energía, Rocío Nahle, informó sobre los acuerdos de la reunión del 9 de abril entre la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y países productores de crudo que no forman parte de esa organización.
El objetivo de dicha reunión era acordar la reducción de la producción petrolera en un 23% por cada país. Esto debido a la caída de la demanda de crudo por la reducción de la movilidad y la circulación de vehículos, producto de la pandemia de coronavirus.
En el mundo, luego de alcanzarse una demanda de 99.67 millones de barriles por día (mbd) en 2019, en febrero de 2020 se registró una caída de 10 mbd, ubicándose la demanda en 89.73 mbd.
Además, se prevé que vienen dos meses difíciles en Europa y América Latina, pues habrá una baja demanda energética y consecuentemente el precio del petróleo estará en condiciones muy bajas, a lo que se suma que en algunos países extraer el crudo es muy caro.
La excepción en el acuerdo fue México, que en la reunión OPEP-noOPEP explicó que viene de un periodo de caída de la producción (14 años según AMLO), por lo que propuso que cada país recorte de acuerdo con su capacidad productiva.
Finalmente, a diferencia de la reducción de 23% en otros países, México se comprometió a reducir su producción 6%, lo que equivale a 100 mil barriles diarios.
Por su parte Estado Unidos, que es el mayor productor del mundo con 13 millones de barriles diarios, además de la parte que le corresponde, se comprometió a reducir su producción en 250 mil barriles extras “para compensar lo que México no puede”. Como se dio a conocer días atrás, dicha acción está vinculada a la “ayuda” que brinda el gobierno mexicano al estadounidense en materia migratoria, que consiste en el despliegue de la Guardia Nacional para perseguir migrantes e impedir su llegada al vecino del norte.
Desde el principio de la conferencia, López Obrador externó su agradecimiento a Donald Trump por su intervención en la negociación con la OPEP.
En otro momento el Presidente explicó que, ante la devaluación del peso, el Banco de México debe hacer una compensación a Hacienda, con recursos que estarán disponibles para abril del próximo año y que se tomarán como excedentes. Estos excedentes, dijo el jefe del Ejecutivo, se destinarán al pago de deuda. Una ejemplo claro de que, al amparo del poder público, se priorizan los intereses de los capitalistas, dejando en segundo plano las necesidades de las grandes mayorías ante la crisis sanitaria, económica y social.
