Durante la jornada del Miércoles se dio a conocer a la opinión pública, que la vacuna de la fórmula Pfizer fue autorizada en Chile, permitiendo su aplicación en mayores de 16 años. ¿Qué hay detrás de la vacuna?

Elizabeth Fernández Profesora
Jueves 17 de diciembre de 2020
La necesidad de una vacuna ha estado presente desde el comienzo de la pandemia del coronavirus y es que, los confinamientos, cuarentenas (medidas que eran tomadas en la Edad Media), el propio distanciamiento social, han sido medidas que se han tomado en el conjunto de la humanidad. No obstante, también han quedado aún más al descubierto las propias contradicciones de este sistema político y social, que de la mano de los diferentes gobiernos, han sido parte del desmantelamiento de los sistemas de salud pública, que han contribuido a las cientos de miles de muertes que ya han ocurrido producto del contagio de covid-19.
Sin ir más lejos, en nuestro propio continente, específicamente en Brasil ya son cerca de 183 mil muertes, denunciadas fueron las precarias condiciones del campo en Brasil, en donde no existía siquiera acceso al agua potable, en un país con 40 millones de pobres, o el caso de Argentina, donde los hospitales se encontraban colapsados a la par de que las poblaciones pobres de la periferia de Buenos Aires tampoco contaban con agua potable. A nivel general van casi 1 millón 700 mil personas que han fallecido producto de la pandemia de coronavirus.
El caso Chileno.
Chile no se ha encontrado por fuera de las polémicas y críticas de cómo ha abordado el problema con respecto al covid-19. El primer hecho que estuvo sobre la palestra, fue la sistemática desmantelación de la salud pública en Chile, estos últimos 30 años. El fortalecimiento del mercado en la salud, jugó un rol importante en esto, debates que se presentaron fueron el número de camas disponibles o el famoso arriendo del Espacio Riesco, para enfermos Covid-19, que prácticamente nunca se utilizó y el gobierno pagó y contrató licitaciones millonarias por el espacio, mientras en los hospitales las y los funcionarios de la salud denunciaban que no existían los insumos necesarios para resguardar su integridad como trabajadores, así como también para dar una oportuna atención a sus pacientes, siendo la primera línea además en esta pandemia.
La batalla por una vacuna.
La fórmula de Pfizer, venía siendo una de las que más daba que hablar en torno a conseguir la tan necesitada vacuna en “los próximos 18 meses”, que en el mundo científico decían que sería necesario para lograrlo. La privatización de la vacuna, comenzó desde el comienzo, fueron diferentes países, quienes comenzaron los estudios, Gran Bretaña, Alemania, China, Estados Unidos y Rusia, son quienes venían a la cabeza de la carrera por la vacuna. Una de las principales preocupaciones del mundo científico, era precisamente la “nacionalización de la vacuna”, que claramente para los países, incluía su privatización, en donde al mundo científico le preocupaba lógicamente la distribución, para que la vacuna pueda llegar a todos los rincones de la humanidad.
Hoy Pfizer, con un 95% de efectividad en la combatividad del virus, se presenta como una de las opciones más viables, pero por lo mismo también la más rentable. Cada dosis cuesta cerca de 20 dólares, eso sería cerca de 15 mil pesos chilenos, esto mismo, multiplicado por las 10 millones de dosis que fueron adquiridas, daría un total de 150 mil millones de pesos, directo al laboratorio, todo esto sin aún siquiera hablar cuanto es que costará la vacuna en Chile, para el conjunto de quienes día a día nos exponemos en el transporte público, yendo a trabajar o quienes por medio del trabajo informal buscan un sustento para sus familias. Reconocida es actualmente la situación de millones en nuestro país, los casos de cesantía están a la orden del día, al igual que el endeudamiento y la incertidumbre, frente a cómo seguirá la situación económica y las condiciones de vida en medio de la pandemia.
Tras la aprobación de la circulación de la vacuna se abren distintas interrogantes: ¿Será gratuita la vacuna? ¿Dónde se garantizará su distribución? ¿El Estado tendrá alguna responsabilidad en los efectos secundarios de la vacuna? ¿Las empresas responderán a sus trabajadores con la garantía de la inoculación, ante la circulación de trabajo y ser posible foco de contagios?.
Sin embargo, los propios planes de distribución de la vacuna ya dan cuenta de que los países atrasados tendrán que esperar sentados al final de la fila. La prioridad en la distribución de los grandes laboratorios está concentrada en abastecer a los países imperialistas para que estos retornen rápidamente a la normalidad. Distintos informes incluso dan cuenta de que los países más ricos del mundo, con sólo el 13 % de la población, estarían acaparando, al menos, la mitad de la producción mundial.
La pelea por un acceso gratuito y universal a las distintas vacunas contra el Covid-19, incluyendo la liberación de las patentes de propiedad, se vuelve una necesidad de primer orden para los trabajadores.

Elizabeth Fernández
Profesora