Un grupo de científicos argentinos lograron limpiar parte de las aguas del arroyo del Rey, Lomas de Zamora con un sistema que realiza una combinación específica de enzimas y bacterias.
Lunes 25 de julio de 2016 11:55
Desde Acumar, el ente tripartito que debe purificar el curso del agua, expresan que para avanzar en este hallazgo se necesita una “inversión enorme, cuando hay que concentrar esfuerzos en evitar la fuente de contaminación”.
Las aguas contaminadas del Riachuelo tienen una posibilidad más certera de ser saneadas a partir de un sistema que realiza una combinación específica de enzimas y bacterias, inventado por un grupo de científicos argentinos. En la vera de la cuenca se encuentran más de mil industrias que vuelcan desechos indiscriminadamente pese al fallo de la Corte Suprema del 2008 que ordenó limpiar el río.
Un equipo de investigadores creó una planta de biorremediación, hasta entonces instalada en un laboratorio, para encontrar cómo revertir la contaminación de las aguas del río. La primera prueba se realizó en el arroyo del Rey, Lomas de Zamora, donde lograron limpiar parte de uno de los afluentes más contaminados. "Íbamos todos los lunes a sacar agua del Riachuelo. Es un agua muy difícil porque hay más de mil industrias que vuelcan desechos indiscriminadamente. Cuando hay un solo efluente, es tratable. Cuando mezclás dos, se empieza a complicar. Cuando tenés tres mil, es casi imposible", expresó el investigador y auditor ambiental Sergio Raúl Ferrari. Este grupo, integrado también por Alberto Gauna, Andrés Aymonino, Ángel Alberto García y María Soledad Ali, consiguió armar un sistema que limpia el agua y la separa de los vertidos contaminantes.
El sistema consta de seis etapas: la elevación del agua a la planta mediante bombas sumergibles; el tratamiento biológico con un complejo enzimático que acelera el proceso, filtros que ayudan a separar las partículas del agua y la inoculación de bacterias que sacan los restos de suciedad; un proceso de ozonización, y, por último, el control de las aguas tratadas (una instancia química y otra biológica).
La planta en el arroyo del Rey era para tratar diez mil litros de agua por hora; se montó a mediados de 2012 y funcionó hasta fines de ese año. Los estudios de la Acumar no sólo mostraron mejoras notables en los índices de carbono orgánico, hidrocarburos y coliformes, sino que además se habían generado bancos de peces y espacios verdes que bordeaban el arroyo.
La investigación del grupo de ingenieros químicos, agrónomos y sanitaristas indica que el problema del Riachuelo se concentra en nueve arroyos que llevan la contaminación industrial desde el interior de la cuenca hacia el cauce central. Por eso, proponen colocar una planta en la desembocadura de cada arroyo, para que el agua llegue limpia. Los especialistas sostienen que la tarea podría llevar dos o tres años en todos los arroyos a la vez, con un costo de 300 millones de dólares, o sanear de a uno en un plazo mayor.
"No están pudiendo controlar a las industrias -argumentó Ferrari-. Proponemos que, hasta que las industrias se reconviertan y vuelquen como corresponde, paguen un canon para sostener la planta. Si no se reconvierten, la planta va a seguir funcionando y el agua va a estar limpia. Pero a la larga, a la industria le va a salir más barato reconvertirse que pagar el canon por contaminar."
La licitación para la prueba piloto preveía que, si resultaba exitosa, podía replicarse en el resto de las áreas de la cuenca. Eso no ocurrió y, hasta hace unos meses, la gestión kirchnerista no había dado una respuesta. Tras el cambio de gobierno, y con los papeles en la mano de las mejoras que la propia Acumar había reconocido, los científicos volvieron a intentar desplegar su descubrimiento, pero no lo lograron.
Daniel Guevara, director general ambiental de la Acumar, aseguró que, por el momento, lo que sugieren "no es una solución alternativa" porque "se trata de una inversión enorme, cuando hay que concentrar esfuerzos en evitar la fuente de contaminación, que son los vertidos industriales".