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Red Internacional
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Precarixs. Crece el empleo juvenil pero pagan cada vez menos: el trabajo con derechos no entró al balotage

Esta semana se dieron a conocer datos cobre el crecimiento de empleo juvenil privado, registrado. Pero la buena noticia no puede tapar el bosque: fue un crecimiento en base a una caída del salario real y un aumento de la juventud trabajadora condenada a la informalidad y el cuentapropismo. Las nuevas generaciones encaran las urnas cada vez más precarias.

Lucho Aguilar

Lucho Aguilar @Lucho_Aguilar2

Viernes 17 de noviembre de 2023 13:57

“El empleo registrado de los jóvenes acumula 33 meses de crecimiento” anunció este jueves el Gobierno nacional. La buena noticia fue levantada rápidamente por los medios oficialistas. Según el Centro de Estudios para la Producción (CEP XXI), dependiente de la Secretaría de Industria, los puestos de trabajo en personas de entre 18 y 24 años superaron los 857.760. Eso marcaría un “récord” para los últimos 5 años.

El anuncio oficial recorre otros datos positivos, pero se cuida de mostrar la radiografía completa del empleo juvenil. Es que estas elecciones también se han transformado en un escenario donde quedan expuestas las propuestas de los candidatos para la juventud que trabaja. El debate sobre el “voto Rappi” que reflejamos en distintas notas fue uno de sus puntos más intensos.

Pero si uno mira la calle y también se detiene seriamente en los datos oficiales, puede conocer la dura realidad.

Más trabajo por menos sueldo

La Secretaría de Industria ha publicado todos los datos en una aplicación que acá pueden ver. La cantidad de puestos privados registrados crecieron pos pandemia, es lógico. Pero, ¿qué más pasó?

Si uno enfoca la evolución de los salarios para el total de las actividades y el total del país, se encuentra con una caída sostenida desde 2016 a la fecha. Tomado en “valores constantes”, el salario real de la juventud ocupada en el sector privado registrado, o sea la mejor paga, pasó de 252 mil pesos a 213 mil. Una caída de casi el 20%. Miren el gráfico: es un tobogán.

Pero ese es el promedio. Si uno toma las actividades en que mayormente trabajan les jóvenes, se encuentra con que la caída es brutal. Y los bolsillos están golpeados. Por ejemplo petróleo, minería o electricidad pueden llegar a 300 o 400 mil pesos. Pero comercio, construcción, servicios personales (doméstico), rurales o gastronomía están entre 170 y 120 mil pesos. Y ahí es donde está el grueso del empleo de 18 a 24.

Las diferentes realidades también quedan claras en el estudio. Un joven de Neuquén o Santa Cruz, donde priman las actividades petroleras por ejemplo, gana el doble que alguien que trabaja en Corrientes o Santiago del Estero, donde el trabajo rural es más extendido. Los costos de vida también cambian: con ese sueldo ningún joven neuquino puede irse de la casa familiar.

Más malas noticias

Como decíamos antes, los datos festejados por la Secretaría de Industria tiene su otra cara. Pero además reflejan el sector que está mejor. O menos peor. Porque el mismo gobierno reconoce en un trabajo de este año que la mayoría de la juventud está por fuera de esos (menguados) derechos.

Así lo refleja un trabajo titulado “Tendencias en el trabajo juvenil: cuentapropismo, trabajo en plataformas de reparto y economía del conocimiento”. Clarísimo. La principal tendencia no es el crecimiento en el trabajo registrado privado sino el cuentapropismo. “Sé tu propio jefe”, como dice Milei.

El estudio asegura que de los 3.275.357 personas de 16 a 29 años que trabajan (o sea utiliza un universo más amplio) “2.171.831 jóvenes se encuentran actualmente por fuera de la plenitud de derechos asociados al trabajo”. Y sigue tirando pálidas: “en tanto 1.274.718 son trabajadores/as asalariados/as informales, 448.966 desocupados/as y 448.147 cuentapropistas”.

Para decirlo más fácil: 2 de cada 3 están “en negro”, más del 15% desocupados (el triple que los adultos) y 1 cada 5 es cuentapropista.

El estudio, muy interesante, reconoce que 1 de cada 4 jóvenes cuentrapropistas había abandonado sus estudios y más del 70% generaba ingresos inferiores al Salario Mínimo Vital y Móvil (SMVyM).

Se acuerdan la chica de 20 años que se desmayó cuando llegaba el tren y salvó su vida de milagro. Candela se llama. Ese día contó que se desmayó porque ese día no había comido. Era “emprendedora”.

El informe, que pueden leer acá, reconoce que cada vez más jóvenes trabajan de esa manera, o en las aplicaciones de reparto, sin derechos. Y los que están un poco mejor, en la “economía del conocimiento”, también lo hacen como “free lance”.

Rebelde o precarizada

Queda claro. La juventud ha sido entregada, gobierno tras gobierno, como mano de obra barata a la clase empresaria. Incluidas esas “pequeñas y medianas empresas” que tanto defienden hoy. Cobran menos, tienen menos derechos, se accidentan más.

Milei ha aprovechado el malestar de esa juventud sin derechos para reclamarle el voto, cuando en realidad la quiere terminar de hundir en la miseria. Massa fue en busca de ese voto las últimas semanas, con su pequeñísimo gesto a los repartidores o su recorrida por colegios.

En el fondo la disyuntiva es como plantea la izquierda: si no se rebela contra este sistema, la juventud seguirá precarizada. La izquierda es la única que quiere poner de pie a esos millones de jóvenes, como parte de la clase trabajadora, para conquistar sus derechos y cambiar la historia.


Lucho Aguilar

Nacido en Entre Ríos en 1975. Es periodista. Miembro del Partido de los Trabajadores Socialistas desde 2001. Editor general de la sección Mundo Obrero de La Izquierda Diario.

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